todos en la escuela creían en los 'milagros de diosito yeosang', y seonghwa simplemente era el chico nuevo que no estaba interesado en ser uno de sus creyentes.
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Todo comenzó en lo que parecía ser un calmado y normal lunes en la mañana...
Seonghwa avanzaba tranquilamente tomando juguito junto a Wooyoung, quien no paraba de parlotear sobre lo genial que era el hecho de tenerlo de vuelta en Seúl y mejor aún, en su escuela, donde podría presentarle a sus amigos y almorzar juntos en la cafetería.
Contrario a la emoción de su primo, Seonghwa formó una mueca con sus labios al recordar el porqué estaba allí; su madre lo había mandado de vuelta luego de un grandioso año en los campos de la isla Jeju, porque según ella la educación de Seúl era lo mejor para entrar a la universidad el año que venía.
Un pucherito escapo luego de aquellos pensamientos, a él le gustaba Jeju, era tranquilo, con mucho mar, y tenía a su mejor amigo Hongjoong allá. ¿Ahora quién sería su peluquero personal?, lo extrañaba.
Wooyoung se detuvo abruptamente en unas escaleras, por poco causando que Seonghwa tropezara con éstas, y dos chicos bastante altos se acercaron a ellos con sonrisas y saltitos.
—¡Mingi Mingo Mango! —Saludó Wooyoung yendo a abrazar al que parecía ser su amigo. —Hola Yunhito —El pelimorado esta vez se dirigió a su otro amigo y dio saltitos solo para apretar las mejillas del mencionado.
Seonghwa los miraba raro con su caja de juguito a medio tomar en la mano. Síp, esos claramente eran amigos de su primo. Eran igual de raros los tres.
—Chicos, este es mi primo Seonghwa, viene del campo —Sonrió Wooyoung apuntando al pelinegro a su lado quien lo miró con el ceño fruncido pensando en que no venía del campo, solo había vívido un mísero año en Jeju. —Seonghwa ellos son Mingi —Apuntó al de ojitos de raya. —Y Yunho —Apuntó a uno con carita de cachorrito.
—Hola. mi. ser. Mingi. un. gusto. —Dijo pausadamente esperando que Seonghwa lo entendiera, pero solo causó que lo mirara más extrañado aún y continuara tomando de su juguito con incomodidad.
—Idiota —Dijo Yunho pegándole un zape en la nuca. —Es del campo, no de otro planeta
—En realidad soy de Jinju, por allá en Gyeongsang del sur, pero me fui a vivir a Jeju el año pasado y.... —Comenzó a explicar Seonghwa mientras los otros tres, incluyendo a su primo, asentían como si estuvieran escuchándolo.
—Ah, campesino —Asintió Mingi poniendo una de sus manos en su barbilla como si hubiera entendido lo que Seonghwa decía.
—Pero no, yo decía que... —Seonghwa ya estaba con un tic en el ojo por el hecho de que lo llamaran campesino solo por haber vivido en Jeju un año.
—¡Vamos a mostrarle a Seonghwa su salón antes de que sea hora de entrar a clases! —Dijo Wooyoung para luego arrastrar al estresado de su primo dentro del colegio mientras dos postes los seguían sonriendo.
Este realmente sería un largo año escolar para Seonghwa.
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Seonghwa estaba sentado en su nuevo salón de clases mientras jugaba con su pluma color rosita entre sus dedos.
Era el primer día, así que claramente la primera clase solo sería de nivelación, por lo que no era importante. Además estaba solito en aquel salón; su primo y los dos postes estaban en tercer año, mientras que él estaba en el curso final, cuarto año.
Cuando menos se lo esperaba, ya estaba cabeceando con sus ojos entrecerrados y baba cayendo de sus labios, pero repentinamente una risa celestial se escuchó unos asientos más adelante, llamando inmediatamente su atención.
—No digas tonterías, Sannie —Murmuró la voz de donde provenía aquella melodiosa risita.
Los ojos se Seonghwa se posaron inmediatamente en dos chicos sentados junto a la ventana, donde la luz del sol llegaba casi celestialmente sobre sus cabezas. Y en ese mismo instante, una cabecita rubia de tonos cenizas, con unos ojitos de gatito y una sonrisita angelical, se giró observándolo con curiosidad, justo con aquella luz del sol reflejándose en sus facciones dándole un halo casi divino.
Pero Seonghwa solo atinó a desviar la mirada y sacudir su cabeza para quitarse el sueño, el cual claramente era la razón de aquellas extrañas visiones celestiales. Justo en el momento en que la campanita que indicaba la hora del almuerzo sonaba por fin.
El chico tomó sus cosas felizmente, espabilando de manera total de su sueño al pensar en que por fin era hora de comer y de tomar su juguito en caja.
Mientras iba camino al comedor del establecimiento su primo lo arribó rápidamente subiéndose sobre su espalda, causando que soltara un chillido aterrado, y que los dos postes amigos de Wooyoung se rieran de su fatal destino.
—Arre caballito Hwa, Giddy giddy up dijeron los The Boyz —Gritó Wooyoung mientras recibía muchísimas miradas divertidas de los alumnos que pasaban por aquel pasillo.
—¡jUnG wOoYoUnG! —Gritó igualmente Seonghwa totalmente enojado con su primo.
—Ay, ya me bajo —El menor se bajó de la espalda de su primo y le dio una sonrisita inocente cuando ya estuvo en el piso.
—Ya veía que le tiraba una vaca o algo, ya sabes, por campesino —Murmuró Mingi a Yunho quien estaba a su lado, para luego recibir un zape de su amigo por ser tan idiota.
—¡Vamos a comer o se acabarán las chimichangas! —Chilló Wooyoung al ver la hora en su celular para después arrastrar a su primo y amigos en dirección al comedor escolar.
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