Adios Amor

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Andrew

Luego de que el Juez John M. Diera las respectivas sentencias, sentí en ese momento que me moría por dentro, nunca mas volvería a ver la luz del sol en todo su esplendor, ni ver los paisajes que siempre me acompañaban en mis viajes. cuando fui a la montaña Everest tan majestuoso tesoro, que escale con mi mejor amigo Ray que de hecho nunca mas lo volví a ver porque seguro mi papa lo desapareció, en cada momento de vida que El veía que yo enderezaba mi camino sea con algo o con alguien, el me lo quitaba de mi camino se esfumaba como humo de cigarrillo sin embargo nunca se imaginaron que Elizabeth iba hacer un duro hueso de roer. El quería hundirme con todo y barco y lo logró. Me convirtió en el monstruo que el quería para su Franquicia.

Me trajeron de vuelta a donde estaba antes del juicio, hasta que no tengan todos los documentos listos para mi traslado me toca esperar aquí. No veo mucha la diferencia pero supongo que allá es un lugar más seguro para ellos.

Todo es una rutina me levanto  temprano en la mañana a bañarme con todos los demás presos, nos dan un plato de comida que parece mas bien un vomito y nos dejan un rato en el patio para que tomemos el sol, trató de ejercitarme un poco dando vueltas a cuatros esquinas de lo que parece una cancha. Estoy mojado por tanto sudor, cuando siento que me estrelló con lo que parece el cuerpo de un hombre.

¡Stop¡ —ordena un guardia— Me tienes mareado con tanta vuelta.

Trato de hacer una sonrisa falsa pero me sale una mueca torcida.

Te espera alguien —dice el guardia—  Señalando una puerta gris.

Me asombro pero  ¿quien va a venir a verme? Cuando recién apenas llegue ayer en la tarde y pues se supone que a mas tardar mañana en el transcurso del día me llevan a la penitenciaria en la cual va hacer mi estadía para siempre. Sin embargo la única persona que de pronto se preocuparía por mi sería... ¿Mi mama?

El guardia me dirige donde una vez me visitó  el abogado Davis. Voy dando paso lentos y pausados cuando entro al lugar miro su pelo chocolate lacio taparle su rostro, tiene los codos y los brazos encima de la mesa negra recostada sobre ella, nunca imagine encontrármela aquí. De hecho pensé que no la volvería a ver.

—Elizabeth —susurro anonadado—.

Ella alza su rostro y me sonríe de lado, sus ojos están enrojecidos de todo lo que ha llorado, ver como se defendía del abogado Connor fue todo un deleite para mis pupilas, como se  empodero en el estrado haciendo apoyo a otras mujeres. Hizo que mi corazón se hinchara de alegría no es la misma niña de 17 años que era tímida y le daba pena hasta darme un beso, es una mujer que se convirtió en algo mas poderoso porque lastimosamente las circunstancias la hicieron mas FUERTE.

—Hola

— Hola eh no espera verte aquí y...

— No digas nada —me interrumpe— Solo quería despedirme de ti, no se que pasara con mi vida después de todo lo que he pasado, no todo en la vida es sexo, alcohol y estar en una relación, hay cosas mas grandiosas afuera que puedo hacer.

— Entiendo, estas en todo tu derecho de querer rehacer tu vida solo quiero darte un consejo, si me dejas, claro — pido—.

Mmm si —dice insegura—.

—Ok, no es de mi incumbencia con quien vas hacer tu vida amorosa pero por favor ten cuidado con el abogado ese que mantiene pegado a ti como un chicle, No me trae buena espina, solo no quiero que te pase nada malo —pido casi rogando—.

— Si tranquilo yo lo conozco y se como es, no te preocupes por eso, que en estos momentos...

—No tienes porque decirme estas cosas, ni darme explicaciones sólo cuidate si —interrumpo—.

Mi Adorable Maldición 🌹 (+18) Editando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora