• ¿Me Recuerdas? • YoonTae •

03

— ¿Recuerdas como nos enamoramos?—

En algún momento olvidé mi objetivo al acercame a ti. Se supone que quería alejarte de YungHi porque ella me gustaba, pero disfrutaba de estar a tu lado, a veces incluso más que con ella.

La pasé mal cuando me enteré que tenías citas con YungHi, al parecer ustedes hablaban por mensajes constantemente. Sentí punzadas en el corazón, ¿cómo podría explicar que aquel mal sentimiento que se incrustaba dolorosamente pensando que el brillo de tus ojos no era solo para mí?

De nuevo, sentí celos. Pero dolían más al saber que ya no se orientaban a mi mejor amiga. Es y siempre será duro asimilar que no soy heterosexual, pensé demasiado en lo que dirían de mí y al parecer nunca superé ese miedo.

Recuerdo un 10 de febrero algo doloroso, ya había dejado atrás el tiempo donde almorzaba con YungHi y ahora me sentaba a comer contigo todos los días; así que, reíamos entre anécdotas cuando ella se acercó, traía una hermosa amapola entre sus manos. De inmediato noté como sobraba, ella te miraba con tanto amor que comprendí mi lugar y me retiré algo deprimido.

Le hablé a mi madre sobre eso, no esperaba verla en mi apartamento cuando llegué pero me alegré de verla ahí, un solo abrazo bastó para derramar mis lágrimas en busca de sanarme con su calidad materna. En mi cabeza aún me martillaba la idea de no ser heterosexual, mi cerebro se negaba a aceptar que moría por tener tu amor y se cegaba con el miedo de ser juzgado, pero al final terminé soltando todo. «Yo no crié a un cobarde, Min Yoongi. Yo no te eduqué para tener miedo de lo que eres» dijo ella, pero no solucionó del todo mi confusión.

Unos días después viniste a mi casa con tulipanes y una caja de regalo, estaba tan distraído pensado en ti que ya había olvidado el día especial que era, San Valentín había llegado demasiado rápido.

No esperaba tenerte ahí, debías haber estado en una cita con YungHi, ella era la que tenía tu amor, o eso cria.

No esperé terminar la noche con nosotros en la misma cama, abrazados como si tuviéramos miedo de que el otro desapareciera, pero me gustó tenerte así.