Felix es un omega, príncipe de Seul; se suponía que este seria el rey de este pueblo, pero al ser omega, no podía tomar el trono; era literalmente inservible y su hermano menor siempre lo maltrataba.
Un día, su padre llega y le dice que ahora esta...
ChangBin corrió hasta donde le indicaron que estaba la enfermería donde Felix estaba, al entrar vio que Felix platicaba tranquilamente con dos personas; una mujer alfa y un hombre omega.
— Muchas gracias su majestad, estamos demasiado agradecidos de que haya traído a nuestra hija hasta aquí — el omega se inclinó respetuosamente, siendo imitado por su alfa
— No es nada, solo note que se estaba presentando y que necesitaba supresores — el rubio se encogió de hombros
— ¡Felix! — exclamo ChangBin hasta Felix
En cuanto el alfa azabache estuvo junto al omega rubio, lo abrazo. Inhaló el aroma del omega para tratar de calmarse un poco, pues la preocupación que había sentido hace un rato aun estaba allí.
— ¿ChangBin? — pronuncio con un sonrojo el omega
— Me preocupe cuando me dijeron que habías venido a una enfermería — confeso ChangBin separándose un poco
— Solo traje a una cachorra que se sentía mal — dijo Felix
— No me dijiste nada — aquello pareció un reclamo
— Tu te habías ido con la encargada esa — Felix frunció el ceño
— Nos estaba dando el recorrido de la escuela — respondió el azabache
— Parecía que te lo daba a ti, a mi solo me ignoraba; ni siquiera me dijo hola... — el rubio hizo un puchero
ChangBin rio levemente al notar la actitud infantil que tenía el omega, pero la mirada fulminante que este le dio lo hizo callarse inmediatamente. Ninguno dijo nada mas y decidieron retirarse del lugar para seguir en lo que estaban haciendo.
Así siguieron hasta que la noche cayo sobre Daegu, haciendo que los reyes tuvieran que regresar al castillo. En cuanto llegaron, ChangBin y Felix fueron directamente a su habitación, pues ya estaban cansados como para siquiera ir a cenar.
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ChangBin despertó por el repentino calor que sintió, al abrir los ojos y mirar hacia la ventana descubrió que aun era de noche. El alfa se confundió cuando vio a Felix cubierto por sabanas y que este no tuviese calor.
Todo pensamiento se esfumo cuando un doloroso tirón se sintió en su vientre. El alfa supo lo que eso significaba; su celo había llegado.
Felix dormía tranquilo cuando sintió a su lobo interior removerse con inquietud. Cuando el rubio abrió sus ojos descubrió que el rostro de ChangBin estaba muy cerca de su rostro.
— ¿ChangBin? — pronunció confundido el rubio
Antes de poder decir cualquier otra cosa, sintió los labios del alfa sobre los suyos. Felix abrió aun mas sus ojos con sorpresa, hasta que el aroma a celo del alfa llego a el.
Felix sintió los labios del alfa pasar a su cuello, donde depositaba besos húmedos que hicieron gemir levemente al omega.
