Namjoon

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Matemáticas no son lo mío y el amor tampoco. Por ello intento aprenderlo con Namjoon. Kim Namjoon. El chico de mi clase. El del asiento de la esquina. Un chico tranquilo, guapo, simpático y con hoyuelos que te absorben. Pero también solo mi amigo.

¿Estas prestando atención?

- Si, lo siento.

- Bien, álgebra es algo complicado asi que empecemos por... - Todo comenzó como simples clases de matemáticas para mejorar mis notas, porque sí, eran horribles.
Al escuchar las notas de Nam supuse que sería buena idea pedirle su ayuda. Nos vimos para las "clases privadas" y con el tiempo se hizo mi amigo... y mi crush.

Las cosas como son.

Él obviamente no lo sabe. No, claro que no. Me moriría de vergüenza si se entera.
Pero tampoco me sorprendería que lo hiciera. Osea, vamos paso todo el día viéndolo y suspirando. Mis amigas dicen que estoy mal, pero si es por él no me preocupa.

Mientras él habla y habla, me pongo a pensar en por qué no tiene novia.
Digo, es jodidamente guapo y agradable ¿por qué está igual de solo que yo?
Quizá soy la única que lo conoce realmente, y digo quizá porque no tiene amigas o eso es lo que he visto. Sólo yo.

Algunas veces ya no podía soportar demostrarle mi amor a través de mis ojos. No. Quería que él lo notara y se diera cuenta de cómo me siento a su lado, de que me enamoré de él. De que sus clases, si bien me sirven, ya no son como antes. Antes sí me iba mal, pero ahora lo veo para estas "clases" más porque quiero no por mis malas notas.

- Veo que no me estás prestando atención - su rostro mostró molestia por mi continua distracción - hoy tenemos exámen y ahora podría estar estudiando - me sentí avergonzada por sus palabras y mi acto. Estaba molesto y le hacía perder tiempo.

- Lo siento - mantenía mi cabeza mirando el suelo por la pena.

- Ya... - su mano reposó en mi cabeza acariciando mi cabello - No estoy molesto, ¿de acuerdo? - una enorme sonrisa se presentó ante mí demostrando cariño y comprensión. Así era él. Así es Kim Namjoon.

El llamado para entrar a clases sonó y levantamos nuestras cosas para irnos de la biblioteca.
Al llegar al salón nos sentamos en nuestros asientos correspondientes no sin antes desearnos suerte para el exámen.

El día continuó bien y tenía esperanzas de haber logrado una buena calificación en mi exámen.

•••

Al día siguiente me encontraba en el salón.
Había llegado tarde y no tuve tiempo de estudiar con Nam en la biblioteca, así que supuse que se pospondría para luego.

- Muy bien chicos, sus exámenes están listos - el profesor habló y luego le pidió a Nam entregar los exámenes. Junto con éstos eran entregados papeles con nuestras notas del año para ver cómo íbamos.

Cuando Nam llegó a mi lugar para hacer entrega de mis notas las miró sorprendido por un momento y su mirada se volvió... ¿triste?

- Aquí tienes - agradecí y observé mis notas. Eran increíbles. Mamá se pondrá felíz de verlas.

Cuando el timbre sonó para la hora de almuerzo fuí al comedor con mis amigas y luego me dirigí a la biblioteca.
No creí necesario avisarle a Nam, ya que siempre que una clase se posponía, cambiaba a ésta hora.
Esperé alrededor de 8 minutos y él no llegaba.

- Okey, debe estar ocupado - tomé mi celular y le envié un mensaje. Él no respondió y el timbre sonó para entrar a clases - Quizá a la salida...

Las clases terminaron y todos iban a sus casa menos yo. Volví a la biblioteca y una hora pasó desde que entré.
Me convencí de que Nam ya no cruzaría ésa puerta frente a mí.

Iba caminando a casa algo triste.
Pudo haber avisado, ¿no?

A la mañana siguiente fuí nuevamente a la biblioteca pero pasó exactamente lo mismo.
El timbre sonó, Nam no llegó y tuve que ir a clases.

Al entrar al salón pude verlo felízmente hablando con sus amigos.
Un nudo se hizo en mi garganta al verlo tan tranquilo. Se me hacía extraño que se le hubiese olvidado, pero de todas formas lo pensé e intenté calmarme y convencerme de que era eso.
Cuando dirigió su mirada a mí le sonreí amablemente, pero él sólo me ignoró. ¿Qué está pasando?

Cuando todos iban al comedor para almorzar detuve a Nam tomándole brazo - ¿Podemos hablar?

- ¿Deberíamos?

- ¿Qué es lo que pasa? - giró sus ojos en forma de disgusto y me llevó hacia nuestro salón - Nam...

- Sólo me usaste - mis ojos se abrieron ampliamente y me puse nerviosa.

- ¿De qué hablas?

- No te hagas, Tn. Te hacía un favor pero tú sólo te aprovechabas - me dieron ganas de llorar y esconderme, pero no podía. Debía enfrentar ésta situación cara a cara.

- No te he usado Nam.

- ¡Deja de mentir! Ayer ví tus notas y eres buena en todas las clases - Asi que era eso.

- Pero sí necesitaba de tu ayuda...

- Si, claro...

- Es la verdad - suspiré pesadamente y me armé de valor para hablar sinceramente - Al principio si te necesitaba. Necesitaba tu ayuda, pero aprendí muy rápido y... m..me enamoré... - sus ojos no mostraron impresión ni nada, sólo la misma molestia desde que me vió.

Se levantó de la mesa y se dirigió hacia la puerta - ¿Nam? - hablé confundida y con mis ojos llorosos.

- Dime Kim - su tono de voz era firme y grave, tanto que me asustaba. Hace mucho no me dirigía a él por su apellido y si me pedía que lo hiciera, no significaba nada bueno.

- ¿A dónde vas?

- Ya hablamos, así que me voy.

- P..pero me gustas...

- Pues hace fila junto a las demás. Adiós T/A - cerró la puerta, mientras me dejaba en el salón sola y arrepentida. De seguro no era la primera vez que ésto le ocurría y debe haberse decepcionado de que yo fuera igual a las demás.

- Lo siento... Nam... - mis lágrimas salían y mis sentimientos se apagaban, todo al mismo tiempo.
Me lo merecía.

Imagina con BTS: Friend ZoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora