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"Sueños y sal"

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JungKook


El cielo azul y el radiante sol chocaban contra las ventanas de los solitarios salones de clase. Los gritos de los niños de la escuela primaria de Seúl resonaban por todo el lugar. Era la hora del recreo, y los pequeños disfrutaban felices en el amplio patio, jugando entre columpios y resbaladillas que adornaban el espacio.

Un niño estaba sentado solo en uno de los columpios, especialmente diseñado para su tamaño. Comía tranquilamente la comida que su madre le había preparado mientras se balanceaba suavemente. Su calma se vio interrumpida cuando un grupo de compañeros de clase se acercó.

El niño, incómodo, decidió marcharse, guardando su comida en el recipiente original. Justo cuando se levantaba, dos chicos mayores lo tomaron por los hombros y lo forzaron a sentarse de nuevo en el columpio. El miedo se reflejaba en su rostro.

—¡Owww! —habló por primera vez el Niño, en medio de todos—. Pero miren lo que tenemos aquí, al pequeño Kookie.

Los niños alrededor empezaron a reírse por el infantil apodo y por él. Kookie era molestado y humillado solo por tener ese apodo. Abrazó el pequeño recipiente de comida.

—No hay por qué estar asustado, Kookie —dijo, observando el recipiente—. ¿Qué es eso? ¿Lo puedo ver?

El chico le arrebata el recipiente del pecho, mirándolo con diversión. Abre rápidamente el recipiente y deja caer el pequeño sándwich al suelo sucio y lleno de tierra. La respiración de Kookie se acelera y sus pequeños ojitos empiezan a sollozar. El chico estruja la comida para luego volver a ponerla en el recipiente, se dirige a Kookie y, con algo de brusquedad, se lo devuelve en el pecho. Kookie alza la mirada y se encuentra con la del chico.

—Cómetelo.

Tragó en seco y bajó la mirada al pequeño y estropeado sándwich. Sus manos temblaban, al igual que sus piernas. Pero antes de que pudiera hacer algo más, la chicharra sonó por todo el lugar.

—Vaya, ahora entiendo esa frase: "Te salvó la campana" —sonrió—. Hasta pronto, Kookie. —Suelta y se aleja con sus amigos riendo.

Kookie se puso de pie, tomó el pobre sándwich y lo azotó contra el suelo enojado. Luego se giró hacia su contrincante y lo miró. El pequeño tomó valor y se acercó rápidamente hacia ellos, completamente decidido. Agarra el brazo del chico y lo jala, haciéndolo girar, y le da un puñetazo en la mejilla, lo que hace que el chico caiga al suelo.

—¡Pero qué sucede aquí! —exclamó un maestro, acercándose.

—¡Jungkook me golpeó de la nada, profesor!

—¿Eso es verdad?

—S-sí... Pero él se lo buscó, profesor. Él fue quien me estuvo molestando y ensució mi comida —señala al chico en el suelo, mientras el maestro lo ayuda a levantarse.

—Choqué contigo por accidente y te pedí perdón. No es razón para golpearme de esa manera —el chico lloriquea.

—¡E-eso no es verdad! —las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos—. ¡Deja de mentir, Jimin! Por favor, profesor, créame.

Please Look At Me + jjk Donde viven las historias. Descúbrelo ahora