Always one, never broken

capítulo 5

Él estaba frente a mí con una expresión quizá cargada de preocupación o tal vez unos ojos que trataban de descifrar el motivo de mi desequilibrio emocional en esos momentos, y es que no me había percatado que hace algunos minutos había comenzado a llorar y mirar a la nada.

Últimamente todo el cúmulo de emociones y recuerdos que había dejado encerrados en el pasado, se hacían presentes en estos últimos días predispuestos a lograr que me derrumbe en minutos.

-no te he visto en el bar ayer-declaró borrando su antigua expresión y suplantandola con una más relajada aunque la firmeza de su mirada decía todo lo contrario. Tal vez si lo viera sonreír, pensé.  Aunque una sonrisa no demuestra felicidad necesariamente.

-era sábado - froté por ultima vez mis ojos y con un tono más fuerte dejando atrás la voz resquebrajada , continúe-no trabajó los fines de semana

Puso sus manos en los bolsillos y se sentó alado mío, dispuesto a continuar la conversación, tomándose algunos segundos para responder.

-te invito a un bar

-no bebo-respondí. Era cierto odiaba beber. Lo había hecho una vez y la manera en la que había despertado al día siguiente hizo que jurara no excederme nunca más , para no acabar con una resaca como la de esa mañana.

Si lo miramos desde un enfoque puramente psicológico, este rechazo inminente de mi parte hacia cualquier bebida alcohólica se debía a que toda mi vida había convivido con un alcohólico como padre y cuando sobrellevas algo así, tienes sólo dos opciones. Terminas convirtiendote en aquello que odias ó simplemente te alejas de ello, fácil ¿no?. Yo había tomado mi decisión.

-no te invito a tomar- el viento alboroto ligeramente su cabello castaño- iré a tocar a ese bar. - olvide que aquel joven tocaba la guitarra. Me sentí culpable por un momento, era como olvidar el haberlo conocido. Comprendí que probablemente aquello que considere su pasatiempo en algún momento era mucho más que eso, era su vida.

-odio sonar como cenicienta pero.....no puedo quedarme más allá de las doce y  aún no me has dicho de que bar se trata

-rockabilly así se llama el bar - queda a ..

-desgraciadamente, sé donde queda-<<mi padre prácticamente vive ahí>>. Quise añadir pero sabía que eso me haría quedar ante sus ojos como una chica con más problemas de los que uno quiere tener en su vida. No necesito más de las miradas cargadas de pena que suelen darme algunas personas cuando se enteran de más cosas de las que deberían saber.

-no considero que sea la mejor opción de un domingo por la noche para una chica-se encogió de hombros

-digamos que no tengo otros planes -sonreí. Era el mejor plan desde hace semanas pero no sonaría desesperada no ante alguien que parece despreocupado ante todo y todos.

Entonces un silencio incómodo, de esos que son tan comunes entre las personas que nunca están seguras de sus palabras se posó suavemente entre ambos. No nos conocíamos de nada, el me había salvado de un borracho con claras intenciones de violarme  y también era el primero desde hace un año que me veía llorar y yo, yo no sentía que mi reciente llegada a su vida fuera especial.  Mi presencia era tan vaga como los perfumes baratos que desaparecen después de algunos minutos de tocar la piel de alguna persona, pero al contrario de ellos yo no me mezclada con aire, yo no lograba formar parte de algo más grande.

-a veces el silencio apremia a las palabras . Pero las frases que se forman con ellas no parecen valer más que el silencio.-entonces este momento, ¿valía más que una conversación?.

-en pocas palabras prefieres el silencio a una larga charla sin sentido-parecía sonreír o ser una pre-sonrisa pero se quedó sólo en eso un ligero movimiento en sus labios.

-disfruto de la compañía