Parte 22

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NARRA KAKASHI

Todo transcurría con relativa calma, los niños caminan a un par de pasos frente a mi varias personas más al reconocerme saludan y continúan sus rumbos, todo se encuentra en relativa calma hasta el viento que sopla ligeramente es fresco, clara señal de que invierno se aproxima.

-¡Hola, Kakashi-sensei!-  al girar observo al rubio saltar del tejado e la casa mas próxima. -¿Como está Kakashi-sensei?.

-Muy bien, gracias Naruto- sin duda  la edad y la experiencia le han sentado bien, ya no es aquel niño  impulsivo y ruidoso. Ahora, es un joven fuerte y confiable. -¡Takashi, Hiroki!.

Ambos niños reconocen al rubio que se encuentra a mi lado y corren cayendo sobré él riendo. Al levantarse del piso Naruto sacude sus ropas y se dispone a seguir el juego a ambos niños, camino lentamente mientras le cuentan su día a día a aquel ninja que lo consideran su tío.

-¿Papá podemos invitar al tío Naruto a cenar?- Hiroki mueve sus manos en señal de nerviosismo y en sus ojos puedo notar la brillante esperanza de una respuesta afirmativa.

-No es necesario Hiroki, solamente voy por el tío Sasuke ya que tenemos planes- un ligero rubor aparece en sus mejillas, si no conociera el tipo de relación que llevan ambos me resultaría  interesante ver que ambos se llevasen bien.

-Está en casa con Kunyko, y si gustan pueden acompañarnos a la cena.



-¡Kakashi-sensei!- el grito de Sasuke llama la atención de cuanta persona se encuentre a los alrededores.

-¿Que sucede Sasuke?- nos encontrábamos a tan solo siete casas de llegar, cuando aquel moreno grito al reconocernos.

-Lle-llevaron a Kunyko al hospital.

-¿Que sucedio?- intento mantener la calma, los niños no tienen porque alterarse más.

Al verlos estos juegan ligeramente apartados de nosotros, azabache y rubio se miran por un instante. Y sin medir palabra alguna el rubio se hacerca y tomas las cosas del super y se dirije a paso lento hacia los niños.

-Sus padres y el tío Sasuke tienen cosas muy importantes que hacer en este momento- los niños nos miran confundidos. -¡Así que hoy habra piyamada!

Los dos niños corretean y vitorean, intento respirar con mas calma.

-Se van a quedar a cargo de su tío Naruto, en la mañana llegaremos con mamá y les traeremos una sorpresa- acaricio ligeramente el cabello de ambos y doy la media vuelta en direccion del hospital.

Mi corazón late a mil por hora, y no puedo evitar pensar que mi hija oh mi esposa esten en peligro. Solo esperen un poco más ya casí estoy con ustedes.

-¡HEY KAKASHI!- Iruka se encuentra en las puertas del hospital buscando algo, oh mas bien a alguien. -Acaban de entrar, Lady Tsunade las está canalizando.

-Gracias- sin mas entro.

Busco desesperadamente a la rubia de coletas, entre tantos enfermeros y enfermeras no resuta tan complicado el envontrar a alguien que destaque.

-Ven conmigo- Shizune se hacerca a pasos rapidos y sin mas la sigo.

Caminar por este laberinto de habitaciones, consultorios y salas de diferentes tipos, hace que mi estomago sienta de nuevo un retortijon al  seguir expectante de la salud de aquellas dos personas que me esperan y me necesitan.

-Kunyko se encuentra estable y al parecer la bebé tambien, solo esperamos que se encuentre mas dilatada para proceder con el parto.

Aquellas palabras quitan de mis hombros un enorme peso, pero la sensacion de que algo malo va a pasar no desaparece. 

Unas puertas blancas son abiertas permitiendome observar la habitación que resguardan, una sonrisa cansada y un rostro bañado en sudor me resiven al verla sujetando fuertemente la mano de Sakura que intenta hacer todo lo posible para que aga las respiraciones.

-Vi-una mueca de dolor sustituye aquella hermosa sonrisa. -Viniste.

Me acerco rapidamente y sustituyo a la pelirosa, una de mis manos se dirijen a apartar aquellos reveldes cabellos que se pegan a su frente y sin poder evitarlo mas deposto un casto beso en su frente.

Puedo notar atra vez de la piel de Kunyko un par de huellitas y como estas se mueven y un tanto desesperadas, poso mi mano libre en ellas y parecen calmarse. Sin darme cuenta Kunyko suelta un alarido de dolor que escapaz de helarte la sangre con solo escucharlo.

-¡El bebé está en mala posicion, no hay tiempo!- grita Shizune completamente aletrada y busca la mirada de su maestra.

Tsunade me mira fijamente un par de segundos como intentndo darme animos de que todo hiba a estar bien, que ellas hiban a regresar con migo a casa, vivas.

-Salvalas, porfavor.

Soy arrastrado fuera de la sala por algun doctor, el pasar de las personas con mas y cada vez mas equipos crean un final para nada agradable en mi mente.

-Hay que llevarla al quirofano- apenas escucho esa frace y ya es sacada en una camilla con ruedas y giada a la primera puerta que veo.

Los sigo desesperado, detras de ellos las puertas son cerradas negandome la entrada, frustrado camino todo el pasillo y me siento en la enorme banca que está justo fuera del quirofano. Me levanto, camino el pasillo y regreso a sentarme. Parece la unica ocpion que me permite pasar el tiempo, Sasuke, Sakura, Iruka, todos oh casi todos han venido y seguimos aquí esperando. 

Los segundos pasan como horas y aquel silencio proveniente de la sala, no me da ningun tipo de indicio. Nadie se quiere aparatar un minuto, tal vez en ese momento se escuche el llanto de mi pequeña y me indiquen que ya puedo verlas a ambas.


El sonido de una gran explosion seguido del movimiento del piso solo indica una cosa, la aldea está bajo ataque.

-Excelente- el murmullo de Sasuke me hubiera causado gracia si no fuera por la situacion tan terrible.

-Nosotros iremos- Sakura sonrie y al ver al resto de mis acompñantes todos asienten.

- Tienes que estar prescente cuando nasca tu hija- Iruka coloca su mano en mi hombro y al igual que los demas, desaparece.

Pequeñas explosiones se escuchan a lo lejos y el hospital se conbierte en un caos total con todos los heridos que llegan. Intento no estorbar y permanesco firme a aquella puerta. 

-Estan tardando demaciado- murmullo entre dientes.

-No se preocupe, es normal en las cesareas- una enfermera sonrie. -Todo saldrá bien.

-Gracias- respondo, ella siente y se va.

Un suave llanto se extiende y una enorme hola de felicidad se estrella contra todo mi ser, aun con pasos dudosos me hacerco hasta la puerta.

-Kakashi-sensei- ¿Naruto?, ¿que hac él aqui?. - Lo siento...

Gruesas lagrimas corren por sus mejillas, la puerta del quirofano se abre. A lo lejos diviso una muy cansada Kunyko y en sus brazos algo parece moverse, sindudar entro beso al frente de ambas sin demorar mucho y salgo con un solo pensamiento.

La hija de Kakashi HatakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora