彡Prologo彡

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Narra Tsurugi

Todo huele a nuevo, es una sensación realmente desagradable. Pensé en ir a dejar que el viento fresco me alejara los malos recuerdos, pero sería peor. Ese no es el paisaje con el que estaba familiarizado, no son las calles que acostumbraba a ver de camino al instituto.

Suspiré. Me senté en la cama, estaba tan agotado que no podía ni mantenerme en pie. Esta no es mi cama.

Pase una mirada aburrida por mi alrededor, analizando el cuarto. Esta no es mi habitación.

Aún apenas estaba amueblada, esta llena de polvo y conserva algunas pertenencias de quién sea el despistado que vivió aquí anteriormente. De nuevo, suspiré, agobiado.

Todavía no lograba mentalizarme por lo deprisa que ocurrió todo. Aún me cuesta creer que ellos ya no están aquí, que marcharon y no los volveré a ver. Quizá soy demasiado infantil, se que es inútil tratar de mentirme diciéndome que esto solo es una pesadilla y que pronto despertaré. Despertaré, bajaré y veré a mi padre leyendo el periódico, como todas las mañanas. Y a mamá, que me sonreirá desde la mesa comiéndose su pastelito matutino, como siempre. Por supuesto.

Por supuesto que no.

Ahora está pesadilla era la realidad que me tocaba tragar sin rechistar.

Me tumbé en la cama, sin ganas ni de seguir respirando. La cama era realmente incómoda, parecía que nadie la hubiera usado nunca, y eso que aún hay calcetines y demás materiales que no me pertenecían. Bueno, era un "misterio" que sinceramente iba a ignorar.

Cerré los ojos, aún que se que no lograré dormir. Pero, me guste o no, mañana empezaré en mi nueva escuela. Mañana iré a una escuela que no es la mía, iré a la de un pueblo que no es el mío. Además, mañana no veré a mis padres sentados en la mesa, como solía ver todos los días.

Cerré mis ojos con mas fuerza y me cubrí la cabeza con las mantas, en un inútil intento de evaporizar esos estúpidos pensamientos.

Al final, no logré dormir. Y menos desde que empecé a escuchar a mi hermano sollozar desde la habitación de al lado. Suspiré por milésima vez en estos días. Realmente, no quiero que salga el sol. No quiero que nazca un nuevo día. Quiero hundirme en la oscuridad de la noche y desaparecer.

Aún que ya era inútil desear eso, ya sentía los rayos de sol colándose por mi ventana aún sin cortina. En unos minutos, sonará el despertador, y mi vida ya no será la de antes. 

彡Luz彡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora