O2

214 38 2
                                    

Se despertó media hora antes de lo habitual, no eran nervios, cualquiera diría que era más bien una bruja que le sobran. Esa es la razón de porqué Changbin siempre odió las mañanas.

- ¡Chabgbin! ¡Levántate y baja a desayunar! -gritó la mujer de la cocina.

- ¡Desayuno en el camino! -respondió un somnoliento Seo intentando terminar de despertarse.

- ¡No! ¡Como tu madre y por pedido de tu padre, debes desayunar conmigo!. -gritó.

Eso no era cierto, ella no era su madre, pero siempre creyó serlo. Era la esposa de su padre y eso era algo sumamente diferente. La madre de Changbin había muerto en un accidente automovilístico cuando tenía apenas 6 años. Aún tenía muchos recuerdos de ella.

Antes de que cumpla los 8 años su padre se volvió a casar con otra mujer, ella creía que era su madre solo por ser lo más cercano a una imagen materna que él tenía, pero ella solo es una agregada para el menor.

Ya con mal humor, fue a tomar un baño. Cuando salió tomó su uniforme y se lo puso, con el tiempo pareciera ser más oscuro, pero mejor para Changbin, amante del color negro.

Bajó y tomó su mochila.
Su madrastra se acercó a él para regañarlo, pero lo único que obtuvo como respuesta fue.

"- Tú no eres mi madre, grábatelo en ese cerebrito de nuez que tienes, recuerda que esta es MI casa, no tuya. -"

Fue un poco más honesto de lo que creyó que sería.
Salió en dirección a un kiosco, donde compró un café de desayuno. Era una maldita mañana, solo quería volver a su casa, echar a esa mujer y escribir una canción sobre cualquier mierda que se le cruce por la mente; la rutina de siempre.

Como notó que aún faltaban veinte minutos para que comience su primer clase, decidió ir a la escuela. Cuando lleguó al salón, ya estaba plagado de estudiantes que habían decidido ir antes sólo para ver cómo era el chico nuevo.

En unos minutos había llegado el profesor a decir que el alumno nuevo era un chico extranjero cuyo coreano aún era amateur y que sólo necesitaba paciencia. Después del discurso se fue a hacer su papelerio.

En este momento se encontraba llendo a la biblioteca para escuchar música. Cuando se cruzó a la persona que menos quería encontrar, una de las 2 únicas personas que han tenido la confianza del pelinegro; Lee Minho y su único amigo, Hwang Hyunjin.

- ¡Hey! ¡Changbin! ¡Espera! -dijo dirigiéndose hacia el menor al notar su presencia.

- Dejame en paz, fenómeno. -dijo de manera agresiva para intentar deshacerse de él.

- ¡Yo también te extrañé en las vacaciones! -fue lo que obtuvo como respuesta.

- ¿Que quieres ahora? -volteó a verlo con cara de pocos amigos.

- Quería devolverte estas cosas -dijo extendiéndole un par de auriculares viejos, eran los suyos, pero no lo eran al mismo tiempo. - y se dice "Hyung"; mocoso irrespetuoso. -agregó chistoso golpeándole en la cabeza.

Si Seo no lo conociera, diría que estaba incómodo o incluso avergonzado y nervioso, pero vamos, ¿Lee Minho? Claro que no.
Iba a responder, pero el mayor rápidamente volvió a hablar.

- Por favor, acompáñanos, tengo que hablar contigo. -pidió en un tono bajo.

- Pero yo no quiero hablar contigo. -

El acompañante de Minho lo tomó del brazo para que se vayan del sitio, pero este decidió ignorarlo.

- Changbin, tengo que decirte algo. -dijo serio.

El menor bufó, no quería hablar con ese chico, pero ante la insistencia, ¿qué podía hacer? No intercambiaban miradas hacía ya mucho tiempo, no era algo que pudiera decir "debe ser para decirme una idiotez, paso". Sabía que si Lee tenía algo importante para decirte te iría a buscar para hacerlo.

Comenzaron a caminar, estaban en silencio, como si Minho tuviera miedo de hablar.

- Ví a tu padre besando a una mujer en un bar. -dijo serio.

- ¿Era eso? Seguro que era Gahyeon, mi madrastra, no es nada del otro mundo. -bufó.

Tal vez no había entendido lo que Minho había querido decir, pero tal vez era mejor así.

- ¿Ese no es el nuevo? -dijo Hwang al divisar del otro lado del pasillo a un joven con cabellos blancos siendo golpeado por Mark Tuan, el peor de todos los matones de la escuela.

Los otros dos lo vieron a la distancia y se miraron, los tres comenzaron a caminar hacia ese lugar. Changbin notó cómo el mayor hacia sonar sus nudillos, como si pensara golpear a Tuan, como prácticamente pasaba todos los años; el peli naranja era ofendido por el pelinegro, comenzaban a pelear y los tenían que separar a la fuerza. Se podría decir que enemigos era lo de menos.

Al acercarse, Minho comenzó a hablar con el peli blanco, Changbin sintió curiosidad por ese chico, pero aún así no le habló y se fue. Siempre había querido conocer a los nuevos pero su carácter nunca lo ayudó.











Estaba llendo a su salón otra vez, ya no tenía tiempo para escuchar música debido a que las clases comenzarían en unos minutos.

Creyó que estaría solo, por lo menos por unos minutos en el pasillo, ahí nadie lo molestaba, pero unos alumnos comenzaron a murmurar cosas que obviamente, indicaban que el nuevo estaba por ahí.

"Qué tierno".

"Es muy lindo".

"No creí que fuera tan... adorable".

Seo decidió mirar al chico y notó que tenía la pequeña marca del golpe bajo su ojo, mantuvieron un leve contacto visual hasta que el menor le dedicó una leve y dulce sonrisa y un saludo con su diminuta mano, parecía tan suave que daba ganas de tocarla, como si de pedacitos de algodón se tratara.

Changbin sintió algo el él, curiosidad, tal vez. Era un chico muy lindo, eso no lo podía negar, pero no estaba en su naturaleza interesarse en los nuevos.

Hyunjin le dijo algo y comenzó a caminar hacia Seo junto a Minho. El australiano solo asintió sonriendo y se fue hasta la puerta del salón. En esta tomó sus muñecas y respiró antes de tocar.

- Se llama Felix -dijo el peli naranja- Lee Felix, es australiano. -

- ¿Pregunté? -respondió el menor de mala gana.

Los chicos soltaron un suspiro, Hwang por lo insistente que era el mayor en hablar con Seo y Minho de rendición. Ambos comenzaron a caminar hacia el salón y entraron.

Lee desde la puerta se dió la vuelta para mirar al menor, tan frío y chocante.

- Perdóname. -susurró el mayor de una manera apenas audible para sí mismo.

Changbin siquiera lo notó, comenzó a caminar por el pasillo intentando escapar de la clase, algo que le fue imposible al ver la presencia de su profesor de historia.

El hombre lo regañó y ambos fueron nuevamente al salón de clases.

Cuando llegó al salón, notó que el único lugar libre era junto al chico nuevo, obviamente que del lado de la ventana.

El profesor entró antes que el azabache, así que solo pudo ver como el joven hacía un leve puchero seguido por una sonrisa mientras hablaba con Hyunjin y Minho.

Resopló y comenzó a caminar hacia el asiento libre. Cuando tomó asiento pudo percibir que el australiano se le había quedado mirando con una sonrisa cálida, tal vez más de lo que él estaba acostumbrado.





























b.b≈y;

fᥲᥒtᥲ᥉ᥡ || ᥉trᥲᥡ kιd᥉ || ᥴhᥲngᥣι᥊ || en edición. ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora