Voy a revolver a los personajes con respecto a edades y esas cosas, para evitar confusiones y demás. Si quiero que salga Harry como mejor amigo de Snape así va a ser. No, mentira, quizás no llegue a tanto, pero sólo aclaro por si ven algo así. Mis ideas están continuamente revueltas y no sé cómo voy a continuar felizmente con esto.
Severus Snape, joven chico de dieciséis años, cabello oscuro y brillante como la noche que le llega hasta por encima de los hombros; lacio y bien peinado. Semblante duro y serio. Piel pálida, hermosos ojos oscuros al igual que su cabello y usual vestimenta, bajo en estatura y bajo en peso.
Cualquiera que lo viera con detenimiento nadie notaria las escasas imperfecciones que el chico oculta bajo sus largas túnicas color negro, más que las que los famosos merodeadores ven en él, las cuales hacen que él mismo se los crea y se sienta inseguro de sí mismo. A pesar de contar con buenos amigos que le dicen lo contrario... Muy a su modo pero lo dejan en claro, así como lo son; Lucius Malfoy, Bellatrix Lestrange, Regulus Black y Tom Riddle., Estos últimos parecen crear alguna especie de buen grupo pero ninguno es capaz de soportarse más del debido tiempo. Lucius siempre trata de hacer menos a los demás, arrogante y egocéntrico. Bellatrix... Diría que es la loca obsesionada de poder. Regulus simplemente es Regulus... Y Riddle, no habría mejor palabra que describirlo como: oscuro.
No por como vestía, sino por como es, sin ninguna gota de piedad o compasión, a cometido incontables atrocidades y aún así lo dejan estar rodeado de estudiantes de todas las edades, pero sin importar ello, esos eran sus "amigos", todos pertenecientes a la misma casa. Una pequeña y casi imperceptible sonrisa se formó en los labios de Snape, quizás después de todo no era tan malo el pasar otros años más en Hogwarts, fin y al cabo había conocido a personas que podría llamar amigos. Sus pensamientos fueron abruptamente cortados por la presencia de cierta pelirroja que con anterioridad había sido su primer y única amiga, pero la fue perdiendo de poco a poco debido al estúpido de James Potter, quien se encargaba de meterle ideas erróneas a su roja cabeza.—— ¿Cuándo dejarás de andar diciendo que soy una "cualquiera"? —— Logró oír ese murmuro de los rojizos labios de la joven Evans, haciendo que girase un poco su rostro para comprobar que le hablaba a él, y estaba en lo cierto. Aunque no sabía a lo que se refería, no entendía como es que Lily, a pesar de que sabía que interactuaba con la mínima parte de los estudiantes de Hogwarts, creía en las mentiras que Potter decía para asegurarse de que no se le acercara, lo cual ocasionaba que el odio de Snape hacia el miope merodeador incrementara en cada segundo.—— Te estoy hablando, Severus.
—— No sé de qué estás hablando, Lily. Deberías investigar tus fuentes, te aseguro que tu amado cornudo es quien dice eso. —— Apresuró sus pasos para evitar la segura pelea que tendrían en esos momentos y si era sincero, quería demasiado a Lily como para discutir por una cosa tan estúpida como lo era esa.
No miró a sus espaldas y se dirigió con rapidez al salón que estaba seguro era donde tendría la primer clase del día, y ahora que pensaba con más detenimiento y claridad, esa clase de pociones la tendría que compartir con los de Gryffindor. No es que le importase la diferencia de las casas puesto que para él todos eran iguales y merecían el mismo trato pero en dicha casa estaban los idiotas de Black, Potter, Lupin y Pettigrew. Ese último no le importaba porque le parecía el más estúpido e incompetente aunque prefería que se mantuviera así.
—— Parece que sólo de pensar en ti hago que aparezcas en donde quiero.
Excelente selección de palabras, cualquiera pensaría que van en otro sentido, pensó Snape. Antes de girarse a encarar al imbécil de Sirius Black.
—— No sabía que lograba vagar dentro de tu asquerosa mente, qué tanto frecuento ese lugar.
Quiso soltarse a reír pero sabía que no era el mejor momento, recién empezaban el año y sabía que si dejaba en "ridículo" a Black, le harían más difícil su estancia en el colegio y lo que menos quería era acarrear problemas por cosas carentes de sentido como esa.
La profesora McGonagall cruzó el umbral de la puerta y saludó a ambos chicos, percibiendo el como pretendían matarse con sólo mirarse, sabía un poco de la situación de rivalidad que había entre ellos. Aunque desconocía casi por completo lo que le hacían pasar a Snape.
—— Esto no se va a quedar así, Quejicus. —— El fuerte sonido de los libros ser azotados sobre la mesa fue lo que se escuchó después de lo que pareció ser una amenaza, la cual fue captada por Minerva a pesar de ser casi susurrada, más no mencionó nada ya que quería saber más de lo que ambos se traían, dejando a Severus más tiempo con ella. Según a los ojos de la profesora, Snape era de los mejores estudiantes y creía imposible que estuviera metido entre tantos problemas.
Los asientos conforme pasaba el tiempo se iban llenando de poco a poco, estaban a escasos minutos de comenzar las clases y era claro que nadie quería retrasarse cuando tenían la clase con esa profesora, la cual no se tentaba el corazón a la hora de bajar puntos.
Snape tenía en cuenta que les quitarían puntos a ambas casas debido a que faltaban un estudiante de cada una, Lucius Malfoy y Remus Lupin. Lo cual le parecía extraño de sobremanera ya que Remus parecía ser uno de los más aplicados de Gryffindor. Y Lucius sólo quería tener buena imagen, buen margen y puntos impecables con respecto a su casa, pero parecía que hoy no era algo relevante en ésa situación. Soltó un bajo bufido y abrió su libro en la página pedida por la profesora, no iba a perder su tiempo esperando a Barbie Malfoy hasta que se le ocurriera aparecer.