Capítulo 3 - The duet

570 45 5
                                    

_____________________________
¡Hola! Les quiero pedir perdón porque cambié la última parte del capítulo anterior, me mandé una cagá al haberlo escrito y publicado altiro, porque no se adaptaba a lo que tengo en mente. Aún está esa persona incógnita, sólo cambié unos temas de tiempo, espacio y blahblahblah. Así que les quiero pedir que le echen una repasadita a la última narración e-é
¡Ah! También cambié la descripción, ahí sí se cuenta un poquito de qué tratará esta historia. Quizás es difícil de entender ahora pero más adelante todo calzará~
Eso, gracias ❤️
______________________________

Luego de haberse confesado, se quedaron en silencio. Ambos sentían algo cálido que lograba repeler el frío de ese día. Cada uno estaba sumergido en sus pensamientos, dando vueltas a cada palabra y sensación que estaban experimentando.

A Nicolás se le iluminó el rostro con la idea que se le acababa de ocurrir.

-¿Querí ir a mi casa?... ¿Y te quedai' a almorzar? o tomar once, no sé...- Preguntó separándose de su amigo, mirándolo con emoción.

El barbón lo meditó por un momento. Nicolás tampoco vivía cerca de donde estaban pero el trayecto no era tan largo como el que Jaime tenía que recorrer todos los días, además estaba cansado.
Pero vamos, no fue lo único que pensó.
Aunque sólo mirara de reojo a su compañero sentía cómo se le erizaba la piel. Considerar que cada uno tendría que irse a su respectiva casa le causaba angustia. Ahora es cuando menos quería decirle adiós.

-Ya oh... vamoh'...-Musitó evitando la entusiasmada mirada de Nicolás.

Mientras esperaban la micro que los aproximaría hacia su destino conversaban sobre lo que Nicolás sacara a flote. Él era el más emocionado, por otro lado Jaime poco a poco comentaba con más ánimo.
Los minutos pasaron volando, ahora más que nunca el tenerse cerca y conversar lograba que todo fuera más rápido.

Al llegar los recibió la mamá de el más bajo para saludarlos. El aroma del almuerzo los motivó para querer ir a sentarse cuanto antes a la mesa y comer.
Nicolás colgó las parkas que los habían refugiado de la lluvia; después de unos minutos ya estaban todos comiendo.

No era la primera vez que Jaime visitaba aquel domicilio, pero por alguna razón se encontraba bastante tímido. El juego de miradas en la mesa con su recién declarado amigo lo ponían así. Entre las conversaciones que se fueron planteando sus miradas se encontraban, y como si quisieran engañarse a sí mismos intentaban de esconder la sonrisa que se producían al estar como niños en su primera manifestación de este sentimiento tan ameno.

Al terminar la comida subieron a la pieza de Nicolás, quien se recostó en su cama, satisfecho.
Jaime se apoyó en el umbral de la puerta y sonrió levemente.

-No me digai' que te vai' a quedar ahí toda la tarde- Dijo Nicolás entre una sonrisa, acercando un cojín para reposar su cabeza.
-Ah, ¿y querí' que nos acostemos juntos?- Contestó su contrario tratando de no sonar tan desagradable, en este momento no tenía sentido hacerse el conchetumadre pesao' que era siempre con Nicolás.

Éste le hizo un puchero y asintió. Jaime dudó por un instante, pero ya qué. Aquí no había nadie que los pudiera juzgar; se sentía agradecido por esta oportunidad de hacer lo que su corazón le pedía.
Cerró la puerta y Nicolás le hizo un espacio en su cama. Quedaron frente a frente, separados por una distancia prudente. No se miraban a los ojos.

-Gracias...- Bostezó Nicolás entre una sonrisa.

-P... ¿Por qué cosa?

-...

Jaime no quiso insistir, sólo se quedó viendo lo que tenía en frente y analizaba la situación. Su corazón latió más rápido y no pudo bajar la comisura de sus labios antes de quedarse dormido.

• • •

Sintió como si hubieran pasado sólo 10 minutos desde que su cuerpo entró en un reposo inconsciente, por lo que se negaba a despertar, él quería seguir durmiendo.

-Ya po' Jaime... Tu mamá va a pasarte a buscar luego, despiertaaaaa...- Escuchaba a lo lejos.

¿Su mamá?, ¿por qué?
Aquella preocupación lo despabiló.

-Por fin hueón... ¿dormiste bien?- Preguntó Nicolás.
-Ehh, sí... ¿y vo'?
-Bien también... Oye wom, tu vieja te va a pasar a buscar, se puso a llover terrible fuerte así que la llamé pa' que no te fuerai' con el medio temporal que hay afuera- Quizás exageraba un poco con lo de temporal, pero la lluvia caía con tal fuerza que hasta sonaba inquietante.

Jaime le agradeció, y cerró sus ojos de nuevo. Ya sentía sueño, eran cerca de las seis de la tarde pero el sol no se manifestaba en su totalidad, lo que le causaba ganas de dormir.
Su acompañante encendió la televisión de su pieza, moderó el volumen hasta que era casi inaudible y esperó hasta que llegó el momento en el que debía despedirse de Jaime.

Fue corto, demasiado corto para su gusto, pero tenía que irse rápido.

Se despidió de la familia de Nicolás y obviamente de él, salió casi corriendo de la casa para llegar al auto de su mamá.
Ésta le hizo un gesto de despedida a la madre de Nicolás que miraba por la ventana.
Antes de partir la mujer miró por el espejo dentro del auto.

-¿Y tú por qué estay tan contento?- Preguntó debido a la sonrisa que su hijo guardaba debajo de su bufanda.

-Naah' mami, es que me acordé de algo chistoso que me pasó hoy día...

Algo que no se imaginaba que iba a pasar.

...

"Sé que piensas en mí a veces.
Sé que puede tomar un poco de tiempo para que veas lo que sientes en realidad."

Proditionis (Jaidefinichon - GOTH)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora