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【𝖎𝖓 𝖑𝖔𝖛𝖊】

𝟡:𝟚𝟝

había llegado tarde a mi trabajo por lo que me dispuse a colocarme demasiado rápido mi traje, pero no había terminado ni siquiera de vestirme con aquel uniforme policial cuando me mandan a llamar alterado para que fuese a la sala de las jaulas par...

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había llegado tarde a mi trabajo por lo que me dispuse a colocarme demasiado rápido mi traje, pero no había terminado ni siquiera de vestirme con aquel uniforme policial cuando me mandan a llamar alterado para que fuese a la sala de las jaulas para los delincuentes. rápidamente me vino a la mente en que auron o algún cuerpo de la presidencia me iba a pedir que los lebrara de inmediato, pero aquella rabieta corta se esfumó al ver de quien se trataba.

-willy, esto ya es serio

me faltaba por poner la última prenda que se trataba de una chaqueta cuando vi al chico de cabellos blancos nuevamente tras las rejas, me sorprendí por eso pues pensé que no haría más travesuras durante mucho tiempo debido a lo que habíamos hecho, para pasar desapercibidos.

-hola -su vista estaba pegada en un punto de la pared.

no entendía que había hecho esta vez para que lo encarcelaran, ya que no estaba al tanto de lo sucedido en la comisaría, cosa que ocurre a menudo, y me aterraba de que hubieran dos culpables y no él solo, si así fuera el caso lo liberaría en muy poco tiempo.

creo que me afectó demasiado ver la corrupción en el pueblo.

-esta vez tengo cadena por tres semanas -dijo aún sin mirarme, y no sé porqué me incomodaba tanto aquello, pero quería que sus ojos se dirigieran sólo a mi.

negué con la cabeza al pensar de una manera tan infantil. -¿por qué? -agarré dos barrotes de hierro que lo privaban de su libertad mientras lo miraba fijamente.

-ayer te pillaron el dragón -lo susurró, yo sentí un sudor frío recorrer mi frente, temiendo que nos escuchasen. -entonces me culpé y aquí me tienen

mis pupilas comenzaron a temblar, sentí todas aquellas palabras clavarse en mi espalda de manera dolorosa, y un sentimiento ligado a la culpa me hizo querer liberarle de allí mismo, pero sería un incumplimiento de mis normas del trabajo, y sólo lograría que me despidieran.

estaba caminando desde un lado a otro mientras pensaba en una solución legal para poder sacarlo de allí y sin que se dieran cuenta de que fui yo, pero lo que menos abundaba por mi cabeza era una idea que funcionara al cien por ciento, hasta que se me prendió el foco y salí corriendo del lugar sin emitir algún aviso o algo.

-prometo protegerte -dije al aire al salir del lugar, no tan seguro del significado de esas palabras.

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-señor willyrex, usted queda libre debido al pago de su fianza que simbolizaban las tres semanas detrás de las rejas, puede retirarse de aquí

mis ojos se mantenían pegado en los suyos quienes estaban sorprendidos, mis ganas de querer ir a abrazarle y decirle todo lo sucedido se hicieron presente cuando lo vi caminando con la mirada en el suelo mientras salía lo más rápido de la comisaría, pero no podía hacerlo, sino se darían cuenta que un policía ayudaba a un delincuente, y eso no hablaba bien de mi.

-eh, chico lindo -sabía por ese tono que se refirió a mi, así que me giré para verlo, ocultando mi enorme sonrisa, para tener una actitud seria y hacer como si no lo conociese. -¿salimos a comer algo?

mis mejillas se tiñeron de un suave color rojo, captando la mirada de mis compañeros, así que me acerqué rápidamente a él para que nadie nos escuchara y pensara mal de nosotros, pues era lo que más me preocupaba.

-no nos pueden ver juntos -susurré en su oído, y pude ver como tambaleó desviaba su mirada, fruncí el ceño por ello. -¿qué ocurre?

-n-nada -dijo bajando la voz mientras se rascaba la nuca. -tu voz es bonita

suspiré, un poco aturdido por sus palabras, y le tomé la mano dispuesto a irme. -vamos

salimos casi corriendo de la comisaría con los dedos entrelazados mientras que mi acompañado me seguía sin decir palabra alguna, supongo que se encontraba sorprendido por aquel acto que había hecho de la nada, que era tomarnos las manos, pero no me molestaba en nada hacer eso.

incluso podría decir que era agradable.

-¿tú sabes quién me liberó? -una vez nos detuvimos, se sacudió la ropa mientras respiraba frenéticamente, lo tomé de exagerado pues no habíamos corrido tan lejos. -podría besarle ahora mismo

me quedé mudo, tenía pensado decirle que había sido yo luego de haber salido de mi lugar de trabajo, pero debido a aquella confesión por su parte, estaba dudando en confesarle. -no sé -dije encogiéndome de hombros.

él alzó una ceja. -¿fuiste tú?

se acercó a mi rostro con esa sonrisa ladina que me volvía loco, dispuesto a tocar con sus labios los míos, y aquel sentimiento que indagó al completo de mi cuerpo me fue casi imposible de describirlo. sentí una elevación enorme de mis latidos al sentir su respiración chocar con la mía, temiendo de que los escuchase, mi cerebro se estaba desconectando debido a la inyección de adrenalina que recibió al pensar en un posible beso, mientras que sentía cosquilleos en mi panza y en todo mi sistema nervioso, incitándome a estirar mis labios, para concretar aquel deseo culposo que tanto anhelaba dentro de mi.

pero se alejó.

-pero yo no hago cosas sin consentimiento, así que supongo que gracias -metió las manos en sus bolsillos mientras que su vista, quien antes estaba puesta en mi, pasó a dirigirse al suelo, y yo no sabía qué decir o hacer, así que me limité a asentir.

vi como aquellas mejillas rosadas que tanto me encantaban se desvanecían mientras se colocaba su característico gorro verde y se iba hacia su hogar, despidiéndose con un además y un grito enérgico, que me sacó una sonrisa.

-¡nos vemos, guapo!

nunca mi corazón había sido tan idiota al fijarse en una persona encantadoramente gamberra, pero esta vez lo hizo, y me di cuenta demasiado tarde para cambiar aquello.

por una parte podía decir que era lo peor que me había pasado, enamorarme de alguien muy desigual a mi, de alguien que no se preocupaba en lo más mínimo el bienestar del resto, pero por otra parte no podía negar que aquellos ojos verdes sólo quería que se dirigieran a mi, tampoco podía negar la ansiedad que me podría al no poder besar esos finos labios rosados y bien humectados, y mucho menos no pensar en aquella delgada figura color piel tan delicada al roce humana, aquella que podría estar conmigo en mis brazos si aceptada mis sentimientos de una vez por todas.

negué con la cabeza y miré al cielo.

-¿qué me hiciste, willy?

a criminal attempt ; willganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora