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-dime que paso desapercibido con esto
habían pasado diez minutos desde que habíamos llegado a casa de luzu y recién me daba cuenta de que mi antifaz me delataba en demasía, empezando porque era de búho y apenas me tapaba los ojos, en cambio, la máscara de willy le tapaba el rostro al completo y daba mucho miedo, era como una carita sonriente siniestra, molaba mucho.
-te seré sincero -me miró de arriba hacia abajo. -te ves guapo
me crucé de brazos y alcé una de mis cejas. -¿es en serio?
comenzó a reírse y palmeó mi espalda, a mi no me causó risa así que seguí con mi actitud fría. -si te afeitaras, nadie te descubriría -desvió su vista hacia el lugar el cual íbamos a atacar.
toqué mi barba, la cual me había costado mucho mantenerla, y un escalofrío recorrió al completo mi cuerpo cuando me imaginé sin ella. -ni loco -dije luego de los segundos, me gustaba tanto aquella que no estaría dispuesto a quitármela sólo por un plan, lo único que tenía que hacer era no acercarme a las cámaras de seguridad.
lo que hizo tras mi respuesta fue rodar los ojos y tomarme por exagerado, cosa que iba a debatir, pero no pudo ser porque de la nada agarró mi mano con fuerza y corrió hacia casa del ser de luz, supongo que hizo aquello para esquivar la única torreta que tenía, y cuando lo logramos, nos quedamos detrás de una de las paredes de mármol pensando en la manera de entrar, puesto que la puerta que tenía era irrompible, al igual que los bloques.
-¿y si rompemos los vidrios? -dije, él me miró sorprendido, pero yo no le veía lo malo, con tal, era mucho mejor que romperle una de sus paredes, que tanto le costó hacer.
-vaya, saliste inteligente -una pequeña sonrisa apareció en su rostro y luego dirigió su vista hacia el gran ventanal de luzu. -aquí vamos
me limité a observar el como se envolvía la mano con una bolsa de color negro que tenía en el bolsillo, para luego sellarla con cinta adhesiva, no tenía idea alguna el porqué de aquellas acciones tan repentinas, hasta que escuché como le daba un puñetazo al cristal para que se rompiera, y para mi mala suerte, me di cuenta cuando un pedazo de vidrio cortó parte de mi mejilla.
-madre mía -escuché la voz de preocupación de willy y rápidamente sentí sus manos en la herida, cosa que me ardió. -perdón, no te avisé
que suave sus manos.
-déjame ayudarte
acercó de manera cautelosa sus labios a una de mis mejillas para hacer lo que nunca me había imaginado, lamerla. limpió aquel camino de sangre que se había deslizado a lo largo de mi rostro con su lengua, mientras yo sentí mi cara arder como el puto infierno, y estaba seguro que se dió cuenta de ello porque comenzó a reírse.
