〔 Capítulo 09 〕

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Al llegar de la escuela escuchó gritos, su hermano y él corrieron hasta el armario de chaquetas en la entrada, se acurrucaron al fondo, manteniéndose muy quietos y en silencio, sus padres se estaban peleando de nuevo, las palabras feas que decía su papá sobresalían entre los sollozos de su mamá, a quien se la escuchaba rota, cansada y triste.

De repente un ruido seco les robó el aliento, los sollozos de su mamá cesaron y todo se quedó en un sofocante silencio, logró soltarse del agarre de su hermano y salió corriendo en dirección a la cocina, donde él creía que estaban sus padres.

Los encontró inmóviles, su mamá estaba en el suelo con una mano en su mejilla mientras sus lágrimas silenciosas mojaban la zona roja e inflamada debajo de su pómulo, en ese momento no entendió bien lo que sucedía, pero definitivamente no era bueno, su mami estaba llorando.

No pasó mucho tiempo hasta que su papá notó su presencia e hizo afán de acercarse a él, cosa que su madre no permitió, se interpuso entre los dos y ese hombre malo la sujetó del cabello, luego la arrastró por el pasillo hasta encerrarse en su habitación, suena espantoso, pero fue mucho más que eso.

Desde entonces las películas de terror le han parecido una estupidez mal pensada, los espectadores se asustan cuando el fantasma, ese ser invisible y aparentemente "diabólico", arrastra al protagonista por la casa hasta desaparecer en la oscuridad, ¿qué tontería es esa? Waoh, que miedo ser llevado por algo invisible.

Si realmente quisieran hacer temblar y llorar de impotencia y miedo a la gente, deberían colocar a un monstruo real, un padre de familia alcohólico que lastime a una mujer buena, la sujete del cabello como si fuera un animal y la lleve en contra de su voluntad a un lugar apartado de la casa donde nadie la pueda escuchar gritar.

Sería aterrador y hasta cierto punto traumático, ver como una persona indefensa se aferra con sus uñas al piso, tan asustada de ser llevada por el monstruo real que poco le importa la sangre que se derrama de sus dedos lastimados, al fantasma de la película no lo puedes tocar, pero al monstruo de verdad sí, la impotencia de los espectadores estaría a flor de piel, pensarían en como ella puede golpear al abusador y huir, tanto sería el estrés que hasta podrían llorar, porque aunque alegaran que ellos en su lugar se defenderían, muy en el fondo sabrían que eso no es real.

Simple instinto humano, repudiamos lo que nos lastima, si al tratar de conectar un enchufe la corriente te golpea, no volverás a tocar ese interruptor, pues instintivamente no queremos tocar lo que nos hace daño, ¿qué pasa si lo toco y me lastima más fuerte que la última vez? ¿Qué si al tocarlo, al tratar de defenderme, lo hago enfadar y él me lastima más?

A esa altura de la película el espectador ya estaría temblando, presenciar como una persona normal puede llegar a tal punto de perder su humanidad, sin importarle que dos niños presencien todo, provocando que otro ser ruegue por piedad mientras se ahoga en un sofocante dolor que nunca parece acabar, eso sí da miedo, no el fantasma gilipollas de una bruja que murió hace cientos de años en el sótano de la casa.

Escondido tras la nevera de la cocina, vio cuando su papá salió de la habitación y se fue de la casa dando un portazo, no se lo pensó mucho y corrió hasta el cuarto de sus padres para ver a su mami, ella estaba de espaldas en la cama matrimonial, temblando y sollozando, cogió la manta que estaba en el piso y la cubrió con ella, tal vez tenía frío.

—Gracias cielo —le dijo mientras su voz se quebraba aún más —ahora vete por favor, no quiero que me veas así.

Como quería quedarse con ella, se sacó el jersey que llevaba encima de su camiseta favorita de autos, luego lo enrolló un poco, se cubrió los ojitos con él y le hizo un nudo detrás de su cabeza para que no se cayera, luego con pasos torpes fue hasta la cama y se subió a ella para acurrucarse junto a su mamá.

Bubble Tap | JohnMarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora