〔 Capítulo 12 〕

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Falta poco para que se acabe, John revisa su móvil por debajo de la mesa, finalmente llegó el día, en ese preciso momento Mark debe estar en la clínica. Le dijo al menor que mandaría a su asistente a buscar el mejor lugar, pero la verdad es que tuvo que hacerlo él mismo, si le decía a Yuta se habría llevado la charla del siglo aparte de algún golpe.

Lo mejor que pudo conseguir fue una cita en tres semanas, realmente se preocupó por buscar un lugar que no pusiera en peligro a Mark, al ser un buen sitio la demanda es alta y el doctor no tenía espacio en su agenda durante meses, habría usado sus contactos, pero no quería que absolutamente nadie se enterara de su colosal error.

Todos en la sala lo miran cuando su teléfono suena e interrumpe la reunión, Johnny se apresura a apagarlo y hace una breve inclinación de cabeza para disculparse, no alcanzó a ver de quién era la llamada, pero hay algo que le da un mal presentimiento.

—La técnica presentada de mercadotecnia será aplicada en cien sujetos de prueba antes de utilizarla para promocionar su producto —aburrido bla bla bla la voz de Yuta le da sueño—ese fue el último punto a tratar en esta justa, si tienen cualquier pregunta pueden hacérmela a mí, el señor Seo ahora debe retirarse para asistir a otra reunión.

Como si hubiera sonado el timbre para recreo después de la clase de matemáticas, Johnny se apresura a despedirse y salir de la sala de juntas, no quiere ir a otra reunión, ha ido a tantas desde que Ten está de vacaciones, son una pesadilla. Empieza a valorar a su precioso, ambos siempre se dividen el trabajo, sin Chittaphon tiene que aguantar todas las reuniones aburridas él solo.

Al encender su teléfono se encuentra con siete llamadas pérdidas, todas de la clínica, ¿qué está pasando? Se supone que a esa hora Mark ya debería haberse deshecho de su "problemita".

—Buenas tardes —dice una chica cuando Johnny contesta al fin su teléfono —lo estamos llamando de clínicas HFM.

Ahí va el mal presentimiento otra vez, debió acompañar a Mark, después de todo también tiene una parte de culpa.

—Quería avisarle que ya ha pasado la hora de su cita —lo toma por sorpresa la señorita, ¿Mark no fue? —si tiene algún justificante de su ausencia puedo reubicarla para dentro de una hora con un costo adicional, de lo contrario la perderá, los próximos espacios libres en la agenda del doctor son dentro de cuatro meses aproximadamente.

Hasta entonces el bebé ya habrá nacido, Johnny sujeta su teléfono entre su oreja y hombro mientras se pone una chaqueta, irá a casa de Mark.

No puede ser tan inútil, sólo tenía una cosa que hacer, subirse a un taxi y llegar a la cita, él se ocupó de la parte difícil y de la económica también, pero está claro que cuando alguien es inservible, aunque le dejen las cosas servidas en bandeja, no las hará bien, seguro volvió a embriagarse o está teniendo sexo con algún desconocido y lo olvidó.

Al llegar la puerta está abierta, es un inconsciente e irresponsable, aunque debe reconocer que su departamento está impecable, el suelo brilla y todo huele a flores, no parece haber nadie hasta que escucha algo parecido a arcadas en el baño, Mark está ahí, sentado en el suelo, con ambas manos sobre su estómago, parece estarla pasando mal.

—¿Sabes la hora que es? —lo sorprende apoyándose en el marco de la puerta.

—¿Qué hace aquí?

—Pues contrario a ti, estaba haciendo cosas productivas hasta que la clínica, donde deberías estar, empezó a llamarme.

—Estaba yendo, pero me dieron náuseas —suspira el menor —no importa cuánto limpie, el mínimo olor a comida me hace vomitar.

Bubble Tap | JohnMarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora