El televisor en el canal de dibujitos, lápices de colores, una buena cantidad de hojas blancas, un vaso de leche de fresa grande y muchas galletas con chispitas de chocolate, todo acomodado en la mesita de centro de una manera que el papel no corra riesgo de ser manchado por la leche. Perfecto, al fin se puede ir a bañar.
—EunHa, nena, tío Mark se irá a duchar, así que pórtate bien y come tus galletas, ¿sí?
—Está mien.
La pequeña niñita de sus vecinos es realmente adorable, no es su tío, pero ella empezó a decirle así luego de que sus papás le pidieran unas cinco veces que la cuidara mientras ellos hacían horas extra en sus trabajos. Al principio no lo tenía claro, ¿podría él cuidar a una niña de tres años?
Pudo, sí, y no sólo eso, le gustó tanto cuidar a EunHa, que ahora es el niñero de sus vecinos los que trabajan mucho y a veces no saben qué hacer con sus pequeños cuando están de vacaciones o cuando es algún día festivo y las guarderías no trabajan.
Una última mirada a EunHa y va directamente al baño, donde una bañera llena de agua fría lo está esperando. Es invierno y parece un suicidio meterse ahí, sin embargo es uno de sus métodos más eficaces para aliviar el dolor de su espalda y trasero. Tal vez no debería abusar mucho del sexo, ¿pero qué hacer si la oportunidad perfecta para tener una orgía se puso en sus manos?
MinHyuck, quien llegó brevemente de visita para buscar la ropa que olvidó hace unos días en casa de Mark y terminó siendo enredado para cuidar de EunHa mientras Mark va a sus clases de cocina, mete su dedo índice en la bañera y de inmediato frunce el ceño, decir "fría" es poco, el agua está helada, congelada, polo norte quién te conoce.
—¿Estás loco? —exclama Min al ver como Mark se quita el albornoz para entrar —Te va a dar una hipotermia.
—Lo que me va a dar es depresión por este dolor tan espantoso que tengo —bufa Mark haciendo un puchero mientras toca su trasero y espalda.
El fin de semana conoció a cuatro chicos, todos le pidieron una cita y lo mejor que se le ocurrió para poder salir con todos, fue invitarlos a su casa, a la misma hora, el mismo día. ¿El resultado? Una expectacular orgía, la mejor que ha tenido, se atrevería a decir, como máximo siempre había conseguido convencer sólo a tres chicos para tener sexo en conjunto, así que no sabía bien qué pasaría con cuatro, ¿demasiada gente? O ¿una excelente atención? Definitivamente había sido la segunda.
Luego del baño de agua fría, Mark se apresura a vestirse, llegará tarde a sus clases de cocina, para variar, no quiere que el profesor vuelva a regañarlo y lo ponga delante de todos a hacer demostraciones cuando a duras penas sabe romper un huevo.
—Hey Mark —Min vuelve a entrar al baño mientras come una banana, que lamentablemente no es su banana... basta, no hay tiempo para eso —alguien te busca, un tal Johnny.
—¿Eh? ¿Quién?
—No lo sé, no lo había visto antes, pero es todo un bombón, no te lo folles en la puerta por favor, tienes vecinos con una edad avanzada y una niña viendo my little pony, la magia de la amistad, en tu sala.
Confundido, y extremadamente apurado, Mark se apresura a ponerse el primer pijama que encuentra y dirigirse a la puerta, delante de su departamento está un chico alto con traje y corbata, su cabello perfectamente cuidado, su cuerpo una obra de arte, hombros anchos, músculos fornidos, si Min no se lo hubiera pedido ya habría saltado sobre él para tratar de llevarlo a su cama.
Las clases de cocina Mark, céntrate.
—H-hola Mark —la voz temblorosa del desconocido no va acuerdo a su imagen de adonis, un punto menos, vaya decepción... espera un momento.
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Bubble Tap | JohnMark
ספרות חובביםMark es adicto al sexo y Johnny un hombre felizmente casado que cae a sus pies.