Lunes, 8:00 a.m.Esto es horrible, lo único que me ayuda a resistir es leer, desde la ultima vez que hablamos no eh cruzado palabra con el extraño chico, es muy agobiante, estoy atrapada en un maldito, estúpido e inhumano ascensor.
– ¿Cómo te llamas? –creo que estaremos un buen rato aquí, es mejor hablar con alguien.
– No necesitas saberlo –dice de mala gana, se encuentra en el piso, recostado en la pared y tiene los ojos cerrados, luce bastante molesto por estar aquí.
– Bien, solo pensaba que era mejor hablar y matar el tiempo.
No contesta y yo ruedo los ojos, él no es el único con problemas, seguro ya me han mandado un mail comunicándome que estoy despedida.
Tenía que ser hoy la primera vez que me quedara encerrada, ni siquiera tienen botón de emegencia, ¡todos los ascensores deben tener eso!
1, 2, 3, 4, 5, 6... creo que matare el tiempo yo misma.
8:20 a.m.
Canto canciones en mi mente y practico los bailes de tik tok, no juzguen, en verdad estoy aburrida.
Eres tan patética... ¡deja de hablar con tu consciencia!
Río inconscientemente, de vez en cuando me desconecto del mundo y hablo conmigo misma, eso no es raro.
– Deja de reír –me sorprende oírlo hablar.
– Ahora quieres hablar –alzo una ceja y lo miro.
– Lo siento, no debí contestarte mal –eso si que no me lo esperaba– Si quieres podemos hablar, para pasar el rato.
– Si, no debiste y si, podemos hablar –no sé que podría contarle y tampoco se puede jugar al veo veo, todo es gris– Empieza a hablar.
– Bien, hablemos sobre nuestros problemas, luego de salir no volveremos a vernos –dice y asiento, tiene un buen punto– podemos ser el terapeuta del otro.
– Me parece bien –le digo sincera– ¿Quién empieza?
Se encoge de hombros y frunce los labios sin saber que contestar.
– Podrías comenzar Tú –dice y alza las cejas mientras me ofrece una falsa sonrisa, se la devuelvo.
– Bien –termino aceptando a regañadientes– Te hablaré de mi amiga. Ella se llama Carol y es como una hermana para mi, nos conocemos de toda la vida, desde los ocho años para ser exactos, siempre recuerdo esa vez que teníamos unos trece años y yo me había accidentado, nada grave por suerte, pero si me lastimé el rostro, mi amiga fue a verme y para que no me sintiera mal ella se pintó moretones en su cara, para estar iguales y así me convenció de salir a pasear.
Sé que a él no le interesa en lo mínimo, pero ese día para mi fue super especial y para no estar pensando en el maldito ascensor, pienso en buenos momentos.
– Genial –contestó con su fea actitud– Te hablaré de casos policiales, me encantan.
Hice una extraña mueca que fue algo entre diversión y vengo de una muy buena película de terror.
– Bien... –en verdad no sabía nada de él y no me molestaba, pero en verdad parecía muy raro.
– Noviembre de 1983, adolescente desaparecida, seis meses buscándola, levantando cada piedra del camino y nada, sin evidencia, sin rastros de que alguna vez existiera, hasta que una carta anónima llega a la estación de policías, periódicos y canales transmitiendo cada detalle, era tan morboso lo que ese sobre contenía, nadie podía creerlo, todos creían que ya estaba muerta, pero la encontraron, nunca fue la misma y terminó suicidándose. Este caso en particular, me encanta, es tan retorcido y misterioso, muchos acertijos y nunca encontraron al asesino, es fascinante. –primero que nada, me enojó que no me contara que tenía el sobre, segundo en verdad este chico daba miedo, se sabía el caso de memoria y parecía querer casarse con él, cuando lo relataba un brillo macabro podía apreciarse en su rostro.
– Oh –eso fue lo unción que logré emitir.
Si quería callarme, lo había logrado y muy bien.
10:00 a.m.
Luego de esa extraña plática, no cruzamos palabra, esto es muy estresante, no sé que es lo que sucede afuera y si ya me han despedido, ¿Acaso nadie se da cuenta de que estamos encerrados?
Moriré aquí, lo sé.
¡No morirás aquí, idiota!
Estúpida voz en mi cabeza, no me deja exagerar.
Veo que busca algo en su mochila negra, saca una botella de agua y toma de lo más tranquilo.
– ¿Todo este maldito tiempo tuviste eso? –debería dejar de maldecir, pero en verdad estoy furiosa.
– Si –contestó despreocupado– ¿Quieres?
Giré los ojos y agarré la botella.
– Gracias, aún no sé tu nombre. –ya empezaba a sospechar que era algún agente, muy reservado y sin dar detalles.
– Lucas –no tiene cara de "Lucas"– Siento que quieres que te pregunte.
– Yo soy Alicia. –dije sonriente y el soltó una malévola carcajada.
– Como la de la película –pareció pensar– ¿Cómo es que se llamaba?
– Alicia en el país de las maravillas –murmuré enfadada.
– Ah si, ya recuerdo –con cada palabra que emitía, lo odiaba más– Alicia en el ascensor de las pesadillas.
Okey, debo admitir que no suena mal.
Mu uní a sus risas y continuó burlándose de mi nombre.——————————————————
Disculpen el retraso, en verdad lo siento mucho, espero les guste💕
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-Coni❤️
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Atrapada en el piso 7
Подростковая литератураDesesperada por llegar a planta baja y salir corriendo a su primer día de trabajo en la gran ciudad de New York, Alicia se queda atrapada en el ascensor con un desconocido. ¿Habrá tiempo suficiente para conocerse? ¿Qué surgirá de ese peculiar encue...