𖣘Capítulo 2𖣘

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Lunes, 9:00 p

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Lunes, 9:00 p.m.

Esto es horrible, no soporto estar aquí encerrada y con un completo idiota, primero te habla como un amigo de toda la vida y luego se enoja sin razón.

Sería más soportable si pudiera ver películas o leer un buen libro, racionamos la comida y solo nos queda la mitad de una botella pequeña de agua, dos barras de cereal y un sandwich.

No es mucho, pero al estar encerrada en un ascensor y no tener idea de lo que sucede en el exterior, ese poco de comida es como oro puro.

– ¿Qué piensas? –Genial, al parecer está en su momento de buen humor, hay que aprovechar– Parece que te hubieran raptado, estás perdida.

– Si, ya sabes, estoy descansando un poco, fue un día muy atareado. –contesto sarcástica y con una falsa sonrisa, si él sería bipolar, yo también jugaría a ese juego.

– Ja ja, muy graciosa –rueda los ojos, ya volvió su lado grosero– Observa como me río.

Me enseña sus dientes exageradamente y con su dedo señala su rostro.

– Bonita sonrisa –okey eso era escalofriante y también daba miedo– Pero yo no me estoy riendo.

– Bueno, ese ya es tu problema –y otra vez rueda los ojos, ¿no se cansa de hacer eso?

– Eres tan idiota –inconscientemente ahora yo soy la que rueda los ojos.

– Eso me ofendió –lleva su mano a su pecho, ¡Que dramático!

– Genial –si quieres estar así, será así. –Cada vez me agradas menos.

– No me importa –de una forma muy lenta, pronunció cada palabra, me dió una muy falsa y exagerada sonrisa, se cruzó de brazos, cerró sus ojos y se quedó recostado en el suelo.

– Idiota –murmuré e imité su anterior acto.

Desearía estar en casa, pero no en mi departamento, me gustaría estar en mi casa, con mi mamá, mi papá y mis hermanas, comiendo las delicias que mi madre prepara y escuchando las anécdotas de papá. También extraño las peleas con mis hermanas, las caminatas con la abuela y las llamadas en la madrugada con mi mejor amiga.

Un vago recuerdo interrumpe mis pensamientos.

*Flashback*

Ya no hables –las cálidas risas de Lou llegan como música para mis oídos.

– ¿Y qué le dijiste? –pregunto curiosa– ¿Saldrás con él?

– No le eh dicho nada aún –hace una de sus dramáticas pausas y rueda los ojos divertida– No quiero parecer tan fácil, mañana le diré que si.

No me agradaba ese chico, pero a ella parecía hacerla feliz, y si ella es feliz, yo también lo soy.

– Bien, creo que ya debo irme –me despido de su madre y me voy a mi casa.

*Fin del Flashback*

No me habría ido de saber que ese sería el último día en que la vería. La extraño tanto.

Martes, 2:00 a.m.

Me quedé dormida, refriego mis ojos y acomodo mi cabello.
Pestañeo repetidas veces hasta acostumbrarme a la nítida luz.

Un fuerte grito es emitido por mi, Lucas está más cerca, definitivamente ya no está en la otra punta, está mirándome fijamente y no pestañea.
Puedo escuchar su tranquila respiración.

– ¿Qué diablos crees que haces? –pregunté asustada.

– Me gusta ver a las personas dormir –respiro con dificultad y cierro mis ojos, para cuando los abro, él ya está en la otra punta.

Martes, 9:00 a.m.

Nuevamente me eh quedado dormida, apenas despierto, recuerdo lo qué pasó hace unas horas, en verdad no estoy segura de si fue mi mente engañándome o en verdad sucedió, estoy tan confundida, ahora él se ve como un cachorro durmiendo muy tranquilo.

Agarro mi cabeza y suspiro irritada, este lugar me vuelve loca, esta situación me vuelve loca.

Veo que se mueve y creo que va a despertarse, no me quedaré como si no hubiera pasado nada, aunque no esté completamente segura, creo que fue real y le preguntaré.

Espero a que se despierte del todo y lo miro con los ojos entrecerrados, él me mira con el ceño fruncido debido a su confusión.

– ¿Qué quieres? –y otra vez está en modo grosero.

– Quiero saber por qué me observabas en la noche. –digo con simpleza, no le daré muchas vueltas al asunto.

– Uhm –parece pensar su respuesta– Solo estaba aburrido y se me dió la gana.

Se encoge de hombros y suspiro para tranquilizarme.

– ¿Cómo puedes estar tan tranquilo? –pregunto irritada– No es normal observar a las personas mientras duermen.

– Lo siento, ¿Bien? –rueda los ojos– Ni que hubiera sido para tanto.

– Bien, pero no vuelvas a hacerlo. –no me gusta que me anden mirando cuando estoy durmiendo.

– Como quieras –murmura con desinterés.

– Gracias –digo sarcástica.

Y otra vez, las horas pasan y no escucho su voz.





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Lxs quiero, besoss 💋

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-Coni💕

Atrapada en el piso 7 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora