¡No soy de NADIE! (Argentina x ¿?) -editando-

"Una pelea sin sentido"(Capítulo 11)

Luego de corretear por toda la casa, los dos invitados se habían cansado mucho, el argentino tenia un buen estado físico, a pesar del alcohol que había consumido el día anterio.

Así que dejaron el juego a un lado y fueron a desayunar, lo cual por las boludeses que hicieron ya eran las 10:25 am.

-Che, y ¡¿con que quieren acompañar el café?!- dijo gritando el argentino ya que estaba en la cocina, y los otros en el comedor.

-No lo sé, que te parece comprar unas deliciosas conc- el menor ya sabia como terminaba aquello así que lo interrumpió gritándole "cállate", provocando que este se cagara de risa.

El ruso no decía ni una palabra, ya que la cabeza lo estaba matando.-No tengo una mierda, me voy a comprar acá cerca unas facturas- se acercó a donde estaban, y pudo notar como que el más grande tenia su mano allí y un expresión de molestia.

-Ah no mames argie, ¿no tenés nada?- este no parecía prestar atención a lo que le ocurria al ruso.

-Bueno che, ¿qué querés que haga?, sacarme la comida del culo, pelotudo- las cosas que decía el argentino hacían que el mexicano no parará de reír, pero para no seguir escuchando las tonterías de su amigo se fue a su habitación, para buscar su billetera la cual estaba en la mesita de luz en el primer cajón, donde al abrir vio de que ahí seguían los lentes negros rotos y el teléfono de USA.

-Cuando pueda voy a tratar de devolvérselo- se dijo a si mismo en un susurro pero al darse cuenta de que se estaba distrayendo volvió rápidamente a lo suyo. Y aún que ya tenía el dinero no podía salir así nomas así que también buscó unas medias para calzarse y un abrigo, ya que afuera además de llover hacia mucho frio.

Pero al ya tener todo sentía que se olvidaba de algo más, y eso eran las pastillas para darle aquel hombre, aún que para ser sinceros se quedó mucho tiempo pensando si debería o no darle, el ruso siempre lo trató como la mierda, a pesar de que él quería llevarse bien, porque con su padre tenía una buena relación de socios y hasta podría decirse también como amigos cercanos pero lamentablemente falleció. Además no se olvidó para nada lo que había ocurrido en la noche anterior y eso lo enojaba mucho, pero tampoco quería ser una hijo de puta así que al final agarró una para luego marchar rumbo a la cocina.

Una vez llegó a esta, encontró un vaso y lo cargo con agua, para que el ruso pudiera ingerir mejor la pastilla, ya que era muy conocido de que este tomaba sus medicamentos sin una gota de algún liquido, al volver nuevamente con sus invitados se podía apreciar como los ojos grises del grandote estaban perdidos por el dolor constante, además de que siempre están vacíos y sin vida, de alguna forma le daba pena al argentino, ya que este lo conoció cuando era un niño, y sabe bien el por las cosas que el amante del vodka paso durante su vida, pero no pudo hacer nada para ayudarlo, así que si ahora puede lo hará, bueno eso se dice a si mismo para olvidar lo ocurrido. xD

Colocó las dos cosas que llevaba en la mano frente a este y con delicadeza le tocó el hombro para llamarle la atención.-Che vos, toma esto- el ruso lo miro confundido y extrañado, ya no sabía si era por el dolor de cabeza, dolor de huevos o por lo cerca que estaba la cara del celeste y blanco, donde pudo ver sus hermoso ojos color miel.

-Что это?(¿Qué es esto?)- para tratar de no perderse en la vista del menor decidió hacerle una pregunta un tanto ruda, ya que en vez de sonrojarse se molesto aun más, no por culpa del menor sino más bien de el mismo, porque en su mente pensó que era lindo.

-No seas boludo, es para aliviar el dolor de cabeza- se alejó un poco para ir hacia la puerta de su casa.-Ya vengo, me voy a comprar aquí cerca, y como es mi plata compraré lo que salga de los huevos- tomó uno de los paraguas que esta alli y se fue sin dejar que alguno de los dos llegara a decir algo.