La otra versión de la historia

Introducción

Todos conocemos muy bien la historia de la princesa pérdida del reino de Corona: Como fue que nació gracias a la gota de Sol y que debido a esto fue secuestrada por una mujer ambiciosa por juventud, y cómo logró liberarse de su encierro con la ayuda de un carismático ladrón.

La historia que están a punto de escuchar es similar a la ya mencionada, sin embargo, puede llegar a ser bastante distinta...

Y todo comienza con la Luna.
Hace muchos años una gota de Luna cayó del cielo formando un ópalo mágico con poderes destructivos mortalmente peligrosos, mantenido oculto del resto del mundo en el Reino Oscuro. Sin embargo, su poder costo muchas vidas y el reino decaía debido a esto.

Es por eso que la reina, junto con su leal y confidente dama de compañía, idearon un plan para acabar con ese sufrimiento de una vez por todas. Así, una noche ambas se dispusieron a destruir dicho ópalo usando una daga hecha con una de las rocas que este mismo formaba; por desgracia, su plan no funcionó como lo habían pensado, pues, al tratar de cortarla, la piedra liberó un fuerte destello derribándolas a ambas. La dama de compañía despertó sólo para encontrar que la reina yacía muerta y el ópalo supuestamente intacto. Poco sabía que parte de su poder había sido transferido a ella.

En su angustia y desesperación, el rey trató de tomar el ópalo por la fuerza, y al fracasar, desterró a todos los habitantes del reino con el fin de protegerlos del poder mortal del ópalo; quedando sólo él y su pena como los únicos residentes.

Por otro lado, la ex-dama de compañía, Meredith, dejo su vida en el Reino Oscuro atrás instalándose en un bello y abundante reino llamado Corona. Con el paso de los años se enamoró del líder del pequeño pueblo donde vivía y antes un guerrero del Reino Oscuro; contrajeron matrimonio y ambos esperaban un bebé. Todo parecía perfecto y, a pesar del pasado que ambos habían sufrido, juntos habían logrado formar algo mejor: una familia... Pero, al llegar el día en que su hijo nacería, Meredith cayó gravemente enferma sin razón aparente. Su esposo hizo todo lo posible para intentar salvarla, pero su condición era fatal; y al nacer su hijo, ella sólo tuvo oportunidad de verlo una primera y última vez antes de que su corazón se detuviera para siempre.

El niño, con cabello negro como la noche, no sólo había nacido con un peculiar mechón azul entre su cabello sino que también se le había sido transferido parte del poder del ópalo lunar.

Quedando su marido sin ella, su hijo se convirtió en su tesoro más preciado.

Cinco años más tarde, un día se encontraba en el mercado con su hijo, estando tan distraído no se percató del momento cuando su hijo se separó de él y como un extraño interesado en los poderes del niño, aprovechó la oportunidad para arrebatárselo.

El ex-guerrero sólo podía escuchar el llanto de su hijo mientras perseguía a una figura encapuchada a través de la multitud y en los interiores del bosque antes de que desaparecieran sin dejar rastro.

Desde ese momento, se prometió a sí mismo que no se detendría hasta encontrarlo, buscaría por todo el reino y más allá de este si era necesario, pues sin importar el costo, traería a su hijo de vuelta.

Por desgracia, no importaba cuanto lo buscara, nunca logró dar con el escondite del captor; pues más allá de las murallas de Corona, adentrándose en un bosque distante, en una casa fabricada por conchas se encontraba su hijo escondido y vigilado por su captor, Matthews, el cual había suprimido los recuerdos sobre su padre para después encerrarlo pretendiendo ser su padre, prohibiéndole salir y teniendo sólo una ventana con vista al bosque como contacto con el mundo exterior.

Esperando a que alcanzará una edad ideal para sacar el mejor provecho de sus poderes cada año lo ponía en un sueño hipnótico con el fin de medir el potencial de estos.

Ignorante de su situación, el chico creció encerrado, siempre con la constante curiosidad por ver el mundo exterior; siempre leyendo acerca de este, queriendo saber aún más; observando el exterior cada noche a través de su ventana añorando explorarlo, esperando que algún día él pudiera sentirlo por sí mismo...