Varian corría. No podía dejar de correr. No después de lo ocurrido allá atrás.
Después de lo que él hizo.
Ni siquiera se atrevía a mirar hacia atrás. Tampoco tenía idea de a dónde se dirigía, lo único que podía hacer era correr.
Correr sin saber que hacer. Correr sólo él y el veloz latido de su corazón. Correr mientras dejaba caer lágrimas de sus ojos.
Sólo... Correr.
El llanto terminó por frenarlo y se detuvo frente a lo que parecía ser una gran entrada hacia el interior de un árbol.
Sus piernas cedieron al peso de su cuerpo; bajó la cabeza dejando que su largo cabello cubriera las facciones de su cara mientras dejaba salir toda su angustia en forma de sollozos y lágrimas.
Estaba tan atrapado en su propia aflicción que no notó la presencia de un hombre detrás de él hasta que oyó su voz.
-¿Qué estás haciendo aquí?-
Varian volteó aún con lágrimas en sus ojos a ver al delgado hombre con cabello y vello facial oscuros como la noche, y mirada penetrante de ojos verdes tan brillantes que podrían ser confundidos por amarillos. El porte del hombre en sí, era amenazante y de temer; sin embargo, Varian se atemorizó, no por aquel hombre, sino por lo que él mismo podría hacerle a éste.
-Por favor, vayase... No quiero hacerle daño- retrocedió asustado.
El hombre sólo levantó una ceja observando al niño de pies a cabeza, en especial su mechón azul.
-Oh. Veo que ella no cumplió con su trabajo ¿Cierto? Supongo que tendré que encargarme de esto yo mismo- comentó el hombre para sí mismo mientras se acercaba al chico y chasqueaba los dedos llamando a dos binturongs que fueron rodeando a Varian haciéndolo retroceder hasta dejarlo de espaldas contra la corteza del árbol. El hombre entonces arrancó una colorida flor y la observó con detenimiento jugando con el tallo entre sus dedos.
-¿Q-Qué? ¿A qué se refiere? ¿Qué es lo que quiere de mí?- cuestionó el chico confundido, pero casi sabiendo la respuesta a la última pregunta.
-¿Lo que quiero? No quiero nada de tí excepto liberar al mundo del poder que te fue conferido- respondió el hombre a la vez que tomaba la cara de Varian con una mano, acercando el polen de la flor hacia él haciendo que cayera inconsciente -Sin importar el costo que esto pueda tener-
. . .
Cuando Cassandra llegó al Gran Árbol, no le importó estar lastimada y, aunque le costó algo de trabajo, bajo de la yegua, buscando a Varian llamándolo sin parar:
-¡Varian! ¡¿Dónde estas?! ¡Varian!- gritaba mientras buscaba por todos los rincones que veía.
-Él no esta aquí. Al menos no lo ha estado durante horas- una alta y fuerte mujer con cabello blanco, ojos rasgados y la mitad de su cara pintada de rojo comentó con tranquilidad mientras examinaba unas huellas en la tierra.
-¿Quién eres tú? ¿Y cómo sabes de él?- Cassandra desenvainó su espada tratando de parecer intimidante ante aquella mujer. Ella sólo bajo la espada con su mano y la misma calma de antes.
-No hay necesidad de eso. No soy una enemiga, yo también estoy buscando al niño. No para perjudicarlo sino para ayudarlo-
-¿Ah si? ¿Ayudarlo con qué exactamente?-
-Ayudarlo a llegar a su hogar. Su verdadero hogar-
Cassandra abrió sus ojos llena de sorpresa y confusión.
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La otra versión de la historia
FanfictionVarian ha nacido con poderes lunares y a causa de esto es secuestrado. ¿Pero que pasa cuando una cazarrecompenzas lo rescata por accidente? (Primera parte de una trilogía con variaciones del mismo nombre)