EOS; Damian Wayne

O1.

Capítulo 1

● MEJORES AMIGOS ●

Mallory Köhler se percató de que algo le pasaba a Damian, su mejor amigo.

—¿todo bien?— preguntó. El muchacho no hizo caso. Mallory golpeó su hombro con su puño, Damian alzó la mirada, le había dolido, no porque ella fuera fuerte, sino porque recibió un golpe muy fuerte durante un enfrentamiento la noche anterior. —¿qué te pasa? ¿Eh?—preguntó nuevamente.

—no me pasa nada.—mintió.

Ella negó con la cabeza y volvió a escribir. Había aprendido que no le puedes sacar ni una palabra a Damian si él no quiere.

Miraba al chico de reojo. Si que estaba raro. Más de lo normal.

Sonó el timbre que marcaba el fin de clases. Las fiestas navideñas estaban a sólo unas semanas, cosa que hacía nuy feliz a Mallory. Amaba estar con su familia y amigos.

Salieron del salón, Damian estaba muy callado, más de lo normal. Eso estaba volviendo loca a Mallory. ¿Por qué no le decía que le ocurría?

—¡Mally!—gritó su hermano, ella dió media vuelta y arqueo la ceja.—iré con los chicos, usaré el auto.

—¿y yo? ¿Quieres que camine?

—tal vez Wayne puede hacerte compañía.—dijo lo último con algo de desprecio. Khalan Köhler odiaba a Damian Wayne, y Damian Wayne odiaba a Khalan Köhler.

Era una relación de odio instántaneo. Al menos por el lado de Damian. ¿Qué culpa tenía él de haberle gustado a la novia de Khalan?

—eres un idiota.—dijo la joven. Su hermano desapareció, Mallory volteó a ver a Damian y caminaron hasta afuera.—¿me llevas?

—no tienes que preguntarlo, Eos.—contestó Damian.

—¿ya me vas a decir que te pasa?—le cuestiona ella.—¿es por algo familiar?

—sí, bueno, en parte.

Damian tenía la gran capacidad de confundirla.

—¿es por Bruce?—quizo saber ella. Él negó con la cabeza.—¿adoptó a alguien más?

Mallory tenía la gran capacidad de hacerlo reír.

—es por mi madre.—dijo finalmente.

Mallory no sabía nada de su doble vida. Nada de Robin, nada del nieto del demonio, nada de eso. Nada del mundo que la podía poner en peligro si sabía demasiado. Damian no se lo perdonaría si algo le pasara.

—creí que vivía en Asia.—murmura ella.—¿volverá?

—quiere mi custodia.—Damian utiliza esa palabra para poder seguir protegiendola.—o eso creo.

—¿por qué lo crees?

—quiere hablar conmigo en persona, debe ser importante.

—¿cuándo?

—no lo dijo.—responde y eso sí es verdad.—me preocupa que quiera venir.

Ella decidió no hacer más preguntas. Damian parecía vulnerable hablando de su madre, y no le gustaba verlo de esa forma.

—¿qué harás por navidad?—preguntó ella. Esperaban a que Alfred llegara, era raro, nunca llegaba tarde, excepto cuando ayudaba a Batman.

—escuchar a los arrimados y sus historias extrañas.—contesta él.—¿qué hay de ti?

—llamarte para alegrar tu vida.

Existiendo alegras mi vida, pensó Damian.

—Alfred no vendrá.—dice Damian, viendo su celular.—¿caminamos a tu casa?

—¿por qué a mi casa?—pregunta ella.

—porque mi casa te da miedo.—contesta Damian, en un tono burlón.

—no me da miedo.—miente ella.—sólo creo que podría parecer set de película de terror.

Damian sonrió nuevamente. Mallory comenzó a caminar, y él la alcanzó.

—hay que ver películas.—propuso ella.—un maratón de los juegos del hambre.

Damian aceptó, intentaba ponerle atención a su amiga, pero la próxima visita de su madre lo tenía preocupado.

¿Por qué quería hablar con él?

Pasaron la tarde viendo películas en la pequeña sala de cine de la casa de Mallory.

Ella hacía comentarios sobre las películas, bromeaba con la intención de hacer sentir mejor a su amigo.

No sabía porque actuaba extraño, pero sabía que era su deber estar ahí con él.

Era su deber como mejor amiga.