Despierto al escuchar el horrible sonido de mi alarma, cinco con diez. Me levanto para apagarla pero antes un escalofrío recorre todo mi cuerpo. Sigo soñando con aquel chico quien conozco, él, un chico que conocí hace meses atrás.
Me levanto y camino para prender mi luz. Me veo fatal.
Primeras dos horas, filosofía, a quien se le ocurriría ponerla a las siete de la mañana cuando nadie tiene la energía suficiente para si quiera pensar, al llegar a mi salón una sonrisa se forma en mis labios, él se levanta y va directo a mí para un abrazo rápido, como hubiera querido que durara más, nos separamos y me mira.
—¡Julieta! ¿Cómo has estado?— dice mientras mete sus manos a su sudadera
—Bastante bien ¿tú? ¿cómo te trata la vida?
—Ya sabes, lo usual.
Dice antes de voltear al escuchar como el profesor llega y sin más regreso mi mirada y él ya se encuentra camino a su lugar.
Él ¿cómo describirte? Pienso mientras camino a mi lugar, alto, para ser exacta 1.90m, delgado, piel blanca como nieve, ojos color verde con tonos miel pero al sol son verde claro, simplemente hermosos como para perderte en ellos, cabello castaño claro casi rubio, su voz no es grave pero tampoco aguda, vegetariano y con una facilidad extraordinaria para socializar, lo único que tenemos en común. Yo en cambio, 1.61 de altura, mi físico no es el mejor ya que toda mi vida he estado arriba de mi peso adecuado, tono piel entre clara y apiñonada, ojos café y cabello castaño oscuro.
He convivido poco con él diría yo, a inicios de semestre sólo hablábamos de la tarea de psicología, ahora es diferente, también hablamos de ciencias de la salud. Con lo poco que he conocido de él he logrado aprender que es una persona muy valiosa rodeado de gente que no lo ve, da mucho y no recibe nada. Constantemente tiene cambios de humor muy marcados que a veces ni sé si puedo hablar de algo con él o es mejor guardarlo para mí.
Son diez para las nueve y filosofía termina, me encamino a mi siguiente clase pero paro al platicar con una amiga cuando siento que alguien me abraza por atrás y veo que es él, me abraza con fuerza y al darme cuenta ya estoy casi acostada en sus brazos y comienzo a reír, me levanta y dice
—Me gusta la verga.— con confusión y risa lo miro y lo nota— ¿si o no Sami?—le pregunta a Sam, una chica que conozco desde secundaria, nos es muy alta pero tampoco pequeña, hermoso cabello oscuro ondulado, piel clara, es la persona más linda y comprensiva que conozco. Como yo ella reacciona igual, con risa y confusión.—la verga es rica, lo malo es al que está pegada.
Las dos comenzamos a reír y caminando al salón me pongo mis audífonos y mientras escucho pienso que la única razón por la que sigo yendo con bastantes ganas es por él, nos sentamos juntos y hace que la clase se pase más rápido.
Aún conservo recuerdo de inicios de semestre, yo llevaba un gorro azul marino y después de un rato escuchando al profesor de psicología hablando de religión me dijo
— Me gusta tu gorro y tienes un cabello bonito.
En esos momentos no sentía gran cosa por él como estoy empezando a sentir, antes no me importabas tanto como ahora, antes un cumplido de su parte me hacía sentir bien pero en estos días me hace el día, me hace feliz.
Llego a mi salón y saludo a las de mi mesa como siempre pero no me quito los audífonos, sigo escuchando música hasta que lo veo entrar e inconscientemente me arreglo el pelo, corrijo mi postura y trato de verme bien.
— ¡Vamos a escuchar música!— dice mientras me quita un audífono y se lo pone, busca en mi celular y empieza a poner en la fila varias canciones.

ESTÁS LEYENDO
Él
Teen FictionEncajas en mí, cada cosa que te digo tu ya sabes la respuesta, encajas conmigo pero tengo miedo a qué tú no lo sientas igual. Para él, quien me enseñó a amar, ser feliz y disfrutar de la vida.