Leo decidió escuchar el consejo de Joseph y se hizo amigo de Luka, dentro de lo que era posible. Su amistad no se diferenciaba de la relación que Joseph y él tuvieran. Durante el día tomaba el desayuno, la comida y la cena en compañía del grupo. Pasaban las tardes en el jardín escuchando las historias que Luka y Elder tuvieran para contar; Leo y los otros chicos los seguían de cerca, sin importar de qué se tratara, incluso vagar por el colegio durante horas.
En un comienzo, Leo agradecía que alguien se tomara el tiempo para hablarle y no solo hundiera la cabeza en un libro. Pero la situación se volvió incómoda. Parte de esto fue la convivencia entre Leo y Joseph. Por muy poco tiempo que permanecieran juntos en la habitación, el ambiente era tenso. No se hablaban incluso cuando pudiera parecer necesario y evitaban mirarse si existía la manera. El resto se relacionaba con el grupo de Luka. Antes de que Leo se enterara, alguno de ellos acababa de meterse en problemas. Iba más allá de tener una discusión en clase. Los chicos gastaban bromas a sus compañeros o a los alumnos de los grados más bajos. Esto llevó a muchos a la oficina de Norwood y por lo menos un par tomó el camino de regreso a casa. Fue uno de estos últimos la causa de que el caos se desatara.
—¡Dejaste que atraparan a mi hermano! —acusó Finnian a Luka una tarde.
—Él se lo buscó.
Un par de días antes, Luka había convencido al hermano menor de Finnian de entrar a la oficina de Randall y robar el examen de matemáticas. El profesor no dudó en exigir su expulsión y Luka parecía menos que afectado por el incidente.
Finnian no solo lo tomó esto con enojo, la actitud de Luka acabó por echar abajo su paciencia.
—¿Luka? —llamó.
Luka se volvió hacia Finnian justo a tiempo para recibir el golpe. El puño de Finnian se impactó en su quijada y lo hizo tambalearse. Aquello fue el inicio de la pelea. Luka se abalanzó sobre Finnian y cayeron al suelo juntos. Rodaron en el pasto del jardín, intentando hacerse tanto daño el uno al otro como fuera posible. Los alumnos alrededor de ellos se amontonaban en busca del mejor ángulo para atestiguar el encuentro. Pero Finnian y Luka lo volvían complicado. Se empujaban por el suelo entre sí, sin detenerse un instante, lanzando puñetazos que ni siquiera parecían tener un blanco y golpeaban, en su lugar el aire.
Leo miró la escena, primero con sorpresa y después preocupado por cómo acabaría. Había presenciado otras situaciones así y conocía los posibles resultados. Por eso agradeció la llegada del padre Gallagher al poco tiempo.
La expresión fría que Gallagher tenía al acercarse hizo retroceder a más de uno. Mantenía los ojos bien abiertos, sin dejar que ningún detalle escapara de su atención. Leo supuso que, de haberlo visto enojado, lo habría intimidado menos.
El padre Gallagher hizo una seña para llamar a los estudiantes mayores. Pidió que lo ayudaran a separar a los chicos y los escoltaran con Norwood. Para los alumnos, aquello fue un espectáculo aún más grande. Tanto Luka como Finnian caminaron orgullosos, incluso cuando el primero escurría sangre por su labio roto y Finnian se sacudía ramas secas y manchones de tierra pegados a su uniforme. Fue así que ambos cargaron el honor de tener la primera pelea del trimestre y les ganó cierta reputación entre sus compañeros. Aunque no a los ojos de Norwood, que decidió llamar a sus padres para hablar del tema. Eso causó expectativa entre la mayoría de los alumnos, que trataban de averiguar cuál sería el final de la historia.
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Para que no te olvides
Teen FictionPara que no te olvides es una historia que te transporta a los años pasados, donde habitan viejos amores y sueños desvalidos. La esperanza es un lujo del que pocos presumen y días cálidos son seguidos por noches de tormenta. La soledad abunda, pero...