Capítulo 5

72 14 9
                                    

Trajeron la cena mientras Paul y Keliff conversaban tranquilamente. A ratos hacían alusión a mí pero yo apenas asentía o daba una breve respuesta. No sé pero ese tipo no me convencía.

—¿Puedo tomarme la atribución de llamarla de señorita Miller?— y su "sugerencia" por un segundo me tomó por sorpresa.

—Por supuesto, sería lo más normal ¿no? Creo que estamos en edades similares, ¿o me equivoco?

—Eso creo. Tengo 27. ¿Usted?

—26, y puede empezar a llamarme de por favor

Él asiente, complacido, dando un sorbo a su bebida sin dejar de observarme en lo que podría haberse considerado una mirada lascisa y seductora.

—¿Y qué tal los diseños? ¿Qué te pareció nuestro estilo?— interviene Paul en tono curioso

—Si me permiten ser consecuente y, totalmente sincero, en mi opinión son muy bonitos, pero carecen quizás de un poco de color, algo más casual y divertido. Habrá mucho que mejorar.

—¿Eso crees?— rebato con rudeza—respeto tu criterio pero también tenemos un estilo y sello que mantener, y el nuestro es algo más formal. ¿Ya conoces el concepto de esta temporada?

—Precisamente porque lo conozco y estuve indagando es que sé que no va del todo con lo que pretenden proyectar.

—¿Qué sabrás...?

—Hey, calma— agradezco la interrupción de Paul o tal vez podría haber sido demandada por la gama de insultos que estaba a punto de lanzar para este petulante cavernícola. Por cierto, acabo de encontrar un buen apodo para él— Noah, querido, aceptamos tus críticas— y me lanza una mirada lasciva como obligándome a callar— el caso es que nuestros diseños, como ya debes saber, van particularme dirigidos al público joven que ha alcanzado la adultez, principalmente empresarias, mujeres de negocios, de gustos clásicos y refinados.

—Eso está muy bien, pero quizás deberían variar un poco su estilo, ampliar horizontes, no centrarse solo en un determinado público, venderían más y llegarían a un mayor número de personas, sin contar que más quedarían satisfechas. Sería un buen punto ¿no creen?— su discursillo comenzaba a sonar razonable hasta que soltó con arrogancia...— trabajaré con ustedes pero no son mucho mi estilo.

Noah tenia pinta de Don Juan, de engreído; lucía como uno de esos chicos de serie juvenil que dejan plantada a la chica con la que salen y actúan como auténticos fracasados para los negocios, de los que se aúsentan al trabajo por la borrachera que pescaron la noche anterior.

—Sí, muy bueno— aseguré con ese tono sarcástico y ególatra que tanto me caracterizaba y que, al parecer, no había sido tan convincente dadas las miradas confusas y conjuntamente incrédulas que, por un momento, el fotógrafo y Paul me dedicaron.

Podía atisbar un cierto gesto de burla en

— agradezco tu sugerencia

Eché un vistazo a sus tatuajes: la mayoría en el brazo izquierdo. Alcancé ver un faro dibujado como a bocetos bajo una media luna rodeada de un par de gaviotas. A su lado el perfil de una mujer exhalando un cigarrillo del cual nacía, en lugar de humo, una ola de estrellas seguida de una—bastante bien elaborada— cámara fotográfica, donde el lente se hacía pasar por el globo terráqueo a colores y, más abajo, una palabra que no alcancé distinguir.

Aparté la vista cuando su mirada sostuvo la mía.

—¿Te parece bien?— y su voz grave supongo se dirige a mí

—¿El qué?— mascullo, ajena

—Querida, estás un poco ida— farfulla Paul a lo que sonríe nerviosamente.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 24, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

No soy de esasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora