"Reflejo del mundo en los ojos de una mujer"

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Lentamente arrastró los pies por las frías calles de piedra de Konoha. Con la cabeza gacha y la mirada perdida. Sus manos de forma casual en sus bolsillos y un cigarrillo, aún sin encender, entre los labios. Con el que jugaba de forma inquita, balanceándolo y pasándolo de un lado al otro de su boca sin siquiera notarlo ¿Inquieto? Se podría decir que lo estaba.

¿La razón? Que otra sino, una mujer. Más en concreto, lo que ésta podría haber dicho de él para sabotear su estado anímico de manera tan devastadora.

Era cierto que él no era el más dotado de los shinobi. Ni siquiera admitía tener alguna cualidad que lo hiciera destacar sobre el resto. O elevarse por encima de la multitud. No, él era uno más del montón. Y sin problema de serlo. Y a pesar de lo que cualquiera pudiera pensar de él. Él no tenía bajo autoestima, ni poco amor propio. No. Sino que él sabía la medida justa de sus limitaciones, era conciente de sus virtudes y defectos. Cosa que todo hombre sabio debería saber. Si es que planeaba proceder en la vida de forma prudente. Y la prudencia era una de esas virtudes de la razón que él gratamente podía permitirse.

Sin embargo, era humano. Era hombre y como tal tenía un ego. Cierto monto de autoestima, con el cual cargar. Que a veces podía resultar frágil. Y como todo hombre, cuando su ego resulta herido, se sentía frustrado. ¡Y de que forma! Pero es que parecía ser que Ino, o la mujer en general, tenía un don particular para herir su orgullo masculino. Con tan solo unas palabras derribarlo por completo. De la forma más cruel e innecesaria.

—¡Mujer problemática! —bufó recordando de repente las palabras de la joven rubia. Haciendo danzar en sus labios el cigarrillo, aún sin encender.

Lo irónico de la situación era que él, habitualmente, solía hacer caso omiso a las críticas de los demás. Sin embargo esto era diferente, ella había deliberadamente atentado contra su orgullo masculino. Había agredido directa e inescrupulosamente su autoestima. Y aquello era difícilmente tolerable.

Lo cierto era que él sabía no tener demasiadas habilidades para tratar con las mujeres, era cierto que quizá no fuera el más hábil en lo que se refería a ellas. Sin embargo llamarlo "insensible" y con "poco tacto" era llevar aquella aseveración al extremo. Además ¿Cómo podía Ino llamarlo insensible cuando lo único que había hecho él había sido preocuparse por ella? Cuando Sasuke se había marchado, había sido él quien la había consolado. Sin embargo ahora él era un insensible. Y con poco tacto ¿Y que de ella? ¿Acaso no era insensible el trato que le profería diariamente a él? ¿Acaso Shikamaru no había soportado suficiente las agresiones sinsentido de ella a lo largo de sus años de amistad? ¿Él era el insensible?

Irónico, absurdo. Como ella. Ino era absurda, en toda su extensión. Todas las mujeres lo eran, fingiendo ser amables. Para luego apuñalarlo por la espalda, con estúpidos planteos y agresiones innecesarias. Pensando siempre que les convenía, diciéndoles a los hombres que hacer.

Finalmente decidió que era momento de dejar el asunto atrás, así que dispuesto a liberar sus tensiones encendió el delgado palillo de tabaco entre sus labios. Haciendo arder el extremo mientras con una larga y tendida pitada incorporaba lentamente la dulce nicotina a su sistema. Sintiéndose de repente llenar de ese placer espontáneo que sólo el fumar le ofrecía. Exhaló, y el negro humo se desvaneció en una nube al escapar de sus labios.

—No me importa —se dijo, lo cierto era que el asunto de alguna forma seguía mortificándolo. Y las palabras de ella seguían resonándole como hiriente eco en la mente.

Quizá si llegara a comprenderlas, quizá si entendiera el porque de su actuar llegara a tolerar aquellas cuestiones. Tal vez entendiendo el funcionamiento de la mente femenina pudiera al fin convivir en paz con su rubia compañera. Y entonces todo sería menos problemático. Y aunque nada garantizara que aquello ocurriera, debía intentarlo. Sin embargo se ocuparía de aquello después. Ahora debía retomar su camino, o llegaría tarde.

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