fourth

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Me sentía molesta. Siempre que Eunbi lucía así de intimidada, inquieta, era por no poder quitarse esos ojos de encima. Mis amigos me vieron e intentaron calmarme. No era buena idea buscar pleito con alguien que me duplicaba en tamaño, además de que sabía que dirigirme a un Pet iba a ser contraproducente si uno de nuestros papás o mamás me descubrían.

Seguramente pasaría en detención todo lo que queda de la semana.

Teníamos que rendir respeto a los mayores del orfanato, pero ¿por qué tendríamos que aguantarnos que ellos nos intimidaran de esa manera?

Solté los cubiertos golpeándolos contra la mesa. Dejé el plato del comedor y caminé hacia ese chico que ya estaba colmando mi paciencia.

—¡Hyeri! —oí por parte de Ziu a mis espaldas. Sentí que Christopher se había levantado para ir detrás de mí y sostenerme.

Pero nada me detendría.

Aterricé frente a mi objetivo plantando ambos pies sobre el suelo. Él estaba sentado, por lo que tuvo que alzar un poco la vista para verme el rostro. Lucía lo suficientemente desinteresado como para aumentar mi ira aún más.

—¡¡Park June!!

Se sobresaltó por la impresión que le había causado con mi grito repentino. Me quedó viendo con ojos sorprendidos, y sonreí para mis adentros, buscando continuar con mi seriedad.

—¡¡¡June!!!

—Creo que ya te escuché —se frunció con disgusto.

Sentí a Chris tocando mi espalda, pero no me iba a echar para atrás.

—¿Puedes dejar de acosar a mi amiga? —pregunté en un tono dominante, buscando intimidarlo, aunque mi poca altura me iba a dejar disminuida, en cuanto el adolescente se colocó de pie.

—¿Acosar? ¿acaso le dije o hice algo?

—¡Estás mirándola todo el tiempo! ¡¡Ella no se siente cómoda!! —grité para recriminarlo—, ¿estás enamorado de ella? ¡Ella no está en la edad de tener novio! ¡Y mucho menos uno tan grande como tú!

Se quedó absolutamente sorprendido ante mis conclusiones que quizás, y debo reconocer, eran apresuradas. Sin embargo, él tenía que saber que me parecía repugnante lo que hacía.

—No estoy enamorado de una mocosa de diez años, piensa mejor las cosas que dices...

—¡Aún así es repulsivo que un niño de 15 años esté mirando a una de 10 años con esa cara de tonto!

—Hye —Christopher estaba temblando de miedo, y aún así intentó detenerme. Aunque yo, con la cabeza calienta, ya no iba a parar.

June me observó desde su prominente altura. No era más alto que ninguno de nuestros papás, pero sí se había desarrollado luego de cumplir los 14 años. Era un chico solitario, un tanto extraño, que no paraba de incomodar a mi grupo de amigos.

Algún día yo iba a explotar y lo iba a poner en su lugar.

—Hye, hermana —llegó Bibi a mi lado, y pese a que incluso era más bajita que yo, se mantuvo de pie frente a June, por primera vez—. Está bien, vamos a sentarnos.

Pero lo que era particularmente extraño, era que el chico de cabello negro y ojos pequeños había evitado el contacto visual con mi mejor amiga, luciendo absolutamente incómodo.

Como si su presencia fuera lo peor para él. ¿Entonces para qué actuaría tan ensimoso con ella?

—Déjala en paz, y yo te dejaré en paz —grité con mi peor carácter.

to do what it takes ☨      bang chanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora