¿Y tu eres...?

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Alex

Abri los ojos lentamente. Habia poca luz. Las cortinas de mi habitacion estaban puestas de tal forma que ningun rayo de luz podia darme en la cara. Despacio, me sente en la cama y estire mis brazos, mis piernas y por ultimo bostece.

Un escalefrio recorrio mi cuerpo entero. 

Alargue uno de mis brazos y cogi el telefono. Las cinco de la tarde. Una pregunta paso por mi mente en ese mismo instante, ¿cuando me habia quedado dormida? y mas importante aun, ¿cuanto tiempo llevaba asi?

Impulsandome con las manos me levante de la cama de un salto. De nuevo estire mis brazos hacia el techo y sonrei, la siesta me habia sentado de maravilla a decir verdad.

-¡¡Cuidado!! -Un grito procedente de la primera planta me hizo ponerme en modo alerta-

La idea de que algo malo le hubiese pasado a algun mueble/electrodomestico/plato/cualquier otra cosa me hizo temblar de miedo. Mi madre era peor que un demonio cuando se trataba de castigos.

Rapida como un rayo me dirigi a la puerta, pero me detube en seco al recordar que AUN llevaba mi DEMASIADO revelador pijama. Abri mi armario y saque lo primero que pille. Unos vaqueros cortos de mezclilla, mis vans negras y una camiseta que ponia "Musica como estilo de vida". Sali de mi cuarto como una bala, disparada hacia la cocina, de donde prodecia la voz.

Esperaba que el grito no significase nada que pudiera impedirme salir de casa hasta los dieciocho.

Abri la puerta de la cocina y entre de golpe. Mi pecho subia y bajaba muy deprisa mientras intentaba recuperar mi respiracion normal. Mi mirada seguia fija en el suelo, mientras mis manos estaban apoyadas en las rodillas.

-¿Alex? -La voz de Daniel me hizo alzar la vista. Mis ojos se abrieron de par en par al ver que en la cocina no estaba el solo, sino que otro chico lo acompañaba-

-¿Que hace el aqui? -Le pregunte sin rodeos,  observando detenidamente al otro chico-

Este me miraba con una picara sonrisa, quizas con una pizca de malicia en ella, no pude evitar sentirme incomoda ante su atenta mirada. El chico era moreno, tenia unos bonitos ojos azules, piel, alto y cuerpo bien formado. Vestia con unos pantalones rasgados, una camiseta negra ajustada, que dejaba ver su marcada tableta. Otro idiota con mas musculos que cerebro.

-Hola hermosa -El chico me sonrio- Mi nombre es Alan

-Daniel, ¿podemos hablar?  -Le dije, ignorando totalmente al chico que tenia a frente a mi, intentando que le dijese mi nombre-

-Estoy ocupado -Me contesto tajante-

-Te recuerdo que es mi casa, y puedo hechar a tu "amiguito" -Le rete fulminandole con la mirada-

-Y yo te recuerdo que estoy a cargo de ti y de la casa, por lo que no puedes hecharlo sin mi permiso -Me sonrio divertido- ¿Has terminado ya? 

Le mire de la forma mas envenenada posible.

-Vete a tomar por culo -Le dije y sali de la cocina-

Alan  

No esta nada, nada mal

-Vete a tomar po culo -La chica que habia entrado hace un momento salio de la cocina-

Cuando por fin salio mire a Dani ofendido

-¿Como no me dijiste que cuidabas a una chica asi? ¿Es que acaso ya no somos amigos? -Le dije molesto-

-Te recuerdo que no, no somos nada desde que me robaste a mi novia. Y ¿de que hablas? -Me dijo confuso-

Te Odio, Amor Mio (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora