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-¿Que crees que haya en el cielo? -preguntó Gilbert uno de los tantos sábados que estuvo con Anne, se encontraban sumergiendo sus pies en el lago de aguas relucientes- ¿Casas hechas de nubes? ¿Personas felices que siempre toman té y comen galletas?

-Creo que hay algo más de lo que logras imaginar, cuando visualizamos algo realmente no es como creemos ¿Sabes?

El muchacho suspiró, luego de un gran silencio volvió a hablar.

-He pensado en visitarlo.

-¿A quién?

-A papá, por supuesto.

-No es tan difícil, solo tienes que caminar, su tumba está a unos pasos de tu casa...

-No -balbuceó-, me refiero al cielo.

Anne lo observaba confusa, sintió el deseo pasar una mano por su cabello y darle un beso pero se detuvo, en vez de eso hizo una pregunta bastante lógica.

-Pero para verle tendrías que morir, ¿no es así?

-Supongo -fijó su mirada en el agua conteniendo el impulso escondido de querer saltar y no salir, Anne lo notó y se entristeció porque supuso que no estaba haciendo ningún bien para su vida, lo tomó fuertemente de la muñeca.

-No.

-¿No qué, Anne? -unas pequeñas lágrimas se asomaron- ¿Crees que sabes todo de mi? No es así...

-¡Entonces hazlo! -gritó ella sosteniendo su sombrero floreado para que el fuerte viento no se lo llevara- ¡He hecho de todo para tratar de agradarte!...

-¡Tú me agradas! -él también gritaba.

-Bien, pues ¿Sabes? ¡He intentado de mil formas hacer que cambies, sé que no te acercaste a mi por la tonta razón de que no sabes leer bien! ¡Eres un chico muy inteligente! ¡Sé que lo hiciste por algo diferente, y lo averiguaré!

Gilbert estaba hiperventilando, empuñó las manos y se levantó, ella lo hizo igualmente. Anne sintió que la odiaba, él dió dos pasos al frente aún con ira.

-¡Mi padre era lo único que tenía, ahora lo eres tú, pensé que con el entusiasmo que llevas siempre podrías cambiar los pensamientos que te acabo de contar, ayudarme a sentir amor por ti al menos!

-¡Puedo hacer eso! Solo no me hagas sentir terrible.

-¡Te daré la mitad de mi vida si tú me das la mitad de la tuya! -gritó el muchacho por última vez en esa conversación, el sentimiento en aquellas palabras fue totalmente inconsciente.

-¡Por favor, Gilbert Blythe, te daré mi vida entera!

Al darse cuenta de esas palabras totalmente impulsivas, Anne guardó silencio, Gilbert también lo hizo. Sus rostros totalmente rojos pudieron contemplarse desde la perspectiva de cada uno... él dió dos pasos adelante luego de sentir un vuelco en su estómago pero era demasiado tarde, ella había corrido a casa.

「𝐖𝐨𝐧𝐝𝐞𝐫𝐰𝐚𝐥𝐥 ; 𝐀𝐧𝐧𝐞 × 𝐆𝐢𝐥𝐛𝐞𝐫𝐭」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora