Quizás era tarde, quizás era estúpido, quizá tendría que detenerse. Gilbert disminuyó el paso cuando vio la lluvia caer sobre el establo de Green gables, pensó en lo egoísta que había sido todo ese tiempo. Anne era demasiado buena para él. Pateó una roca y se detuvo, regresaría a casa.
-¡Gilbert Blythe! -exclamó Marilla llevando unas bolsas en sus manos- ¡Gracias al cielo estás acá! ¿Podrías ayudarme a llevar esto, por favor?
Bien, las señales divinas probablemente si existen. Él tomó las bolsas y caminó a la casa con el corazón en la mano, tan callado que a Marilla le dió miedo su mirada ida.
-Hace un tiempo que no te vemos por acá ¿Ha ocurrido algo?
-Para nada, señorita Cuthberth -susurró, dudó un momento-. Bueno, realmente si. ¿Se encuentra Anne en casa?
-Por supuesto, debe estar en la cocina -tuvo ganas de reírse al ver el interés en los ya no tan tristes ojos del muchacho-. Hoy está horneando.
-Siempre hornea cuando está pensativa o confundida -recordó él, la pelirroja se lo había dicho meses atrás, ambos sonrieron y la mujer abrió la puerta.
Anne lloraba, sus lágrimas caían en la masa de galletas. Gilbert la miró como si hubiese visto un ángel, entonces se dió cuenta que debía hablarle.
-Hola -susurró.
-¿Que haces aquí? Te dije que no quería volver a verte jamás.
-Estoy enamorado de ti.
-¿Ah si?
-Si.
-Pues es una pena, Gilbert Blythe. Nunca conocí a un muchacho tan odioso y egocéntrico como tú, quise ayudarte ¿Te has dado cuenta de todo el daño que me causaste?
-No quería arruinarte...
-Pues lo hiciste, así que vete ¡No te quiero ver jamás!
-¡Anne Shirley Cuthberth! -exclamó Marilla.
-No te quiero ver más, Gilbert -repitió-. Te pido con todo respeto que te vayas, por favor.
Un Gilbert de hace seis meses se hubiese ido, él la vio a los ojos sosteniendo la mirada con firmeza aunque no pudo evitar llorar.
-¡Sé que he sido egoísta, un idiota! ¡Lo lamento tanto! -pasó la mano por su barbilla con desesperación- ¿Recuerdas...? ¿Recuerdas cuando te dije que te daría la mitad de mi vida si me dabas la mitad de la tuya? Entonces... entonces me dijiste que me darías tu vida entera -notó las lágrimas rodando por sus mejillas-. Yo también te daría mi vida entera si lo necesitaras alguna vez, tal vez no he sido el mejor amigo, o el mejor chico pero siempre que necesites algo estaré yo. Sin querer cambiar tu maravillosa forma de ser. Cuando estoy contigo siento una felicidad inmensa, siento que finalmente soy yo... lo siento por enamorarme de ti, siento no ser lo que de verdad quieras y necesites para tu vida.
Ella levantó la cabeza, dió dos pasos.
-Tú eres a quién necesito, a quién quiero y siempre querré en mi vida -susurró, la pared del orgullo se desmoronó, dándose cuenta de lo enamorada que estaba puso una mano en su mejilla-. Te amo.
Por primera vez en mucho tiempo a Gilbert Blythe se le iluminaron los ojos.
-También te amo.
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Marilla Cuthberth que había estado espiando toda la escena sonrió de alegría al ver como ambos se daban un tierno beso, la puerta principal se abrió y aunque ninguno de los dos se dió cuenta la sonrisa de Matthew Cuthberth fue más que suficiente para causar un momento feliz en ese espacio. Anne revolvió el cabello de Gilbert, y este tocó su nariz con la suavidad más grande del mundo. Volvieron a darse un beso mientras por la ventana un grandioso arcoiris daba vida a una nueva etapa en la vida de ambos jóvenes, sin tristeza para ninguno, nunca más.
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Espero que les haya encantado tanto como a mi. Al fin salí de mi semana de parciales, así que tengo todo el tiempo del mundo para ustedes. Capítulo dedicado a Marilu_08gracias por el apoyo en mis historias, lindura. Mil gracias a todos ustedes, son maravillosos. Ya saben como es esto. En exactamente 20 minutos el capítulo 0 de la siguiente historia será publicado. Llevará como nombre "Your name" ¿Preparados? Se despide con besote; ~Cassie. 🌻🌈🍑
