Capitulo 69

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(Obs:Escuchar el audio durante toda la lectura)

La primavera se hacía presente nuevamente, las flores comenzaban a renacer, las mariposas volaban por doquier, el sol brillaba radiante ¿quien no amaba la primavera? Era una de las mejores estaciones del año. Pero eso no era precisamente lo que hacía feliz a la pareja que se encontraban en una pequeña cabaña en una isla llamada Jeju que se encontraba algo alejada de la ciudad.

Park Jimin y Park Yasnel disfrutaban de unas mini vacaciones que sus hijos les habían regalado por su aniversario de bodas. Ambos se encontraban sentados debajo de una palmera mirando el hermoso atardecer disfrutando de ese momento como si fuera eterno.

-¿Sabes? - dijo llamando la atención de su esposa que se encontraba levemente recostada sobre su pecho - Puede que con el tiempo comience a evolucionar, pero hay algo que permanecerá intocable - la miró a sus ojos - Mi amor por ti - sonrío - Tú llegada lo cambió todo en mi vida, tus ojos, tu sonrisa y tus besos me demostraron que el amor existe y llega para adueñarse del corazón y darle un sentido para latir. No exagero cuando te digo que eres el aire que respiro, que eres la sangre que mi corazón bombea, la luz que ilumina mis ojos y el alimento de mi alma, sin ti sería imposible decir que estoy vivo. Eres una ladrona profesional, primero me robaste una mirada, luego una sonrisa y un día sin que lo notara, te llevaste mi corazón - ambos sonrieron y para ese entonces Yasnel había permitido que algunas lágrimas comenzaran a descender por su mejilla - Nunca he podido encontrar las mejores palabras para poder definir lo que siento y expresártelo de la mejor manera, solo puedo decirte que estar contigo dio inicio al mejor periodo de mi vida, uno donde conocí el amor verdadero. Quiero permanecer a tu lado toda mi vida, para que un día cuando seamos muy ancianos pueda verte y decirte: Prometí amarte toda la vida y aquí sigo a tu lado.

Yasnel no pudo aguantar con todo lo que estaba escuchando, era demasiado para su corazón así que rompió en llanto abrazando a su esposo con fuerza, estaba tan enamorada de ese hombre. Se separó levemente de él y como si se tratara de alguna película en su mente comenzaron aparecer tanto recuerdos, desde el primer día en que se conocieron hasta este preciso momento, sonrió cuando los recuerdos desaparecieron, habían pasado por tanto pero aún seguían ahí, amándose con locura.

-Amarte es la sensación más adictiva y mágica que he podido experimentar en la vida - susurró secándose sus lágrimas - Desde que todo esto comenzó la diferencia entre la realidad y los sueños se ha desdibujado para mí, vivo en un paraíso llena de amor y de felicidad - sus ojos nuevamente comenzaron a aguarse - Mi estómago se hace un nudo si pienso en cómo sería mi vida si no estuvieras en ella, tu amor me hace mejor, me ayuda a luchar por mis sueños y me lleva a anhelar solo tu felicidad.
El amor que me brindas es una gran llama que me quema por dentro, destruyendo todo lo que fui para convertirme en una nueva y mejor mujer, gracias por estar a mi lado, gracias por llegar a mi vida, por enseñarme a reír y ver el mundo de colores y lleno de felicidad, gracias por hacer que todo esto sea una realidad.

Jimin sonrió mientras secaba las lágrimas que descendía sin cesar por las mejillas de su amada esposa, se acercó lentamente a ella mirando esos labios que tantas veces habían besado pero aún así no se cansaba de besarlos, depositó sus labios con delicadeza iniciando un beso tan tierno que sus corazones latían a gran velocidad en conjunto, pero tuvieron que separarse levemente en busca de aire.

-Te amo tanto - susurró mientras juntaba sus frentes.

-Te amo más, gracias por hacerme tan feliz - sonrío.

Jimin volvió a besar los labios de su esposa solo que esta vez el besó fue diferente. Yasnel le dejó explorar su boca entreabriendo sus labios tímidamente provocando que aquel besó sea más que un roce inocente y cuando sintió la lengua de su esposo no puedo evitar soltar un gemido de pura satisfacción.

-No puedo - habló entre besos - Necesitó hacerte mía.

-Jimin - se separó jadeando - Te amo tanto - acaricio su mejilla - Quiero que esta noche me ames como solo tú sabes hacerlo - se sonrojó.

Como respuesta recibió una sonrisa de su acompañante mientras este la ayudaba a ponerse de pie para luego cárgala haciendo que rodeara sus piernas sobre su cintura y sus brazos sobre su cuello iniciando un nuevo beso.

Jimin se sentía como en el cielo, sus manos inquietas recorrían delicadamente la espalda de su amada mientras esta suspiraba entre besos con cada roce. El chasquido de sus lenguas resonaba por toda la habitación. Recostó lentamente a su esposa en la cama sin dejar de besarla, comenzó a subir su mano por debajo del vestido que llevaba Yasnel para luego quitarla por completa junto con cada prenda que en ese momento estorbaba, pero él no se quedó atrás una vez que terminó de desvestir a su esposa, dejó que ella hiciera lo mismo haciendo que por fin ambos quedaran desnudos.

Jimin con cada beso que repartía iba susurrando lo hermosa que se veía sin llevar nada de ropa haciendo que Yasnel se revolviera en la cama soltando suspiros .

Sus respiraciones fluían como melodía para ambos, transmitiendo la emoción con la mirada plenamente consciente que esa noche iban a consumar su amor en cuerpo y alma.

Con cuidado Yasnel  besó castamente sus labios bajando hasta su cuello, repasando lentamente con su lengua las marcadas clavículas de su esposo.

-Te amo - susurró antes de tomar una de las piernas de su amada ingresando lentamente en ella.

Yasnel no pudo evitar soltar un gemido al sentir completo a Jimin. Las caricias que ambos se brindaban expresaban el gran amor que se tenian, una vez que el peli negro comenzó a moverse todo dejó de existir para ellos, solo importaban ambos. Yasnel se retorcía bajo el cuerpo de su esposo cuando este comenzó un vaivén fuerte e insistente en el mismo lugar.

-Jimin - dijo mientras arqueaba su espalda para luego aferrarse a sus hombros.

El último mencionado besó sus labios embistiendo una y otra vez cada vez más profundo. Ambos se miraron jadeando agotados, gimiendo con la garganta lastimada, empapados de sudor, con sus labios hinchados, entonces en ese preciso momento ambos se corrieron finalizando con un beso pero esta vez sin dobles intenciones.

Jimin se recostó a su lado cubriéndolos con la sábana y luego abrazo a su esposa besando su frente. Las palabras eran demás en ese momento, solo se miraron pensado que el destino fue muy generoso con ambos. Porque quienes estaban destinados a ser, siempre acababan siendo.......

~Fin~

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