ੈ‧🚬₊˚ 𝗖𝗔𝗟𝗟𝗜𝗢𝗣𝗘┃❛ Donde Calliope desea que Stanley Barber la vea como ella lo ve, y no como la chica a la que le vende mariguana. ❜
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ Calliope "Callie" Spellman siempre había sido una chica de pocos amigos, ya que ella era tímida pa...
Me encontraba saliendo de mi casa, por alguna razón Stanley me había invitado a salir a dar una vuelta en su auto.
Creí que después de lo de anoche, todo habría acabado, dado que fue incómodo para los tres vernos después de haber hecho… eso.
—¿Te vas? —pregunté mirando la espalda de Sydney.
Ella se encontraba vistiéndose, yo me encontraba desnuda debajo de una manta, Stan estaba a mi costado.
—Sí, Liam está solo y debo ir a cuidarlo —respondió nerviosa mientras se paraba—. Nos vemos luego.
Subió las escalera rápido y salió de la casa.
Miré a Stan, él miraba por donde Sydney se había ido, fue incómodo para mí ese momento. Miré a Stan y él me vio a mí, sonreí.
—Espero que con esto pueda pagar por un poco de mariguana —dije divertida. Ambos reímos ante mi comentario.
Tomé mi ropa y me cambié, él hizo lo mismo.
—Oye… ¿Te gustaría salir mañana en mi auto? —me preguntó—. Solo si puedes.
Lo miré con las cejas levantadas. Sonreí mirándolo a los ojos.
—Sí, claro, por qué no —respondí rápido, estaba nerviosa, Stan me había invitado a salir.
Me levanté del suelo al percatarme que Stan estaba estacionando su auto frente a mi casa.
Sentí un leve sonrojo en mis mejillas al verlo, recordar lo que hicimos anoche junto con Sydney me hizo recordar lo incómodo que lo pasamos, ya que fue nuestra primera vez para los tres, supongo, ya que ni uno de nosotros sabia qué hacer exactamente.
—Hey —saludé mientras me subía al auto.
—Hola, Callie —me saludó.
Por un impulso mío, y no sé de dónde saqué la valentía, me acerqué a él y poco a poco junté mis labios con los de Stanley. Él se quedó quieto por unos segundos, ya que no se esperaba eso, pero después correspondió el beso. Nos separamos después de unos segundos.
—¿A dónde vamos? —pregunté quitándole sus gafas de sol y me las ponía.
—Pensaba ir a buscar a Sydney —respondió.
Sydney. Ella era el problema. Aunque no quisiera aceptarlo, a Stanley me gustaba ella, pero él no diría nada.
Yo solo asentí y sonreí. Arrancó el auto y luego de unos minutos llegamos a la cafetería en donde la madre de Sydney trabajaba, la vimos salir junto a su hermano menor, Liam.
