Another Chance [Mirio Togata]

Encaminar

¿Recuerdas el sentimiento de perder algo? Algo que era realmente importante. Primero viene el vacío, la desesperación, ¿Dónde se fue? ¿Dónde lo dejé?

Después viene la molestia, ¿Cómo pude haber sido tan torpe como para perderlo?

Mirio había perdido algo importante. Había perdido su quirk y con ellos sus sueños y esperanzas de poder convertirse en héroe.

Y se sintió como cayendo al vacío, sin dirección, sin sentido, por lo que a pesar de que se esforzaba cada día por superar aquel episodio, el agujero negro que había en su interior crecía y crecía.

La primera vez que en años no se había sentido así fue en aquel callejón. Tan solo por ese instante, sintió como su vida volvía a tener sentido. Era un héroe, siempre lo había sido, había vuelto a encontrar una dirección, confiaba en sus habilidades, pero olvidó sus propias limitaciones, lo que había perdido.

Y el recordatorio le llegó como una dolorosa puñalada. Literalmente.

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Lo primero que Mirio vio cuando despertó fue a una mujer parada a un costado de su cama.

— Togata-san, por favor mantenga la calma, iré a traer a la doctora — Mirio se quedó en su lugar analizando a su alrededor, podía ver el blanco inmaculado de la habitación, un ventanal amplio, por el que se veía el atardecer en una habitación donde solo estaba él. No tenía idea del día ni de la hora.

— ¿Mirio Togata? — Una mujer mayor rondando los cincuenta años, alta y esbelta, y de cabellos grises hizo ingreso por la puerta acompañada de un hombre vestido de azul con cabeza de gato, era claramente un policía. — Soy la Doctora Atara, lo que hiciste fue muy peligroso jovencito. —

La mujer se acercó hasta él y le pidió que se levantará la camisa de hospital, el rubio pudo apreciar un parche protegiendo la zona en la que había sido herido

— Si que eres un jovencito afortunado, no se dañó ninguna arteria, ni alguno de tus órganos vitales, fue una herida mayoritariamente superficial, no fue necesario poner puntos, pero tendrás que venir a curaciones, ¿Si? Dentro de 10 días estarás mucho mejor — La Doctora le sonrió con dulzura por un momento, para luego endurecer la mirada — Dime Mirio, ¿Naciste con un quirk de casualidad?

El muchacho la miró con atención y luego agachó la vista — Si, pero desde hace unos años que lo perdí, cuando estaba haciendo mi pasantía de héroe en el instituto — Mirio sonrió — Pero no se preocupe, ya esta todo superado.

La médico asintió. — Bueno, verás Mirio, la razón por la que a pesar de la herida ser tan superficial, la razón por la que perdiste la conciencia a pesar del corte tan superficial, fue debido a que el cuchillo estaba recubierto con un tipo de veneno que debilitaba tus funciones vitales hasta acabar con el quirk del portador o incluso matarlo, el que no estuvieras quirk hizo que no siguiera avanzado el veneno, fue realmente una suerte que...

Mirio dejo de prestar atención, se sentía paralizado, sintió un escalofrío recorrer toda su columna vertebral, el miedo llegar a todos a sus nervios, el latido veloz de su corazón y el como sentía que empezaba a faltarle la respiración, era como revivir todo otra vez, un veneno que estaba quitándole su habilidad a las personas, que ponía en riesgo las vidas de los héroes. Inhaló y exhaló para recobrar la calma, solo tenía que hacer los ejercicios de respiración que le habían recomendado en terapia, se sentía a punto de tener otro episodio.

El cerró sus ojos y siguió enfocándose en su respiración, sintió una mano apoyarse en su hombro, al levantar la mirada se encontró con la doctora Atara que le sonreía, el policía se veía preocupado tras de ella, la mujer le acercó un vaso con agua y comenzó a acariciar su espalda de manera maternal. — ¿Esta todo bien ahora? — El rubio afirmó. — ¿Crees necesitar algún tranquilizante? — Mirio volvió a mover la cabeza de manera positiva,  le indicó a la doctora el medicamento que tomaba.