ICK ; kh x ck

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"Espérame después de clases en el laboratorio de biología.

Necesito hablar contigo sobre un tema importante.

ICK."

Cuando temprano por la mañana Kihyun encontró aquella misteriosa nota de papel mientras hurgaba entre los cuadernos que tenía dentro de su casillero, no supo qué hacer o decir durante un largo rato. Era realmente temprano cuando llegó al colegio; tanto, que aún ni siquiera terminaba de salir el sol por completo. Los alumnos que paseaban por los pasillos del instituto en ese momento podían ser contados con los dedos de sus manos, y eso volvía la situación un tanto confusa.

Mirando a su alrededor, no había nadie por las cercanías. Razonando un poco, la conclusión más tangible para él es que debieron colocarle esa nota el día anterior al finalizar las clases.

En ese preciso instante faltaban al menos dos horas para que la jornada escolar iniciara, y, siendo ya uno de los últimos días del año, el índice de asistencia de los estudiantes había decaído con notoriedad. No era de extrañarse que el edificio estuviera desierto, siempre solía estar de esa forma durante esas fechas.

Sosteniendo con su brazo izquierdo un par de carpetas y libretas, con su mano derecha palpaba incrédulo la nota hallada.

¿ICK? ¿Quién demonios era esa?

Realmente el círculo de amistades de Kihyun no era muy amplio; desde el día en que aceptó el cargo como presidente de su clase el tiempo que tenía para estudiar y socializar se había visto drásticamente afectado. Solo tenía escasos minutos cada tanto para distraerse, y, cabe destacar, no los usaba frecuentemente hablando con chicas.

A simple vista, el tipo de caligrafía con la cual fue escrita la nota era sumamente desordenada, casi hasta el punto de ser ilegible, pero Yoo, después de pasar años leyendo todo tipo de cosas, de alguna manera logró traducir aquellos caracteres hasta que supo deducir finalmente lo que decía.

El mensaje que contenía era sobrio, sin muchos adornos, y con palabras que parecían haber sido escogidas con bastante desdén. En algún punto de la misma había un borrón, y una pequeña mancha de (lo que parecía ser) café. La persona que había hecho eso sin duda era un ser desastroso y con poco cuidado, y eso de cierta manera inquietaba al joven chico. Si una persona no escribía bien, no podría hacer nada bien. Esa era su ley. Releyendo por décima vez, concluyó que la única cosa pulcra y sin fallos allí era la firma, y no es como si eso le reconfortara mucho, o le pudiera dar una pista sobre quién podía ser la autora de dicha obra.

Con el pasar de las horas a lo largo del día miró con atención a todos en su entorno, pero al parecer nadie se inmutaba por la fuerte crisis interna que cargaba consigo el pobre muchacho de cabellos castaños. Ninguna de las chicas que se acercaron a él para preguntarle cosas sobre el consejo estudiantil o los exámenes de ingreso del año próximo se comportaron raro o hablaron con nerviosismo en su presencia, todo transcurrió con normalidad.

En todos sus años como estudiante, Kihyun jamás destacó por su apariencia o físico. Era un chico normal, técnicamente promedio, el cual provenía de una familia religiosa de clase media – alta, y que tenía buenas notas por mera casualidad. No se esforzaba para casi nada, más que para dirigir a los de su clase por su puesto en el consejo. No realizaba deportes más que para la clase de gimnasia, tampoco tenía mucho talento para cantar o bailar, nunca consideró la idea de ser ulzzang, y las pocas novias que tuvo a lo largo de su vida habían sido iguales que él. Casi todas se parecían entre ellas. De alguna manera, parecían hechas por división celular. Sin embargo, eso no era raro del todo.

cosas que escribo después de bañarme ; mxWhere stories live. Discover now