aislamiento ; hw

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No quiero rendirme.

No voy a rendirme.

No me voy a rendir.

¿No me voy a rendir?

   Acalambrado, ebrio e incómodo, Hyungwon se hallaba acostado, navegando en un profundo e indomable océano de pensamientos asfixiantes como la vida misma. En medio de sábanas revueltas en una cama desconocida de un hogar al cual él no pertenecía (y al cual no volvería), sentía el frío de la sobriedad de aquella habitación solo ocupada por su frágil anatomía.

El techo no le daría las respuestas a todas las preguntas que le atormentaban. Las brillantes y titilantes estrellas suspendidas en el oscuro cielo que a duras penas podía vislumbrar por las rendijas de la ventana que se encontraba en la pared contigua a la cama tampoco. Puede que las palabras que necesitaba escuchar para sanar se encontraran ocultas entre los patrones de sus huellas dactilares, o en la punta de una de sus pestañas. Quizás la calidez que había perdido su corazón pudiera reestablecerse con la llama de una vela, o con un deseo de cumpleaños. Tal vez las variadas y poco agraciadas cicatrices en su piel desaparecían si lograba conversar con el sol, o crear un grano de arena a partir de la nada, si tenía mucha fe. ¿Era posible que todo cambiara si guardaba dentro de un cuaderno el pétalo de una flor?

Inerte, dejando pasar los minutos con una tranquilidad sepulcral, su estómago gruñía, clamando por algo para comer y llenar de alguna manera el infinito vacío que siempre permanecía en él. Sus largos brazos y delgadas piernas se negaban a responder a cualquier estímulo, cansados de tener que soportar el peso de todo lo que fingía ser. Podía sentir a su cuerpo luchar con desesperación en busca de algo mejor, pero su cerebro se negaba rotundamente a hacer algo para contrarrestar todos los males que él se había creado por su cuenta.

¿De qué valía, de todos modos? ¿Acaso el dolor se iría si se rendía y le vendía su alma a la misteriosa luna? ¿Todas las lágrimas que había derramado durante todos esos años serían olvidadas si bebía un cóctel lleno de todo el cariño que los demás sentían por su persona? ¿Lograría amar cada parte de sí mismo si conseguía averiguar cuál era la razón por la que había nacido?

Miraba a su alrededor, y todo le parecía muy lejano y ajeno a su realidad. Cada pequeño rincón de esa habitación le hacía sentirse perdido, y darse cuenta de lo solo que estaba. No pertenecía a ningún lugar, y una vez más podía confirmarlo. A pesar de las risas, los besos y todas las anécdotas... No había nada real al finalizar el día. Como una dulce ilusión, el éxtasis, la euforia. Nada de eso existía. Necesitaba un remedio verdadero para todo el sufrimiento que padecía y no lo tenía.

Seguir esforzándose en vano era agotador. Vivir no le era sencillo, y esa era la parte más complicada del asunto. Todos le hacían sentir que era un pecado querer renunciar, y estigmatizaron todo su malestar. ¿Cuándo entenderían ellos?

El amanecer puede ser una oportunidad para un nuevo día, o un desafío por una nueva noche a la cual sobrevivir, dependiendo de la perspectiva.

Hyungwon... seguía cansado.

cosas que escribo después de bañarme ; mxWhere stories live. Discover now