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La bienvenida que recibió no fue nada a lo que se imaginaba, pero bueno, tal vez imaginar que lo recibirían con fuegos artificiales y Bts bailando seximente para él no era algo creíble de que le pasara.

Liu no se había querido despegar de él apenas se presentó de manera misteriosa así dejando el dramatismo en el capitulo anterior.

Tenia sueño, estar caminando en la madrugada y terminar peleando con una pandilla novata aparte de tener que cruzar portales para estar ahí era cansado.

—Ustedes no han cambiado. —Menciono en la soledad de su antiguo cuarto.

Era más que obvio que nadie le respondería.

Solto un suspiro agotado, se acomodó mejor en la cama y cerró los ojos.

—Un corderito, dos corderitos, tres corderitos, cuatro corderitos... —Frunció el ceño aún con los ojos cerrados. —¿Cuantos pinches corderitos debo de contar para dormir?.

Abulto su labio mientras buscaba algo en los bolsillos de su pantalón de pijama, un pequeño frasco de plástico. Tomo una de las pastillas y la puso debajo de su lengua, cerró los ojos esperando el efecto de esta.

[...]

La mañana anunciaba su llegada como una modelo en medio de una pasarela, si, brillando la maldita.

—La puta concha peluda —Jackson grito mientras se despertaba.

¿Era normal gritar eso? Para él si, no se ustedes pero era como un "buenos días mundo". Normal.

Se paró con muchísima pereza, camino hasta su mochila y saco unas piezas de ropa. Se rasco el abdomen mientras intentaba quitarse el pijama.

—Puto el que me vea —solto al aire.

Unos golpes detrás de la puerta se escucharon para luego dar paso a tres personas.

—En mi defensa, yo solo vine a ver si tenías un riñón para mi —no hace falta preguntar quien hablo.

Jackson entrecerro los ojos y se colocó el pantalón.

—Recuerda que ya perdí uno, esa vez jugando Uno.

—Pero aún tienes otro, dame.

El peli blanco sonrió mientras negaba, era obvio que no le daría su otro riñón, ya lo tenía malo por tanta Coca, el polvo blanco es malísimo para los riñones ¿o era la soda?.

Se terminó de poner la camisa y se colocó sus pantuflas negras de dragón.

Ignoro a las otras dos personas en el suelo y camino hasta la cocina donde se encontró a un sonriente Liu.

—Cara cortada —saludo tan cariñoso como siempre.

Liu ignoró aquel apodo y le entregó un plato con tostadas y un vaso con jugo de durazno.

—Come, Slender te espera en su oficina.

El peli blanco lo miro por unos segundos y luego tomo un sorbo del jugo.

—¿Ahora eres la mamá de la casa?.

—¿Sigues resentido y por eso la actitud?.

Dream Dark [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora