Mente en blanco

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Durante años he ido con el doctor Die, el psicologo del colegio, para intentar recuperar memorias de mi infancia, pues no recuerdo nada desde que cumpli los nueve años. La verdad es que me harta venir a estas citas, no son mas que un estupido intento de recordar algo que a veces doy por perdido, una hora entera forzando a mi cerebro a recordar la muerte de mi abuela, mi infancia, lo que paso con mis padres... Y nada, jamas lo logro. Se que estoy en viniendo desde hace mucho, pero ni siquiera recuerdo desde hace cuanto. De todas maneras, en todo este tiempo solo he recordado el 1% de mi infancia, si no es que menos. Al final de todo, solo vengo por Fabiola, que se cansa de que mis recuerdos se enrreden con mi imaginacion y no le ponga atencion.

Entré al cuarto con paredes verdes en el que se encontraba el doctor Charlie Die, o como a mi me gusta llamarlo "La Muerte".

-Llegas temprano, Erika. ¿Tan aburridas estaban las clases?.- Dijo Charlie mientras revisaba unos documentos en su mesa.

-No mas de lo normal, mi querido doctor muerte.- Dije mientras me acostaba comodamente en el divan triando mi bolso debajo de este. Charlie levanto la mirada hacia mi.

-¿Muerte?.

-Doctor Die, doctor muerte.- Comence a jugar con algunos mechones de mi pelo mientras Charlie acomodaba su escritorio.

-Tu imaginación a veces se pone muy tétrica. Cambiando el tema, ¿Has tenido algun recuerdo?

-Bueno...- Lo pense por unos cuantos segundos- No. Solo mi imaginacion trabajando.- La verdad, si. Muchas cosas han pasado por mi mente, sin embargo todas son extrañas y claramente Charlie solamente diria "Es tu imaginacion Erika, intenta recordar algo mas" asi que ¿Para que decirlo?

-Erika, ¿que es eso que tienes en el bolso?.- Dijo con un tono extraño. Mire mi bolso y note que mi libro se estaba saliendo. Lo saque y mire la portada.

-Nuevo libro, "Las mil leyendas sobre Avalon".- Se lo di para que le echara una ojeada pero el lo rechazo.

-No deberias leer esa cosa, confunde mas tu mente.-Me lanzo el libro de vuelta, lo apañe en el aire. Charlie hace mucho habia dejado de ser mi psicologo y se habia convertido en algo asi como un amigo.- ¿Por que te gusta tanto?

-Es lo unico que recuerdo perfectamente.- Dije guardando nuevamente el libro.

-¿Recuerdas estar en Avalon?.- Dijo algo asustado.

-¿Estas loco?. Recuerdo a mi abuela contarme las historias sobre Avalon- Me levante del divan y camine hacia él.- Charlie...

-¿Que pasa?.- Se quito sus viejos lentes. Dejo de verse como un señor de 30 y se convirtio en un joven de 25, como realmente era. Sus ojos celestes y su fuerte mirada me ponian muy nerviosa cada vez que se quitaba los lentes.

-Esto es una estupidez.- Dije algo molesta mientras tomaba sus lentes del escritorio y me los ponia.

-¿Mis lentes? Pensé que tenía buen gusto- Dijo en son de broma.

-No, tonto.- Me mire al espejo que estaba detras del divan y rei un poco. Me veia extraña.- Esto de que yo aun venga aqui.

-¿Por que lo dices?.- Camino hacia mi lentamente y tomo sus lentes.

-No, no. Quedate sin ellos, te vez mejor.- Dije quitandole los lentes de nuevo.- ¿Tu aun crees en que mi memoria va a recuperar algo? ¿Le ves futuro a esto?

-Ocupo mis lentes para verlo.- Dijo mirandose al espejo.

-Toma.- Dije riendo un poco. Le mire esperando una respuesta seria a mi pregunta. Nada.- ¿Y bien...?

-¿Que?.- Se los puso correctamente y se sentó en su escritorio.

-Mi memoria, Charlie, ¡Mi maldita memoria no va a volver!- Dije separando las palabras. No tienen idea de lo horrible y estresante que es vivir con una memoria en blanco.

AvalonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora