El espíritu del bosque

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El cielo se oscureció por completo y el viento soplaba cada vez con mas fuerza. La lluvia llegaría pronto por lo que comence a caminar aún mas rapido. Mire la pequeña cabaña de madera en la que vivo. Es rustica pero da confort, esta rodeada por arboles, a su derecha se ve un bosque lleno de musgo, a la izquierda un pequeño caldero en el piso y detras de él sembradas algunas extrañas plantas. Abri la puerta y entre rapidamente antes de que la lluvia me atrapara.

-He llegado.- Dije en voz alta esperando a que la vieja druida me escuchara. Camine hacia la cocina y me hice un té de menta. Mientras este estaba listo entre a mi habitacion y tire mi bolso en la cama.

Mi cuarto tambien es un lugar rustico. Las paredes son de madera, hay un asiento de ventana frente a mi cama, que tiene vista al bosque. Al lado derecho de ella hay otra ventana, el piso tiene una pequeña alfombra y todo el cuarto está lleno de plantitas. El lugar era lo suficientemente calido para mi.

-¿Dónde estás?.- Grito la vieja druida. Camine hacia la sala donde la encontre con un vaso en la mano. Es una vieja algo extraña, con una sonrisa maliciosa. Jamas me ha dicho su nombre y siempre mantiene su distancia de mi, como si me temiera. Al verme puso el vaso en la mesa y se alejo.- Ahi esta tu té.

-Gracias.- Dije tomando el vaso y dandome vuelta nuevamente.

-Espera.

-¿Que pasa?.- Le respondi amable despues de darle un trago al té.

-¿Me puedes traer unas plantas del bosque?.

Afuera estaba lloviendo demasiado, el viento movía violentamente las hojas. Miré hacia el bosque y la verdad es que se veía oscuro y peligroso. Lo pense durante unos segundos- Quiza cuando la lluvia baje un poco.- Respondi finalmente.

-No, no, no, no, de ninguna manera.- Respondio exaltada, como si mi respuesta le hubiese ofendido.

-Pero es que esta lloviendo demasiado y el bosque es algo peligroso.- Respondi alejandome un poco.

-No, niña, no. Este es el clima perfecto.- Levanto sus brazos energica, como si estuviera tomando las nubes entre sus manos y trayendolas hacia nosotras.- Este es el momento perfecto para cortar las plantas.

-De acuerdo.- Me rendi. De todas formas ella no se iba a dar por vencida y si no iba yo, ella iba a ir por esas plantas.- ¿Que debo traer?

-Neceisto que traigas ortiga, cinco hojas de roble y por favor, limpialas en el rio que esta junto al arbol de Gavilan.- Dijo entregandome una bolsa.

-Esta bien, vendre pronto.- Dije caminando hacia la puerta.

-No olvides pedirle permiso a las plantas.

Bien, Erika, te vas a mojar el trasero, ya no hay de otra.

Respire profundo y sali casi corriendo. Las gotas de agua golperon fuertemente mi cuerpo y en cuestion de segundos ya estaba completamente mojada, en un punto ni siquiera intenté correr. Miré hacia el piso en busca de las plantas que me debia llevar, la lluvia comenzo a sentirse menos fuerte conforme me adentraba al bosque gracias a los arboles que filtraban el agua.

-Debi al menos ponerme botas.- Mire mis pies llenos de barro.- Y deberia dejar de hablar sola tambien.- Segui caminando sin un rumbo exacto hasta que escuche un ruido algo extraño. Las nubes oscuras le dieron un aspecto tetrico al bosque.

- Ahora no es momento de temer, miedosa.-Me regañe a mi misma.

Despues de tomar las platas que ocupaba camine hacia el lago con el fin de lavarlas como me lo habia pedido la vieja.

-Ahhh, camina bien, tonta.- Me dije a mi misma.- Deberia venir mas seguido por aqui.

Escuche unos pasos atras de mi, con los que temi, miré al rededor nuscando algo con qué defenderme mas no encontré nada útila. Tenía las piernas entumdias hasta que con un golpe de adrenalina me di la vuelta rapidamente y miré a Fabiola.

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