Estaba feliz, muy feliz. Lo que tanto había deseado estaba pasando, Carlos y yo por fin estábamos juntos. Llevaba tanto tiempo esperando que me dijera que "era su chica" que aún no me lo creo. Carlos y yo no nos habíamos separado en toda la noche. Bailabamos muy pegados, y nos besábamos constantemente. No podía para de sonreír.
-Carlos, ¿se puede saber que haces con esta? - dijo Paula mirándome de arriba a abajo.
-Oye guapa, esta como tu dices tiene nombre - dije guiñandola un ojo.
-Ha si, la oscura - empezó a reír con sus amigas por detrás. Rodé los ojos. Mire a Carlos, quien nos observaba sin decir nada.
-¿Como pudiste acostarte con esto? ¡Si tiene la cabeza llena de serrín!
-Tengo la cabeza llena de serín, pero a mi Carlos me ha deseado mas en una semana que a ti te deseara en toda la vida. - la miré con rabia y me abalance sobre ella, intentado agarrarla de los pelos, pero Carlos me sujeto. Me desice de su agarre y la di un puñetazo en la boca. Sonreí victoriosa. Intenté volverla a dar, pero Carlos me agarró fuertemente.
-Sueltame que la mato, ¡la mato! - dije dando patadas en el aire.
-Para - me decía Carlos en el oído. -para, joder - decía sacandome de la discoteca. Deje de moverme y me dejo en el suelo. No podía mirarle a los ojos después del espectáculo que había montado.
-Mirame - dijo levantando mi barbilla - ¿por que has echo eso? - aparte la vista - Blanca, ¡joder!
-¿Te sigue gustando? - dije al fin.
-¿Que? - pregunto incrédulo.
-¿Que si te sigue gustando?
-¿Pero como me preguntas esto ahora? - cerré los ojos - Blanca - le mire, y posó sus manos sobre mi cintura, acercándome a el - ya te he dicho que me gustas tu, ¿que tengo que hacer para que me creas? - sonreí.
-Y ahora... Otra cosa - me acaricio la cara lentamente mientras me sonreía - nosotros... ¿que somos?
-¿Como que que somos?
-Si Carlos, si somos amigos o que somos...
-Blanca, eres mi chica, lo que quiere decir que... - dijo mirando la calle, por donde pasaban los coches. Volvió a dirijir su mirada hacia mi - eres mi novia - dijo sonriendome. Me cogió dulcemente del cuello y me acercó a el, para que nuestros labios comenzaran a moverse a la par.
