01. tiempo pt. 1

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TaeHyung sabía que se le estaba acabando el tiempo. El tiempo de libertad, de poder sonreír sin tener que preocuparse de mostrar muchos dientes o cubrirse la boca. Él provenía de una familia noble y seguía teniendo modales pero apreciaba mucho su libertad. El poder pasear por los alrededores del amplio jardín y de las afueras del pueblo a caballo y con sus perros. Ah, y con Min Yoongi, su hermano de otra madre.

Él y Yoongi se habían convertido en uña y carne desde que se conocieron. Desde que el mayor pudo mirar las finas pestañas y grandes orejas, supo que su destino era protegerlo.

Pero quizás no podía protegerlo de todo, sobretodo de algo como su alma gemela. Y podía aceptar que saliera sin él y que hiciera nuevos amigos. Pero lo que no podía aceptar es que el "alma gemela" de TaeHyung fuera el príncipe de la nación y el heredero al trono, Jeongguk. Yoongi lo llenó de todas las cosas que el pequeño quisiera, sabiendo que un día, algún representante de la corona tocaría la puerta del hogar de los Kim para llevarse a su bien más preciado. Pero TaeHyung sabía muchas más cosas de las que aprendería un omega común, que eran normalmente vistos como objetos. Yoongi le enseñó la importancia del amor propio, y así creció TaeHyung, creyendo que los omegas eran capaz de mucho más.

Y ahora Yoongi se encontraba escuchando por detrás de la pared una conversación entre TaeHyung y sus padres. Él no estaba permitido de entrar porque sólo era el hijo de la criada.

- Sabes que ese momento llegará algún día tesoro, el momento en el que algún representante toque la puerta para llevarte lejos de aquí -habló tranquila su madre mientras pasaba su mano por la espalda de TaeHyung, calmándolo- y sabes que es algo que nos beneficiaría a las dos familias, ¿verdad? Tú tendrías una vida increíble y llena de lo que se te plazca...

- Y ustedes se quedan sin mí, y yo me quedo sin Yoongi, ¿cuál es la ganancia de eso? -se le escuchaba desolado, su voz casi temblando. A pesar de todo, él seguía siendo muy sensible, como cualquier omega-.

Hace poco, el príncipe había cumplido 18 años, edad en la que normalmente se entra en celo. Y digo normalmente porque TaeHyung con sus 20 años seguía sin entrar en celo. Y era cuestión de tiempo para que el alfa anunciara su celo. Pero conocer a su alma gemela no era lo que le daba miedo. Lo que le daba miedo era pensar en la forma en la que sería tratado, y cómo lo trataría su alfa. De sólo ese pensamiento de encontrarse débil y herido frente a un alfa sus lágrimas brotaron. ¿Cómo eso podía ser bien visto por la sociedad? Él era una persona, como cualquier otra. Su madre lo acalló levemente, susurrándole que no llorara.

- Vas a estar bien, ¿Si? En la capital te van a poder dar una mejor vida, vas a ser muy feliz allá...

- Sé que siempre repetimos lo mismo cariño, -insistió su padre- pero tienes que entenderlo. Ya no eres un niño, ya no puedes ir jugando por ahí persiguiendo mariposas con el hijo de Minha.

- Se llama Yoongi, papá

- Como sea que sea... Ya tienes 20 y aunque no hayas entrado en celo, tienes que empezar a comportarte como alguien de tu edad y tu raza.

Yoongi quien seguía escuchando todo se mordió el labio y suspiró con algo de alivio cuando el menor corrigió a su padre. Sin embargo, era cierto: Ya tenía la edad, y se estaba poniendo en constante peligro al ir a las afueras del pueblo. Él sólo quería quedarse así por siempre, que el tiempo se detenga en su soleado pueblo y ser joven por siempre.

- Ya puedes irte -sentenció su padre y Yoongi sintió los pasos de TaeHyung saliendo de la sala-.

Al verse mutuamente, lo primero que hizo el menor fue lanzarse hacia él y llorar en su hombro. El beta lo calmó en su hombro y caminaron lentamente a la habitación del omega. Una vez llegaron, se sentaron en la cama y Yoongi limpió sus lágrimas. No podía soportarlo verlo así. Sentía que se moría por dentro.

- E-es tan i-injusto, hyung. Desearía p-poder quedarme c-contigo aquí -hipaba mientras hablaba. Todo su bello rostro se había enrojecido y sus ojos brillaban por el reflejo de luz en sus lágrimas-

Aún así, el beta pensaba que era hermoso. El ser más hermoso del mundo. Besó su frente pegándolo a él con un abrazo y acallándolo hasta que dejara de hipar, porque no le entendía muy bien y prefería esperar.

- Sabes que no puedes quedarte. Y menos puedes quedarte conmigo -dijo en una voz suave y muy reconfortante- Tú sabes que yo no tengo alma gemela, los betas podemos enrollarnos con quien queramos porque tenemos esa facilidad... Pero tú...

- Pero yo soy omega -dijo en un susurro, mirando al piso en un punto fijo-.

- Pero tú eres omega y estás enlazado a alguien a pesar de que no lo conoces. Sabes que no creo en esas tonterías pero si te quedaras aquí, te dolería muchísimo. Física y mentalmente hasta que no puedas más. No podemos evitarlo, lindo.

El mayor arregló su cabello marrón y besó sus mejillas. Volvió a abrazarlo.

- Prefiero tenerte lejos que verte sufriendo. Créeme que tus padres tampoco quieren que te vayas, nadie quiere. Pero es tu deber.

Luego de un rato de calmarse, el menor ya se encontraba mejor luego de una taza de té y más palabras cariñosas.

- Gracias por todo hyung, tú siempre me sabes calmar y por eso te agradezco. No sé qué haré sin ti

- No hay de qué TaeHyung, sabes que lo hago con todo el amor del mundo, y ya convenceré a HoSeok para que me ayude a redactarte una carta cada que pueda hacerlo, ¿si? Me gustaría poder escribirte todos los días, pero sabes que no sé escribir ni leer muy bien y no tengo el dinero para mandarte una carta cada día. -Tae rió-

- No, no te preocupes. Esperaré tu carta cada mes y todo el tiempo que sea necesario. Intentaré volver de vacaciones algún día. Tengo entendido que la familia real tiene un castillo de verano en un pueblo contiguo. Así que quizás podamos cruzar para aquí y visitarte a ti y a mis padres.

A Yoongi le pareció una brillante idea. El problema era que quizás el menor se estaba haciendo muchas espectativas sobre el futuro, cosa que era normal en él. Y casi nunca sus espectativas se cumplían. Pero Yoongi haría lo posible para que el menor nunca se olvide de él, porque él nunca podría olvidarlo.

Precious [KookV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora