Precious [KookV]

04. serpiente

Justo como prometió, al día siguiente, hacía buen tiempo. TaeHyung llevaba ya un rato jugando con los dos pequeños en el jardín. Y al siguiente y un par de días más también.

Así pasó la primera semana de TaeHyung en Gris.

— Chicos, ya me cansé. Vamos a descansar un rato —exhaló el omega, sentándose y apoyándose en el tronco de un árbol—.

JungHyun se sentó a su derecha y la pequeña niña quedó en su regazo. Ya se habían tomado toda la confianza del mundo en una sola semana.

— ¿Por qué te cansas tan rápido TaeHyungie? —preguntó con curiosidad la niña mientras contaba los lunares en la cara y cuello del omega—.

— ¿Por qué lo dices? ¿Todavía quieren seguir jugando? —ambos niños asintieron, la pequeña dando saltitos—. Bueno, lo que pasa es que yo no estoy muy en forma, como su hermano o su primo

— ¡Lo estás diciendo como si ellos jugaran con nosotros! Ellos dos siempre paran juntos, jum —se cruzó de brazos la hermanita—.

— Shiii, y nos dejan solitos. NamJoon hyung dice que mi hermano tiene que convertirse en un gran rey por eso ya no quieren jugar con nosotros

Hasta ahora, TaeHyung sólo había visto al alfa desocupado muy de vez en cuando. Siempre estaba acompañado de su primo y entrenaban todo el día. Ya sea equitación, controlar la espada, tiro al blanco... El día parecía interminable con sólo verlo hacer planchas y abdominales. Todos tenían muchas expectativas de él cuando acceda al mando, y él debía cumplirlas.

— Bueno, pero ahora estoy yo para jugar con ustedes, ¿no es así?

— Siii... Pero tú también tendrás que ser reina algún día, ¿no? Tampoco jugarás con nosotros, y luego vas a estar muy ocupado con sus cachorros —JungHyun hizo puchero y TaeHyung lo abrazó—.

— Pero para eso falta mucho. Muchíiisimo

— ¿En serio?

— Sí, para que todo eso pase, tengo que conocer a JungKook primero. Conocerlo muy bien. Luego ascenderíamos al trono. Y para eso falta bastante

— ¿Nos prometes?

— Lo prometo. Ya llevo una semana aquí y él... Bueno, no ha tenido mucho más interés en acercarse a mí

Murmuró mirando a su alma gemela del otro lado del amplio jardín, corriendo y saltando a modo de calentamiento. Bueno, tampoco era como si el omega le hubiera dejado alguna oportunidad de dar el siguiente paso, pero si realmente estaba interesado, ¿el alfa no debería haber insistido?

Mientras lo veían, el joven heredero se agachó para comenzar a hacer planchas otra vez

— Bueno, pues nunca antes lo habíamos hacer tanto eso —dijo la pequeña señalando a su hermano mayor, que ahora se encontraba en el pasto haciendo abdominales—.

— ¿No?

— Pues no, hace un par y luego sigue con su rutina —comentó su hermano—. ¿TaeHyungie ya descansó lo suficiente? Porque... Quiero mostrarte algo

Su hermana se acercó pidiendo una explicación y el hermano del medio le respondió susurrándole al oído. Rápidamente, JungHwa saltó nuevamente en el regazo de TaeHyung para pararse en el pasto y seguir saltando como conejito ansioso.

— ¡Ven Taetae! ¡Vamos! ¡Te va a gustar!

Y este se paró con una sonrisa en el rostro y dejó que ambos niños lo tomaran de la mano para caminar bosque adentro.

JungKook levantó la mirada para ver a sus hermanitos y a TaeHyung sentados en la base de un árbol, él como siempre tan etéreo con su cabello marrón brillando con el so-