Capítulo 1

20 0 0
                                    


Aurora nació en el año 1997, en la ciudad de Buenos Aires, Mar del Plata ubicada en  Argentina. Hija única de un matrimonio adinerado, fue criada bajo los lujos que alimentaron su soledad, su egoísmo y vanidad. Se educó bajo una educación privada, en la escuela más costosa de la ciudad donde carecía de amistades. A sus 8 años de edad, sus padres Margarita e Iván decidieron que siga sus estudios en su hogar por motivos que solo ellos conocían. A sus 10 años, su abuelo falleció, lo cual la sumergió en una tristeza permanente ya que era una figura incondicional en su vida que escuchaba todas sus disparatadas ideas e inventos propios de su imaginación.

Desde aquel acontecimiento Aurora solía contarle a su madre sobre olores que percibía en determinados momentos, que le recordaban a la funeraria donde estuvo su abuelo, o a la tierra donde lo sepultaron. Margarita le decía que debía estar sumergida en el dolor y asemejando los hechos que a su edad eran difíciles de atravesar, pero era cuestión de tiempo el superarlo y sanar. Pero en el fondo, tenía una certeza de que su hija era alguien especial y estaba raramente conectada a un hilo espiritual que le hacía percibir cosas ajenas a la vida terrenal.

El cuarto de Aurora era bastante particular, ya que carecía de juguetes, revistas, imágenes de cantantes pegadas en la pared o cosas típicas de una adolescente. Desde sus 5 años, se pobló de dibujos indescifrables, palabras en árabe en sus paredes y clavos con hilos marrones que adornaban todo el suelo. Era una niña extraña, y sus vecinos lo sabían, por los interminables llantos y gritos a medianoche y la desconocida razón por la que sus padres le prohibieron salir de su casa a sus 8 años, provocando que nadie, incluso sus familiares, vuelvan a verla o contactarla de nuevo.

Fue así cuando a sus 14 años decidió huir de su hogar mientras sus padres se encontraban en el trabajo. Ya no le importaban las posibles consecuencias y castigos que desencadenarían sus hechos, solo necesitaba huir. 

 Desde luego, la noticia de su escape llegó al oído de todos en el barrio. Mientras corría, podía sentir como las miradas la asechaban, pero no le importó y llegó a su antiguo colegio donde todos la miraron desconcertados. Allí se encontró a su mejor amiga María con un grupo de niñas que la miraron con desprecio, pero fue tal el rechazo de éstas que no dejaron que Aurora termine lo que les estaba diciendo. El director de la escuela la llamó a su oficina y le dijo:

-Querida, tus padres han sido muy específicos con las autoridades de esta institución en impedir su estadía bajo este techo. Desconozco los motivos por los que se encuentra aquí, pero estoy seguro de que a sus padres les disgustará mucho la idea - mientras se inclinaba para agarrar su teléfono.

-Espere por favor, déjeme que le explique - le dijo Aurora con la voz temblorosa - He venido aquí porque no fue mi decisión abandonar la escuela, y se muy bien que ya tengo edad para expresar mi opinión al respecto. He perdido a la única amiga que tenía, y la posibilidad de tener otras, de conocer el amor, de equivocarme y llorar. Estoy cansada de estar detrás de las rejas de mi hogar.

-Lo siento mucho señorita, pero se trata de una menor de edad, y en estos casos los que deben tomar las decisiones son tus padres - dijo levantándose de su asiento y poniéndose firme delante de ella - Debe irse.

Aurora no atinó a despedirse y dejó la oficina corriendo, se encontró con María de nuevo pero esta vez la agarró fuerte de su brazo para impedir que se fuese. La miró fijamente a los ojos y pronunció:

-euyun mubarakat tata'amal alalm. al'ashjar alkaminat fi hayat almadi. yamut aldubu alqasi fi nafayatih

María comenzó a gritar desesperada que le quiten a esa demente de encima, ya que creía que la estaba hechizando o maldiciendo. Los guardias de la escuela lograron sacarla fuera del establecimiento y contactar a sus padres.

-Por dios Aurora, hemos sido muy claros contigo sobre las consecuencias de tus actos, tu presencia es peligrosa, no sabemos que tonterías pueden pasar por tu mente. Asustas a los pobres niños, y hasta a nosotros. ¿Cómo quieres socializar de esa forma? - dijo su padre mientras iban en su coche.

-¿Hacia dónde nos estamos dirigiendo? - preguntó  desconcertada.

-Hacia un hospital psiquiátrico, allí estarán a salvo todos en el barrio y en especial vos - dijo su padre.

Aurora: Donde las almas duermenWhere stories live. Discover now