Just a Game-HOT

Capitulo4

Martina se paso el día sábado y domingo estudiando Física, para el examen del día lunes. Pero se le hacia imposible memorizar cada una de las palabras el libro sabiendo que Diego estaría con mas de una chica en la cama.
Por un segundo pensó dejar los estudios e ir a su casa, pero no lo hizo.

{*}

El lunes había llegado, el despertador no para de tocar la tan animada melodía.
Sin mirar Martina tomo el despertador y lo lanzo contra el suelo.
Se levanto de la cama y se metió al baño para una ducha rápida.
Cuando salió miro por la ventana, estaba nublado.
Fue a su armario, saco el uniforme y se vistió. Se seco el cabello y se hizo una trenza. Se rizo las pestañas y se puso rímel en ellas, en los labios se hecho el brillo con sabor a durazno que utilizaba todos los días.
Bajo y tomo una tostada que había preparado su madre junto a un vaso de jugo. Salió al garaje y saco su bicicleta. Se monto y anduvo con cuidado de que no se le viera nada, hasta la escuela.
Una vez allí se encontró con sus dos nuevas amigas.

- ¡Martinaa! - gritaron Fernanda y Shirley, dándole un fuerte abrazo.
- Martina Rio- Hola.
- ¿Y Diego? - pregunto Shirley , haciéndole cosquillas
- Agh, no lo se, debe haberse quedado dormido, todos los lunes es lo mismo -sonrió.
- ¿Por que?
- Ya sabes, sale y se lleva a cualquier mujer a su casa - Martina hizo una mueca de disgusto.
- Lo siento - se disculpo Fernanda.
- No te preocupes -le sonrió.

Martina amarro con una cadena la bicicleta y entraron.

- Me toca Artes, tengo que irme - dijo Shirley-. Adiós - se fue agitando la mano.
- A mi me toca Lengua, nos vemos en el almuerzo, Martina - al igual que Shirley, se fue agitando la mano.

Martina entro al salón y vio a Facu sentado, con los audífonos puestos.
Se acerco y se sentó junto a el.

- ¡Hola, Martina! -le beso la mejilla.
- Hola-sonrió
- ¿Como estas? - pregunto mientras guardaba el Ipod en su mochila.
- Bien, algo nerviosa.
- ¿Por el examen?
- Ajá
- el rio- Siempre sacas diez, no creo que esta vez sea diferente.
- Ojala, me pase el fin de semana estudiando, apenas bajaba a tomar agua -sonrió.

Los dos estuvieron conversando de lo que había pasado el día viernes, exceptuando el tema con Diego.
La campana sonó dando inicio a la clases.
Cuando McCurdy iba a saludar Diego entro sin pedir permiso y se sentó en el puesto que estaba a su derecha. El profesor no hizo mas que fulminarlo con la mirada e indicar las reglas para el examen.
Miro a Diego detenidamente, llevaba el pelo revuelto, mas de lo normal, tenia ojeras, el nudo de la corbata doblado.
Le sonrió en cuanto el la miro.

- ¿Te has quedado dormido? - susurro Martina.
- Claro que no, había mucho trafico.
- No mientas -sonrió-. Se que quedaste dormido.
- Por que me preguntas entonces -rio.
- ¡Stoessel, Dominguez!, silencio - El profesor les llamo la atención.

Rieron y McCurdy les entrego la hoja llena de preguntas con alternativas y ejercicios.
Habían pasado mas de quince minutos y ______ llevaba apenas la mitad del examen. Miro de reojo a su amigo y lo vio complicado.
Diego mordía su lápiz y golpeaba suavemente la cerámica con su pie, además de rascarse la nuca y hacer muecas. A Martina le parecía linda la forma en que curvaba los labios y suspiraba exasperado al no saber que responder.

- !Pssss!, Martina -susurro Harry, a la vez que le tirabas papelitos enrollados.
- ¿Que? - pregunto en voz baja.
- Dame las respuestas - le pidió, mas bien suplico.
- ¡No!, se dará cuenta.
- No lo hará, no seas mala, ¡dámelas ya!
- No, Diego, no.
-STOESSEL, DOMINGUEZ, denme sus pruebas -dijo quitándoles las hojas-. Salgan afuera, tienen la nota mínima - se devolvió a su escritorio.

Martina tomo su mochila y salió después de Diego.
Los dos caminaron hasta el patio y Martina se sentó en una banca con los brazos cruzados.

- Martina...
- No me hables.
- ¡Vamos!, no te enojes por una cosa tan insignificante.
- Para ti será insignificante, pero para mi es importante, Diego.
- Esta bien - se sentó a su lado-. Perdóname ¿Si? - le dio un beso en la mejilla y le sonrió.
- Dios, se me hace imposible enojarme contigo -suspiro.

Diego se levanto, le arreglo el nudo de la corbata y puso su mochila en su lugar para sacar su estuche con sus brillos, sus sombras y esas cosas.

- ¿Que haces? - pregunto el, al verla sacar el maquillaje.
- Tratar se borrarte las horribles ojeras que traes - sonrió y se puso frente a el.
- Lo siento.
- Basta de disculpas -le volvió a sonreír y le paso la esponja con maquillaje por debajo de los ojos tratando de borrar las ojeras
Martina le ponía el maquillaje tranquilamente mientras que Diego se movía y le hacia caras graciosas haciéndola reír.
- Quédate quieto de una vez por todas, Chachi –rio-. Me habías prometido que ya no saldrías los domingos.
- No lo hice -mintió.
- Jueves, trece de Abril, 'Te prometo que no saldré mas los Domingos, lo juro' - imito la voz del chico-. Y para terminar un abrazo - le recordó, mirándolo a los ojos. Tomo nuevamente la esponja y la paso de nuevo para emparejar el color.
- No ahí manera de contradecirte - Diego poso sus manos sobre la cintura de Martina, haciendo que se le acelerara el corazón.
- No - Martina sonrió de lado y sintió como sus mejillas comenzaba a hervir.
- Te has puesto colorada - la miro.
- No es así - se hecho una rápida mirada en el pequeño espejo del maquillaje y lo guardo.
- Si, estas roja como un tomate -rio.
- Que no, Diego -dijo nerviosa.

Los dos se miraban fijo, sin decir nada.
Martina pensó que si Diego la seguía mirando de esa manera, no sacaba sus manos y seguía acariciándole la cintura con el pulgar sus mejillas iban a explotar.
El se levanto sin quitarle la vista de encima, se acerco a ella y beso la comisura de los labios. Metió sus manos por debajo de la blusa y nuevamente la acaricio.
Ella sabía cual eran sus intenciones.

- Ahora no Diego, aquí de nuevo, no ... -dijo con los ojos cerrados.