Cero

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Justo cuando crees tener la guerra ganada, aparece alguien a escupir sobre tu triunfo.

Es como si todo se viniera en contra tuya porque no quiere que seas feliz.

Nadie sabe lo que es sentir pánico a perder algo o alguien, porque todos tus sentimientos se revuelven, hacen una tormenta de arena en tu cabeza. Y te hace pensar si debes continuar o no.

Al menos así se sintió Gulf Kanawut a tan solo tres meses de su relación con aquel ángel que cayó del cielo, o salió del infierno, aún no lo definía...
Cuando un chico invadió su mesa, rompiendo con su aura romántica y terminando la cena, allí.

Se respiraba incomodidad, pero el único que no parecía notarlo era el invasor, indagó con preguntas a la pareja que celebraba su tercer mes juntos.
Celebraban la apertura de su propia cafetería.

"MewStar"

No recordaba que ese nickname estuviese en la página, sin embargo algo similar llegó a su cabeza:

"NewStar"

Tal vez fue su primer nombre, o algún tipo de apodo para un vídeo juego.

... Mierda.

¿A quién quería engañar?

El chico había pedido un jugo de naranja, y se había presentado solo, su nombre era Art.
Mencionó que conocía a su novio, pero nunca dijo de dónde...

— P' Mew, ¿Puedo obtener tu nuevo ID de Line? El anterior no está activo.

Mew se mordió el labio inferior, Gulf solo pudo sonreír. Antes de imaginarse la mejor opción para arrancarle la cabeza, controlando esa posesividad que solo tenía con él, con SU NewStar.

... Idiota.

No pudo pensar en otra cosa más que en eso, porque después de que Gulf asintió el teléfono de carátula amarilla pasó justo por sus narices y unos dedos un tanto temblorosos pulsaron teclas hasta formar el ID.

Oh, como no es posible asesinar con la mirada y que está tenga resultados efectivos y reales.

Tal vez su paranoia lo hizo imaginarse al chico sonreír de triunfo y con una palmadita se despidió... No sin antes tirar su última bala.

"Perra"

— Ah, lo siento, ¿Tu eres?

— Soy Gulf...

— Un gusto... — respondió girando sobre su talones en dirección a la salida.

— Quisiera decir lo mismo...
Eso salió más en voz alta que en un susurró así que solo le quedó volver a sonreír.
El moreno avanzó un paso antes de tirarse y maldecir en el mismo tono que el otro.

— El, es mi novio, Art, y lo amo.

— Ya... Vale. ¿Y el sabe?

— Si, pero hace tiempo que lo he dejado...

El moreno seguía de espaldas, ocultando el puchero que esa frase le provocó...

— ¿Esta vez si pudiste hacerlo..?

— La situación es diferente ahora, Art.

— ¿Por qué? ¿Por qué es el?

Esta vez el moreno se atrevió a voltear para señalar a Gulf, éste solo se quedó callado, quería saber, pero al mismo tiempo no.

— No, porque no eres tú.

Esa respuesta dolió más de lo que esperaba. Pero significaba algo, para quien miraba el giro de esta atmósfera.

¿Gané?

— Te demostraré lo contrario P'Mew.

Sonaba a amenaza más que a advertencia. Pero eran solo palabras al aire de un chico molesto. Bueno, fúrico.

— Lo lamento — pronunció Mew en un susurro —No sabía que esto pasaría...

— Yo sí, o al menos lo esperaba, un día de estos nos encontraríamos con alguien que se atreviera a esto. Aunque pareces incluso más afectado que yo.

La conversación había estabilizado un volumen prudente, el mesero entregó la cuenta y la comida intacta se quedó en la mesa, salieron del lugar minutos después.

Después de aquella afirmación el camino de vuelta al departamento de Mew fue silencioso, ninguno se atrevió a decir nada.

Una vez en el elevador Mew rompió esa costra de hielo...

— No debes preocuparte por esto, estoy contigo ahora y solo te puedo jurar que pase lo que pase, siempre serás tú... Gulf, no sé si lo entiendas, pero he pasado por mucho esperando algún día sentirme pleno y exitoso en todos los aspectos de mi vida, tú llegaste a ser la última pieza de este rompecabezas. Contigo todo es diferente, no eres igual a los demás...

Gulf se mantuvo atento a las palabras hasta que cada una de ellas le hizo ensanchar más la sonrisa que poco a poco se dibujaba en sus labios.
El pitido del elevador llegando al piso y la puerta cerrándose tras de si fue el interludio antes de que Gulf se lanzara directamente a los labios de Mew, el beso sorpresivo estabilizó el miedo de Mew.

Aunque conocía al moreno, sabía que estás palabras tenían otro propósito, porque Art, no es lo que parece, y lo descubrió aquel día, en la primera noche en la que cobró por sexo.

Un abrazo.

Un beso.

No estaba planeado...

Porque Gulf no fue el primero con el que intentó una relación.
Solo esperaba que el pasado no le llevara la delantera, porque era seguro, que ya lo había alcanzado.

Las palabras de Art, no estaban vacías como pensaba el chico entre sus brazos.

Ni Gulf era un chico idiota.

Los dos tenían claro algo:

Nadie iba a separarlos.

Mucho menos aquel chico.

Pero antes de cada final feliz, debe haber un villano que intente estropearlo todo...

O más...



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