• . 𐂂 ━━ 𝐌𝐈 𝐌𝐄𝐉𝐎𝐑 𝐅𝐀𝐒𝐓𝐈𝐃𝐈𝐎
❝ A pesar de todos los problemas que han vivido, ella siempre será su mejor fastidio ❞
𝐍𝐀𝐑𝐀 𝐒𝐇𝐈𝐊𝐀𝐌𝐀𝐑𝐔 | 𝐅𝐀𝐍𝐅𝐈𝐂𝐓𝐈𝐎𝐍
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𝖪𝗎𝗇...
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━KUNOICHI━
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Después de aquella "misión", pasaron los meses.
Lo bueno de esto es que me la pasaba mayormente fuera de la aldea –como ya era costumbre–, haciendo misiones como un ANBU. Con quien mejor me llevo es con mi compañero y líder, me cae bien porque solo habla lo justo y a veces trata de asustarme colocando una linterna en su rostro, el cual si te saca algunos sustos.
Por haber entrado al ANBU, ya no he visto a los chicos desde aquella noche aunque no me importe de muchas maneras. Sabía que me iba apartando y ahora no tenía vuelta atrás.
Las peleas con mi hermano no podían faltar cada que llegaba a casa después de semanas o incluso un mes fuera de ella. A Konohamaru casi ni lo he visto, era igual que a los chicos. La Hokage me había dicho hace tiempo que ya sabía quien era mi equipo, pero siempre encontraba la forma de quedarme en el ANBU a pesar de las constantes miradas de odio de parte de mis compañeros por no confiar en ellos.
El único que me comprendía era el líder, pues sabía un poco más sobre la "misión mortal" –así es como la nombraron los shinobis entrometidos–. Tenzo creé que con el tiempo todo volverá a como era antes, por ello intentaba que dejara el ANBU algo que niego rotundamente.
Justo ahora regreso a la aldea de una misión de casi una semana junto a mi querido y callado compañero. Nos costó seguirle el paso a aquel ninja renegado, pero al final logramos dar con él y posteriormente acabar con él. Daba gracias que mañana sería mi día libre, lo aprovecharé para descansar un rato y después entrenar.
Me detuve en una rama sintiendo el viento moverse inquietamente, como si me dijera que va haber peligro.
──¿Sucede algo? ─preguntó el castaño deteniéndose a un lado mío.
──Tengo un mal presentimiento. ─dije mirando a los lados. ──. De todas formas hay que seguir.
Comencé a saltar retomando mi camino, pero esta vez apresuré el paso, él no se quedaba atrás y me siguió a un lado mío. A tan solo unos kilómetros de llegar a la aldea un ave mensajera volaba sobre nuestras cabezas, le chifle haciendo que esta bajara hasta mi hombro.
