One Shot's Eróticos De BTS

Min YoonGi [Down]

Armar una junta con los empleados muy ajenos a su exposición que iban a hacer para proponer soluciones y mejoras en mi empresa junto con el co-director de ella, Min Yoon Gi, que se encontraba a mi lado; no parecía en lo absoluto que detrás de todo eso habían segundas intenciones del todo menos inocentes

Y es que, por alguna razón, las fantasías más extrañas que YoonGi me había compartido que tenía: era tener relaciones sexuales con alguien presente. Y yo no tenía ni la más remota idea del cómo él había sido capaz de convencerme a aceptar para hacer junto a él, algo como lo que estaba a punto de pasar. Lo juraba, en serio.

Así que, organizar una reunión falsa fue mi parte del trabajo que pronto tendríamos que darle un inicio, porque estábamos en la complaciente etapa de convertir nuestros fetiches en realidad, y por más raros que fueran, queríamos intentarlo. Por ese motivo, me encontraba lo más sonrojada y nerviosa que había estado en la vida, y parecía que YoonGi disfrutaba de eso por completo, muy dentro de su ser estaba riéndose a carcajadas de que alguien como yo, se atreviera a realizar algo tan morboso como eso.

Él no ayudaba demasiado. Quiero decir, él no ayudaba en absolutamente nada. Le gustaba hacerme sufrir como si de alguna forma, esa fuera su fantasía en realidad, porque ya había pasado más de media hora que la junta había empezado, pero nosotros no.

Lo único que había sucedido en todo el rato que llevábamos dentro de aquella sala de reuniones, era una simple y superficial caricia en mi muslo, para luego dejar descansar su mano sobre mi pierna temerosa, dando ligeros apretones de vez en cuándo, como si me dijeran: "ten paciencia" o "espera un poco más".

Eso era lo que quería pensar, porque la idea de que sólo lo había hecho para burlarse de mí, y solo medir mis límites me iban a hacer sentir muy mal. Ahora ese pensamiento me torturaba, porque me hacía creer que había caído nuevamente en una trampa de él, como la primera vez en que nos habíamos conocido. Caí en su rostro bonito, en esos ojos felinos que de alguna manera me habían cautivado, haciendo que me dejara llevar entre su seducción perversa cuando yo juraba detestarlo en lo más profundo que podía existir de mi ser.

Y es que su actitud cerrada y fría me hacían pensar que tenía algo contra mí, porque mi mente innecesariamente alerta creía que quería sabotearme de alguna manera. Pero después de haberlo tratado tanto tiempo, me había dado cuenta que así actuaba siempre, porque era parte de su personalidad.

Y no sabía en qué momento había sucumbido a su voz ronca y a su elegantes y sensuales palabras. Tampoco me culpaba, la mayoría de mujeres que trabajaban en la empresa no perdían el tiempo cuando veían a YoonGi rondar por el edificio para intentar sacarle plática, pero como ya había dicho, él era una persona callada, y realmente le importaba muy poco o nada las personas, incluyéndome.

Aún así, también estaba odiándolo en ese momento, porque sus motivos principales no estaban dando comienzo en ningún momento.

Sin embargo, y muy a mi pesar y con mucha vergüenza escondida, quise alargar la reunión todo lo que era posible, conservando aún la mínima esperanza de que Min YoonGi no me había estafado de una forma cruel, y que en realidad, se estaba tomando el tiempo de ponerme ansiosa para comenzar en algún momento. Pero yo no tenía mucha paciencia, y tampoco quería tenerla, porque cuando lo miraba a mi lado, su semblante serio, tan imponente, y con aquél atuendo de traje tan formal que llevaba; era lo único que me hacía ser impaciente. Además de su inocente lengua que de vez en cuando la sacaba para humedecer sus labios rosados, como si no estuviesen lo suficientemente humectados y suaves ya, para tener que tomar alguna otra medida para hacerlo. Y no quiero comenzar a pensar en sus dedos largos, esos que se tomaban el derecho de dar pequeños toques en mi pierna como si le perteneciera a cualquier instante y momento, degustando de ella con el simple tacto de sus yemas. Y de nuevo su maldita voz ronca...