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Luego de que pasaran unas dos horas, que Bastian consideró como las dos horas más aburridas de su vida, algo extraño ocurrió. Todos los que más o menos acercaban a su edad se levantaron de sus mesas y se fueron por una puerta de aquel salón. El no iba a ir con ellos hasta que su madre le indico que lo hiciera, no tenia ganas de seguir discutiendo con ella así que no tuvo otra opción que levantarse e ir hacia dicha puerta. Cuando la abrió se encontró con lo que parecía ser la salida al jardín del salón. Estaba oscureciendo y allí hacia bastante frío para esa época. Fue en busca de su abrigo antes de salir e intentar localizar a donde se habían ido todos, le costo un poco hasta que se acercó a un grupo de árboles y en el medio de este una fogata se veía. Se acerco lentamente caminando entre los arboles escuchando poco a poco más de lo que hablaban. Su presencia no tardó en notarse y uno de los chicos, le dijo que se acercara invitándolo a sentarse a su lado.

-Llegaste justo, estamos justo por comenzar-Fue lo que le dijo cuando ya se encontraba sentado a su lado.

-¿Comenzar?

-Si, comenzar a repartir los roles que ocuparemos. Espero qué esta vez me toque un espíritu.

-¿Espiri...-No pudo terminar de quitarse esa duda de a que se refería con "espíritu" hasta que aquella chica a la que anteriormente había tenido que salir obligadamente comenzó a hablar. Al parecer se trataba un juego en el que cada uno ocupaba un rol, los espíritus eran elementos de la naturaleza y luego estaban otros roles que se podrían llamar "normales". Pensó que era algo realmente infantil para la edad que todos tenían allí, pero sabía que era jugar o irse con su madre quien claramente no estaría feliz. Aquella chica que explico el juego, quien era Leah, repartió las cartas de roles. Cuando todos los roles fueron asignados se coloco a un lado de su hermana Leía.

-Ya pueden tomar sus roles-Anuncio Leah mientras daba vuelta su carta al igual que los demás, su carta decía "Electricidad" junto a una imagen de un rayo. Era un elemento. Bastian quien no entendía realmente que hacer leyó su carta donde decía "Fuego" y una llama tenía de ilustración. Se acercó a aquel chico que anteriormente le había invitado y no dudo en preguntarle que tenia que hacer.

-¿Qué se supone que deba hacer ahora con esta carta?-Pregunto mientras tocaba su hombro llamando su atención mientras con su otra mano sostenía la carta. Aquel chico no le respondió, hizo algo que lo aterro. Solto un grito desgarrador, como si estuviera sintiendo dolor. Rápidamente dio un paso atrás y este chico comenzó a correr mientras seguía gritando, todos a su al rededor también corrieron y el no parecía entender que ocurría. Leah corrió unos pocos arboles lejos de la fogata, al parecer se había dejado ver uno de los elementos. Por la forma en que grito aquel chico supo que se trataba de fuego y Bastian era el portador. Como la electricidad que era podía acercarse, ambos eran aliados por naturaleza.

-Al parecer, somos aliados-Fue lo que dijo Leah, Bastian le miro temeroso.

-¿Por qué ha gritado ese chico?

-Porque lo quemaste-Bastian pensó que se estaba burlando de el pero luego de captar la seriedad con que lo dijo supo que no era un chiste. Realmente era un juego bastante extraño y jamás había escuchado de el.

-¿Estais de coña tía?-Bastian solía hablar en español cuando se sentía humillado o enojado. Leah no entendía lo que había dicho, seguramente era algo en español pero de lo que ella sabía de aquel idioma no se le parecía ni un poco.-Estais todos pirados aquí.

-¿Podrias hablarme en inglés por favor?-Le pidió Leah a lo que Bastian solo río.-No me va muy bien en español, lo siento. A mi hermana Leía si, yo soy más del francés...

-¿Leia?¿Leia es tu hermana?-A Leah le sorprendió que le conociera aunque hace días atrás habria pensado que eso ya era un hecho por la forma en que Leia le miro.

-Asi es, mi hermana es Leia.-Afirmo.-¿Le conoces?

-No-Su conversación fue interrumpida por alguien se corrió hacia ellos invistiendoles, Leah supo rápidamente que se trataba de otro de los espíritus. Los espíritus se dividían en dos, estaban como los buenos quienes les proporcionaban buena salud a los aldeanos con diferentes rangos como el agua, la tierra, etc. Y luego estaban los malos que solo provocaban destrucción. Como fuego y electricidad.

-Corre-Le ordeno Leah a Bastian quien no dudo ni un segundo en seguirla, no tenia ni idea de lo que estaba ocurriendo pero por alguna razón ahí estaba corriendo atrás de una desconocida. Aún Leah no le había dicho su nombre aunque sabía a la perfección el suyo. Cuando lograron escapar de lo que parecía ser un elemento contrario al de ellos, se detuvo para recuperar un poco el aire. Bastian llego a su lado realmente agitado, al parecer estaba fuera de forma.

-¿Qué fue todo eso?

-Un elemento contrario, tenemos que escapar de ellos y buscar a los roles que no sean espíritus. Pero si nos encontramos con ellos hay que escapar, la tierra puede detenerme sin quiere y a ti el agua puede apagarte es mejor tener cuidado.

-¿Cual es el propósito de este juego?

-¿El de ellos? Salvar a todos.

-¿Y el nuestro?

-Destruirlo todo-Bastian sintió algo de oscuridad en sus palabras.

-¿Entonces hay que mantenernos juntos?

-Si, es bueno que nos hayamos encontrado. Tu puedes contra la tierra y yo contra el agua.

-Entonces...tú me salvas y yo te salvo.

-Así es, Bastian-Sintió un poco de sorpresa que supiera su nombre, aunque iban al mismo instituto nunca se había presentado realmente.

-¿Cual es tu nombre?-Le pregunto.

-Soy Leah.

-Y tu hermana Leia-Sus nombres eran parecidos pero su madre los había elegido.

-Dijiste que no la conocias.

-No lo hago-Leah no le creyó pero Bastian parecía que no cedería a otra respuesta.

-Hay que movernos o nos volverán a encontrar.

-Esta bien.-Leah se sentía cómoda con que el aceptara todo lo que dijera, era como la líder aunque en el fondo sabia que ella le necesitaba más que el a ella. 


Son las una y somos dosWhere stories live. Discover now