Capítulo 2

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Alicia en el país de Joss

Narrado por Joss

Sosteníamos fijamente la mirada, ambos sabíamos que éramos tercos a más no poder. Joaquín estaba explicándoles el proceso a sus alumnos mientras me miraba fijamente, parecía Siri leyendo un texto, sabía que tendríamos una conversación al respecto.

Era un hombre muy noble, guapo e inteligente, pero muy cuadrado, siempre cuidó el relacionarse con alumnos, supongo que cuando empecé a formar parte del administrativo de la universidad, debí tomar la misma filosofía de vida, sin embargo yo era más relajada, me gustaba mucho escuchar a las personas, siempre que los chicos de mi carrera iban y me preguntaban sobre la vida laboral, trataba de animarlos, algunos necesitaban motivación constante para no abandonar la escuela, otros la motivación de levantarse día a día no solo a estudiar sino a trabajar para poder costear sus estudios.

Por eso acepté ir con Alicia a la extracción, me parecía triste que no tuviera a quien llevar, y aunque no sabía nada de su vida, percibía una vibra positiva en ella, quizá solo le faltaba saber enfocarla.

La verdad es que sí me dolió, pero mi orgullo o quizá el temor a hacerla sentir mal, me hizo asegurarle que no había tenido dolor, al terminar la esperé afuera del consultorio, Joaquín les estaba encargando materiales para su siguiente clase.

Era un viernes soleado, como al mediodía, y yo estaba sin una muela, con hambre y con jaqueca.

Cuando Alicia salió se sorprendió de verme.

—No se como agradecerte tanto— dijo mientas llegaba a donde yo estaba.

—No hay de qué, en serio—.

—Nuevamente muchísimas gracias Joss—

—Me gustaría pagarte el material usado, sé que cada alumno compra sus anestesia y lo que ocupan—

—Claro que no, al contrario, soy yo quien debería pagarte por dejarme sacarte una muela que estaba bien— se apenó.

—No, de verdad— intente calmarla —Hagamos algo— ahí va de nuevo la falla en mi cabeza —te invito al cine— y simplemente lo dije.

—¿qué?— estaba desconcertada

—Sí, bueno— no sabía cómo reaccionar —Yo quiero recompensarte de algún modo, y tú también, si yo te invito al cine y tú pagas las palomitas podríamos estar a mano— esperé mientras ella lo procesaba.

—Está bien, me parece justo— una sonrisa interesante se formó en su rostro.

—Préstame tu teléfono— anote mi número y lo guardé como "Paciente #1" y lo bloqueé antes de entregárselo.

—¿Te llamo?— me preguntó confundida

—Claro, avísame el día y la hora, estoy disponible todo el fin— me acerqué y dejé un beso en su mejilla.

Joder, mi hermano tenía razón, algo extraño había, de repente quería ver a Alicia, algo había despertado en mí, no era lástima, tampoco sed de chisme respecto a su vida, o eso creía.

El resto de la mañana traté de engañarme repitiendo en mi mente que era solo mi enorme necesidad de tener amigas.

A eso de las cinco de la tarde, recibí un texto que decía lo siguiente

"la verdad batellé mucho para encontrar tu contacto, entre mis más de mil pacientes no sabía quién era quién. Sé que no fue el trato, pero qué sería de la vida sin riesgos, espero que te agraden los súper héroes, te espero en la puerta derecha"

Alicia en el país de JossDonde viven las historias. Descúbrelo ahora