Capítulo 23

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Tenía la cabeza echada hacía atrás, con la mirada fija en el techo completamente blanco con unas pocas luces que iluminaban la habitación. Todo era una mierda, era la única conclusión que llegaba. Estaba solo ella en aquella habitación de cinco metros cuadrados. Miró por la ventana y suspiró pesadamente cuando vio la lluvia caer.

Hoy iba a ser un día demasiado largo, pensó mientras tomaba su paraguas para salir del juzgado.

Llegó al bufete y subió directa a la habitación cabeza baja. Miró unos segundos su despacho desde la silla.

Tomó su bolso y busco su teléfono, no lo había revisado desde ayer por la noche.

Notificaciones:
2 correos nuevos
Mensaje Sara
Insuficiente espacio
Actualización del software
Mensaje de @diana_wt5
Tiempo Madrid

Sin pensárselo dos veces abrió la notificación de Sara.

Chat

Sara: suerte en el juicio♡
Sara: seguro que todo saldrá bien. No te calientes mucho la cabeza.

Fin del chat

Fue a contestar pero una voz desde fuera la interrumpió.

- Abogada Villar- escuchó que la llamaban desde fuera. Apretó la mandíbula mirando la puerta.

- ¿Si?

- El jefe la busca, abogada Villar- pudo distinguir el tono burlón que usó la persona que estaba detrás de la puerta. Quería levantarse y gritarle, pero después de todo, aquel abogado no tendría la culpa de nada. El solo había sido enviado para llamarla.

- Entendido- suavemente se levantó de la silla. Salió de la habitación y caminó por el pasillo hasta que llegó a la puerta del director. Tomó aire y entró.

- Buenas tardes, abogada Villar- dijo aquel hombre jugando con el bolígrafo que tenía encima de la mesa- ¿Sabe porque está aquí, no?- Leo asintió- Por favor siéntese, vamos a hacer como que no sabe que la voy a despedir ¿Si?

- Jodido cabrón- tal cual pronunció aquellas palabras el hombre dejó de sonreír. Por lo visto eso no entraba dentro de sus planes.

- Abogada Villar ¿Usted entiende que aún soy su jefe y que aún no la he despedido?- dijo aquel hombre mirando de arriba a bajo el cuerpo de Leo.

- Si usted piensa que voy a suplicar por mi trabajo y hacerle "favores" a cambio de quedarme aquí va muy mal encaminado. Usted ha visto mi expediente, y sabe que puedo conseguir un trabajo como abogada cuando quiera- escupió todas aquellas palabras con la ira acumulada que tenia. Estaba harta de todas las insinuaciones que había tenido que aguantar estos años trabajando en ese sitio. Al igual que a todos aquellos ladrones y políticos corruptos a los que defendió- Lamentó decir que no ha sido un placer trabajar con usted.

- Leo Villar queda usted despedida- alcanzó a escuchar antes de salir de la habitación. Caminó directa a su despacho, o bueno, el que había sido su despacho, ignorando las miradas de dudas de los que en algún momento habían sido sus compañeros de trabajo.

Una vez entre las cuatro paredes quiso darle una patada a todo y poner todo patas arriba, pero solo suspiro y se dejo caer en la cómodo sillón marrón, que ahora tampoco era suyo.

- Leo- la llamó Al entrando a el despacho de la abogada- ¿Te han...

- Si. Pero no te preocupes hemos tenido una charla civilizada donde le he comentado todos los problemas que he tenido durante mi estancia aquí.

- Creo que yo también voy a ir para tener una charla civilizada y contarle todos los putos problemas que tiene este jodido bufete.

- Al. Ni te se ocurra- el tono firme de la morena hizo temblar al abogado. Nunca la había escuchado hablar así.

Destino, te odioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora